Rumbo a un año de comicios, los partidos políticos comenzaron a tejer las alianzas y a romper los vínculos necesarios para ganar fuerza territorial.
Durante gran parte de 2020 la pandemia se llevó todos los flashes y, en consecuencia, la rosca política quedó relegada. Sin embargo, a horas de terminar el año tanto el Frente de Todos como Juntos por el Cambio comenzaron a jugar más fuerte de cara a lo que será un 2021 con elecciones de medio término.
Mientras el peronismo y la oposición hacen fuerza para mostrar la mayor unidad posible en lo que respecta al plano nacional, la Provincia expone las diferentes alianzas a través de los municipios. Y allí, las subdivisiones, los quiebres y los pactos ganan terreno a la hora de posicionarse en los HCD locales, pero sobre todo para consolidar los armados políticos necesarios para las elecciones de 2023.
De esta manera, los diferentes partidos que forman parte de ambas unidades mueven sus alfiles con el fin de mostrarse, a diferencia del ámbito nacional, tan enteros o a pedazos como haga falta. Y como ejemplos, lo que sobran son botones.
Luego de perder las elecciones de 2019, el exintendente de Morón, Ramiro Tagliaferro, trabaja para recuperar capacidad de mando a nivel local. No la tiene fácil. En el HCD local, cinco concejales rompieron la bancada de Juntos por el Cambio y armaron la misma cantidad de monobloques bajando la representación del exmandatario a siete ediles.
Para colmo tres de esos concejales (Cristian Herrera, Alejandra Liquitay y Rolando Moretto), más una edil del GEN, vienen trabajando para presentar una interna ante el candidato de Tagliaferro ya que, según aseguran fuentes locales, el exintendente no se presentaría. “La idea es disputarle el poder a Tagliaferro, pero él no quiere encabezar. De esa manera, la PASO sería muy pareja. Si decide no jugar en 2021 y pierde, no juega más”, aseguran desde la oposición que rompió con el exmandatario.
Habrá que ver cuál es la decisión final ya que desde el Grupo Dorrego (Jorge Macri, Julio Garro, Néstor Grindetti y Diego Valenzuela) dejaron en claro que todo aquel que quiera ser candidato en 2023 va a tener que medirse en 2021. En esa misma situación está Martiniano Molina, exintendente de Quilmes, quien continúa como referente de la oposición local al frente de los 11 concejales. Claro, a la hora del armado de listas habrá que ver cuánta fuerza tiene el bloque ya que más allá de los propios, hay ediles que responden a Jorge Macri, a Emilio Monzó y a un radicalismo distante.
En el oficialismo, en cambio, sí hubo una fisura que, según explican desde adentro, no llegó a ser quiebre. “El bloque está bien. Fuerte para encarar un 2021 con muchos desafíos. La compañera que se fue armó un bloque propio y eso sigue así, pero siempre conversando con nosotros. No sé perdió el diálogo”, le aclara a Ámbito la presidenta del bloque del Frente de Todos, Eva Stolzing.
Quien también sufrió un fuerte vacío durante el 2020 fue el exintendente de Pilar, Nicolás Ducoté. Tras perder las elecciones la oposición se partió seis y el exmandatario solo tiene voz a través de 3 concejales. La docena de causas judiciales en su contra no suman. Sin embargo, según le contó a este diario un exfuncionario local “la única forma de que pueda avanzar es si se presenta en 2021. Pero no la veo fácil. Él quiere, pero hoy no hay una buena imagen para captar los votos que se necesitan para revertir el HCD”.
En Tigre, se sabe, el oficialismo tiene una rivalidad fuerte, pero unida. De un lado el intendente Julio Zamora y del otro, Malena Galmarini. Tras los cruces por el armado de listas en 2019, el HCD quedó a su favor con 8 concejales para el mandatario y 6 que responden a la presidenta de AySA. La llegada de la concejal Florencia Mosqueda la Secretaría de Turismo local marcó un nuevo encontronazo entre el Movimiento Evita, alineado con Zamora, y La Cámpora debido a si su lugar debía ser ocupado por orden o paridad.
En La Matanza, las diferencias también están a la vista en la oposición. Y es por eso que hace días, el diputado Cristian Ritondo recorrió Ciudad Evita y Villa Madera ya en calidad de armador con un claro objetivo: la unidad. La referencia local sigue siendo el ex ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro, pero la concejal Pamela Poise gana terreno bajo el ala filoperonista que responde al también exministro Jorge Triacca.
Claro, el interior también tiene sus dimes y diretes. En Olavarría el Frente de Todos no atraviesa su mejor momento. Tras una votación local, dos concejales que formaban parte del interbloque opositor rompieron la unidad y armaron su propio espacio en la ciudad que gobierna Ezequiel Galli. “Repudio enérgicamente los aprietes telefónicos sufridos hasta altas horas de la madrugada en un vano intento de influir en mi voto de la sesión de hoy del HCD”, tuiteó la concejal Alicia Almada junto al hashtag “No al fuego amigo”, antes de abandonar el espacio.
Mientras que en Chivilcoy la figura de Florencio Randazzo volvió a provocar una separación. Su mano derecha, el exintendente peronista Ariel Franetovich, cuestionó una supuesta concentración de poder en manos de Cristina Fernández y separó a sus concejalas del bloque. “Randazzo va a volver a meterse de lleno más pronto que tarde”, le dijo a este medio un referente local.
Entre alianzas y fuego amigo, los partidos políticos se acomodan para afrontar un año que promete disputas de poder, territorio y traiciones.
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