Es un proyecto solidario que llevan adelante profesores y alumnos de Punto Digital. La idea es que el equipo pueda ser utilizado por colegios e instituciones para distintos trabajos
Por Patricia Rossia
Con rezagos de materiales descartados por vecinos y algunos comercios, docentes y estudiantes de Laboulaye pusieron manos a la obra para construir una impresora 3D. El objetivo es que este equipo, que industrializado tiene alto costo, tenga un fin social y pueda ser utilizado por colegios e instituciones de la comunidad.
Se trata de un proyecto que nació en 2019 desde Punto Digital, impulsado por los docentes Facundo Gatti y Adolfo Vittorelli, junto con Carlos Alisio (coordinador de Punto Digital) y alumnos que allí concurren, quienes idearon este proyecto voluntario al que denominan “Construcción y Puesta en Marcha de una Impresora 3D con material reciclado y Plaquetas Arduino”.
La mayoría de los materiales que se usan para la fabricación de la impresora son obtenidos del reciclaje. Así, por ejemplo, un vecino proveedor de fotocopiadoras, Luis Varini, donó equipos que desarmados sirvieron a los fines del proyecto.
La pandemia aplazó la continuidad de la idea, pero ahora y en plenas vacaciones los profesores de modo totalmente voluntario están dedicados a terminar la obra.
Se sumaron también voluntariamente Luciano Gossa y Valentín Cristaudo Rivas.
“Con este proyecto se quiere mostrar a la sociedad que con recursos humanos y técnicos locales se pueden realizar maquinarias de tecnología de avanzada; como así también se expone el trabajo en un equipo plural compuesto con personas de diferentes generaciones, unidas por el objetivo de saciar su sed de curiosidad explorando, creando, aprendiendo y enseñando”, explicó Alisio.
“El proyecto nació de una charla informal. Estuvimos hablando con los profes y comentábamos que se podían armar cosas tecnológicas con recursos electrónicos que se desechan pero que se podían reutilizar. Y otra buena forma, porque hacía muy poquito se había inaugurado Punto Digital, y era lo que desde aquí se podía hacer”, detalló el coordinador.
“Fue empezar a mostrar que en Laboulaye se podían armar equipos tecnológicos novedosos con recursos humanos y materiales reciclados”, resaltó. “Es hacer ver que con distintos elementos recuperados se pueden hacer cosas. Mirando tutoriales y con el aporte del conocimiento de nuestros profes podemos hacer grandes cosas”.
Alisio destacó el compromiso desinteresado de los profesores, que trabajan ad honorem, como así también el aporte constante y el apoyo del Municipio local. “Aunque el programa Punto Digital es nacional, lo mantiene totalmente el Municipio y es coordinado por el área de Educación. Se han organizado cursos, capacitaciones, proyectos tecnológicos”, subrayó Alisio.
A la tarea se suman chicos curiosos por descubrir y aprender sobre la nueva tecnología.
En cuanto a la construcción de la impresora, su estructura se hizo con madera que fue tallada y cortada para adecuarla al modelo que se está ejecutando. Al respecto, el profesor Vittorelli señaló que acudió a amigos carpinteros que colaboraron en dicha tarea.
Por su parte, el profesor Adolfo Vittorelli comentó que el proyecto se fue haciendo por etapas. “En una de las instancias empezamos con una estructura de metal, pero era difícil de trabajar, luego pasamos a la madera. Hemos tenido la colaboración de carpinteros, torneros. Ahora estamos nivelando la ‘cama’, que es donde se empieza a imprimir el elemento, por ejemplo, un llaverito o lo que fuese”.
Por estos días se trabaja con la parte de la extrusora que trabaja con el material que se derrite y va dando forma al diseño que se pretende imprimir. Aunque en sus características generales es similar a los equipos industrializados, esta impresora está fabricada en forma totalmente artesanal. Y por su tamaño permitiría imprimir desde llaveros hasta tazas.
Difundir
La expectativa es lograr que la impresora 3D, una vez puesta en funcionamiento, pueda ser utilizada por estudiantes de nivel primario en distintas tareas. Para ello prevén desde Punto Digital visitar este año los colegios difundiendo el trabajo y dando cursos a las maestras y chicos de escuelas primarias. Mostrarles el proyecto y tratar de que, si se enganchan, hagan un diseño de algo, vengan acá y puedan imprimirlo”, detalló Vittorelli. “Como acá no va a tener costo, salvo que se le cobre el filamento PLA, ácido poliláctico, es un termoplástico, no tendrían gasto alguno”, remarcó.
Por su parte, el profesor Facundo Gatti es el encargado de verificar el funcionamiento de los motores adecuadamente, que se distribuya el plástico según el diseño a hacer.
“Toda esa lógica se hace a partir de una plaqueta y un programa específico de computación”. Al tiempo que aclaró que para estos proyectos no se empieza de cero, sino que en internet hay planos abiertos a los que se puede acceder y utilizarlos. Y, en caso de reformularlos o mejorarlos, el compromiso es compartir lo que se modificó.
El objetivo del grupo es lograr que antes de fin de año el equipo esté en funcionamiento y a disposición de la comunidad.
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