En el kirchnerismo porteño todavía se están golpeando la cabeza contra la pared pensando en la contrariedad que significó armar una lista con dirigentes como María Rachid, la legisladora electa que fue eyectada del Inadi tras protagonizar un cruce caricaturesco con Claudio Morgado.

Una vez que las elecciones porteñas ya terminaron y el objetivo del kirchnerismo en la Ciudad está puesto en que Cristina Kirchner saque el 40 por ciento en las primarias del 14 de agosto, apareció otra figura pintoresca: la de otra dirigente que supo encabezar el Inadi, María José Lubertino.

La legisladora kirchnerista estuvo en la primera plana de los medios durante las últimas 48 horas por impulsar un proyecto que generó más controversia que adhesiones. Lubertino quiere que se repartan preservativos en las escuelas, incluso para chicos de 11 años de edad.

La polémica que generó la iniciativa hizo que el Gobierno nacional saliera a desligarse. El ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, dijo hoy que la escuela "no es el ámbito para distribuir preservativos".

Es que el kirchnerismo no quiere quedar atado al proceder carnavalesco de la legisladora, que hoy tuvo que presentar su proyecto en la calle porque no la dejaron hacerlo en la Escuela n° 5 de la Ciudad.

Lubertino señaló a LPO que la directora del colegio no la dejó presentar el proyecto porque recibió un llamado de la supervisora, que le exigió una nota en la que se pidiera autorización a los padres de los chicos para un evento semejante.

“Yo no iba a dar una clase”, se escudó la legisladora y advirtió que habló con el ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, “y dijo que lo iba a resolver, pero hoy desapareció y no me atendió el teléfono”.

Desde la cartera educativa explicaron a este medio que la legisladora nunca avisó formalmente a la directora de la escuela en que consistía la presentación que iba a realizar en la tarde del viernes.

Al parecer la directora de la escuela se enteró a través de los medios que el proyecto de Lubertino implicaba la distribución de preservativos a chicos de 11 años en adelante, vio el revuelo que se había generado y se espantó.

Más polémica

Lubertino subrayó a LPO que se comunicó con Sileoni y que en realidad el ministro no había leído su proyecto al momento de hacer las declaraciones, publicadas extensamente en la agencia oficial Télam.

La legisladora señaló que coincidieron con el ministro en la necesidad de la aplicación de la ley de Educación Sexual Integral y en que la prioridad “es estudiar y aprender, pero eso no quiere decir que no se pueda tener un botiquín y preservativos”.

Libertino adelantó que en los próximos meses va a presentar un proyecto para que a ese botiquín escolar se le agreguen “anticonceptivos de emergencia”, es decir, para que las chicas de los colegios puedan acceder a las llamadas “píldoras del días después”.

La controversia no terminó con el proyecto que la diputada porteña presentará el lunes en la Legislatura y que según ella ya cuenta con el apoyo de sus pares Laura García Tuñón, Rafael Gentili y Marcelo Parrilli, de Proyecto Sur, y María Elena Naddeo, del ibarrismo.

Es que Lubertino revolucionó Twitter luego de publicar que "Aun ante una violación hay que tratar de tener la frialdad de negociar que se pongan un preservativo. Decir que tenés alguna enfermedad o vih".

Enseguida, la red social convirtió ese tema en el más comentado del momento –hay un medidor que indica cuáles son las temáticas más tweeteadas– y, pese a que la legisladora borró su publicación, miles de usuarios se sumaron, chanzas mediante, al hashtag (tópico) #ConsejosLubertino.

La legisladora confirmó sus dichos a LPO, y señaló que “la violencia sexual es algo muy grave, aun en un caso de violación hay que tratar que se use preservativo”.

Por supuesto que todo el circo que se armó alrededor de las propuestas de la diputada es el escenario que menos esperaba el kirchnerismo, ansioso de algo de paz hasta el 14 de agosto.

En ese sentido, un candidato kirchnerista que ocupará una banca en diciembre advirtió con preocupación que con este tipo de proyectos “terminamos de ganarnos la bronca de la clase media porteña”, una situación indeseada de cara a los 40 puntos que aspira obtener el Frente para la Victoria en las primarias.