Quedaron en igualdad de votos y en noviembre sumarán uno más, como mínimo. ¿Pelea con Massa o paso de baile de Martínez?
"Vinieron por todo y salimos empatados", repetían estos miércoles legisladores oficialistas que habían seguido de cerca la disputa por los cargos en el Consejo de la Magistratura, que tuvo un final peculiar y tendrá una disputa feroz en noviembre.
Es que no es fácil comprender como Juntos por el Cambio haya militado para que el organismo encargado de seleccionar y remover jueces vuelva a la conformación de 1997 y, después de conseguirlo, el reparto de lugares no lo tenga como favorecido. Sólo se explica en la maniobra de Cristina Kirchner de dividir el peronismo del Senado.
Ahora en el oficialismo se entusiasman con acercarse a una mayoría o al menos tener capacidad de bloquear una mayoría opositora. No es poco, en el último año de un Gobierno.
Con la confirmación del senador kirchnerista Martín Doñate y la diputada radical Roxana Reyes como consejeros, sumada a la asunción de los nuevos abogados y magistrados elegidos, el oficialismo y la oposición contarán 9 votos cada uno.
Los restantes serán el del presidente de la Corte Horacio Rosatti, que encabezará y podrá desempatar; y el de la diputada Graciela Camaño, que suele votar con el Gobierno.
Pero en noviembre habrá que barajar y dar de nuevo y, con la ley vigente, por ser el bloque más grande el Frente de Todos pedirá el lugar de Camaño y al menos sumará otro voto. Con esos números, podrán impedir votaciones adversas y paralizar las principales comisiones.
En Juntos aceptan ese escenario, porque la ley de 1997, a diferencia de la de 2006, habla de representantes de bloques y no de mayorías y minorías. De esta manera, entienden, no se podría juntar firmas entre distintas fuerzas.
Entonces de los 4 consejeros 2 serán oficialistas, 1 de UCR y 1 del PRO. El oficialismo ganaría uno y si se atreviera a dividir el bloque como ocurrió en el Senado, podría jugar a quedarse con el de la segunda minoría, como se denomina a la tercera fuerza en volumen. Sólo por ahora, no es una opción.
¿Martínez estaba realmente enojado con Massa o allanó el camino para la pelea de noviembre? Era la duda que sobrevolaba entre los opositores que lo escuchaban desconocer una resolución del presidente de la Cámara, con quien había pasado la tarde del martes.
Por la noche de ese día, el santafesino envió una nota para pedir que no nombrara a Reyes y se mostró sorprendido cuando sucedió. No es un improvisado: fue asesor de Agustín Rossi en sus 8 años de jefe de bloque. Conoce los tiempos y los trucos de las negociaciones como pocos.
"Él cumple su rol, pero Massa y Cristina hicieron la presentación de Reyes y Doñate ante la Corte en forma conjunta. No pudo no estar coordinado", señaló a LPO un avezado miembro del oficialismo.
"En noviembre se elegirán los 8 legisladores de la Magistratura. El oficialismo aspira a retener 3 de los 4 senadores y al menos obtendrá 2 de los 4 diputados, uno más que ahora. Con esos números podría tener la mitad de los consejeros".
Curioso fue que Martínez negara conocer la resolución de Massa con la que nombró a la santacruceña y habló de un estudio minucioso para impugnarla.
Esta semana voceros oficialistas anunciaban que se abrirán las comisiones de peticiones de Diputados y de Asuntos Constitucionales del Senado para recibir cualquier reclamo sobre la interpretación de la nueva ley de la Magistratura. El de Martínez sería uno.
Si los debates se demoran unos meses, la discusión se chocará con la definición de los cuatro consejeros, en la previa del mundial de fútbol. El jefe del oficialismo va a aprovechar a pedir una ley que deje claro cómo se eligen los representantes.
Juntos tenía preparada una presentación ante la Corte contra Cristina y Massa para pedir la ejecución de la sentencia. Cuando supieron que Reyes había sido nombrada, sólo dejaron la que apunta contra la vicepresidenta.
La maniobra de Cristina en el Senado comprobó que alcanza con un trámite administrativo para dibujar un recinto favorable a un oficialismo, porque quienes reciben las notas de conformación de bancadas y certifican son las autoridades políticas de cada cámara.
Si la oposición quisiera intentar una jugada similar, el oficialismo la podría contrarrestar de inmediato. Es cuestión de hacer números y activar expedientes electrónicos.
Este martes, el secretario legislativo Marcelo Fuentes, mano derecha de Cristina, envió una nota a la Corte para confirmar que el bloque Unidad Ciudadana es la tercera minoría. En noviembre, cuando se vuelvan a elegir los cargos, remitirá una similar. Lo mismo podría hacer su par de Diputados Eduardo Cegnul.
En el Senado no todos los oficialistas conocían de la maniobra, pero no tardaron en comprenderla. La nota, formalmente figura presentada el lunes temprano, porque entienden que debía ser validada antes que la Corte impugnara el fallo del juez de Paraná que le había pedido al Congreso no nombrar consejeros.
Para juntos por el Cambio, el plazo para dividir los bloques se cumplía el viernes. El anuncio de la división estaba previsto para el jueves a las 10, pero definieron filtrarlo en las redes a partir de la primicia de LPO.
Las listas las habían terminado de detallar Mayans y Cristina, quienes en noviembre evitaron una ruptura que entonces promovían algunos gobernadores como Gustavo Bordet, de Entre Ríos. Ya no será una amenaza necesaria.
El único tironeo fue el del correntino Carlos Espínola, quien no quería irse a Unidad Ciudadana, que era el lugar más cómodo para los que no gobiernan provincias. Se reencontró con Cristina en 2019, pero sigue con recelos a La Cámpora.
Sí aceptó estar ahí el salteño Sergio Leavy, mientras que la chaqueña Maria Pilatti Vergara, cercana a la vice, se fue con los gobernadores para no desautorizar a Jorge Capitanich. El jujeño Guillermo Snopek esará en Unidad Ciudadana para confrontar con Gerardo Morales.
El bloque de los gobernadores (Frente Nacional y Popular), tendrá una agenda propia de temas referidos a los territorios, como la agenda del norte grande. "Nos dividiremos por temas, pero después funcionaremos con unidad", aseguraban.
De todos modos, el bloque Unidad Ciudadana será un refugio para Cristina si en 2024 quiere ser senadora por Buenos Aires. Pero esa es una historia lejana. Esta semana, la pelea fue la Magistratura.
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