Pasó cuatro horas en Pinamar con empresarios, comerciantes y dirigentes. De la lista de pedidos al abrazo campero. El faltazo de Yeza y el Clio de Bianco.
Por Macarena Ramírez
De visitante en Pinamar, el distrito gobernado por el macrista Martín Yeza, el gobernador Axel Kicillof tuvo su miércoles de pretemporada con menú variado frente al mar, aunque encerrado entre cuatro paredes. Fue una maratón de cuatro horas en el Hotel Savoia de esta ciudad, donde se reunió con empresarios y comerciantes de diversos rubros, entre otros, el turístico. Atajó reclamos y ofreció respuestas y abrazó agradecimientos y hasta pedido de reelección por parte de un representante de la entidad rural Coninagro.
El mandatario llegó a Pinamar al mediodía desde la residencia oficial de Chapadmalal, donde hace base junto a su familia. En el hotel, a metros del balneario Hipocampo, uno de los elegidos por dirigentes del macrismo, lo esperaban empresarios, representantes de la cultura y del coperativismo, comerciantes y otros dirigentes políticos.
Sin apuro, escuchó por más de dos horas una lista de pedidos de quienes se listaron para tomar la palabra. “Siempre con respeto, no queremos halagos, queremos que nos cuenten las cosas como son”, dijo el ministro de Producción, Ciencia y Tecnología, Augusto Costa, uno de los hombres del gabinete que empujan la campaña por la reelección sumando kilómetros en la temporada estival.
Créditos blandos para pequeños empresarios, una planta depuradora, respuestas al trabajo informal, proyectos de ley como la audiovisual y otros relacionados con centros culturales. Cual maestra ciruela, Kicillof anotó y respondió uno a uno.
Hubo momentos de relax, como cuando alguien comparó el Clío del Jefe de Asesores, Carlos Bianco, con el ahora famoso Twingo mencionado por Shakira en el hit que le dedicó a Piqué. O cuando el radical alfonsinista representante de Coninagro Mario Raiteri destacó la gestión de Kicillof en materia cooperativa y pidió su reelección. “Me matan a mí si la reelección la pide Coninagro”, lanzó entre risas el gobernador y el dirigente agrario contestó: “Me tengo que ir yo también”.
Fiel al mandatario desde la hora cero, el intendente de Villa Gesell, Gustavo Barrera, hizo una fuerte defensa de la gestión, definió a Kicillof como un “gobernador territorial” y tomó la posta para disparar contra Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y el intendente local, Yeza, quien no apareció por el lugar pese a que –según fuentes de la Provincia– fue invitado. En su lugar, mandó a su secretario de Turismo y Desarrollo Económico, Juan Ibarguren.
Antes de la palabra final de Kicillof, fue la vicegobernadora Verónica Magario quien dio el mensaje proselitista: “Necesitamos continuar con lo que hemos comenzado a construir. Son tiempos difíciles para la Argentina: la inflación nos cuesta, nos duele, pero la vamos a superar, sabemos hacer las cosas. La sociedad tiene que tener trabajo y salario digno, ese es nuestro mayor objetivo”, lanzó.
Del encuentro, que terminó con una conferencia de verano y posterior rueda de prensa, estuvieron también el ministro de Seguridad, Sergio Berni; la ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual, Estela Díaz; la presidenta del Instituto Cultural, Florencia Saintout, y el presidente del Banco Provincia, Juan Cuattromo. También dijeron presente los intendentes Cristian Cardozo (Partido de la Costa), Marcos Fernández (Monte Hermoso), Javier Gastón (Chascomús), Sebastián Walker (Pila) y Facundo Diz (Navarro).
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