Acompañado de tres ministros, el Gobernador encabezó la Inauguración del Polo Industrial de la Unidad Penitenciaria N° 1 de Lisandro Olmos. Allí, apuntó contra la oposición y el ex juez Claudio Bonadío.
Luego de que ayer el Arzobispo platense Víctor “Tucho” Fernández bendijera el nuevo Polo Productivo que funciona dentro de la Unidad Penitenciaria N°1 de Lisandro Olmos, esta tarde fue inaugurado por Axel Kicillof.
El Polo cuenta con cuatro fábricas donde se emplearán miles de internos que fabricarán los kits del Plan Qunita, que llegarán a manos de 90 mil familias bonaerenses. “Esto se enmarca en el sistema de transformación del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), que es el mas grande del país y quintuplica al Servicio Penitenciario Federal”, detalló Julio Alak, ministro de Justicia y Derechos Humanos.
“Dos meses antes de asumir, la Cámara de Casación Penal declaró la crisis del SPB en un informe donde habló de una situación de sobrepoblación catastrófica y por ende de una crisis humanitaria. Había 50.800 internos para 24 mil plazas”, señaló el funcionario.
Tras aclarar que “quien define el ingreso y el egreso de internos es la Justicia”, destacó que durante su gestión se llevó a cabo la construcción de 15 hospitales penitenciarios y la reincidencia bajó del 46% al 22%.
Asimismo, Alak recordó la huelga de hambre encabezada por internos de dos unidades a principios de 2020 en reclamo de medicamentos y alimentos, y la “enorme deuda a proveedores” que había dejado su antecesor Gustavo Ferrari.
Por su parte Nicolás Kreplak, titular de la cartera provincial de Salud, expresó: “Lo que vinimos a hacer acá tiene que ver con un proceso virtuoso de construcción de políticas de Estado que piensan en los que más necesitan, en nuestro pueblo y particularmente en nuestros pibes y pibas, que tienen que tener un futuro mejor”.
En este marco, afirmó que Quinita “es muchísimo mas que una cuna o un kit para los niños y las niñas. Es un programa que hace mucho tiempo soñamos implementar en la Provincia, fue una decisión política de Cristina”.
“Será entregado en más de las 200 maternidades, cumpliendo con todos los estándares y con la máxima calidad, tal como lo hacían Perón y Evita. Con la máxima belleza y el máximo amor”, resaltó.
El último orador fue Axel Kicillof, quien emitió un discurso crítico y contundente: “Esta es la edición bonaerense del Qunita, que en su momento fue un programa con objetivos absolutamente nobles”.
“Cuando se produjeron las primeras unidades, hubo una intervención de la justicia, una justicia que tenía como objetivo perseguir y no le importaba el Qunita, ni los pibes, ni las familias: le importaba estigmatizar, perseguir, señalar y ensuciar. En el marco de esa infame causa judicial mandaron a quemar los kits, es una historia difícil de contar y entender. Este es de alguna manera un hecho de justicia real, de profunda humanidad: lo persiguieron, lo quemaron y acá lo estamos relanzando. Vamos a fabricar 8 mil qunitas por mes”, recordó.
“Esa misma justicia dijo que donde habíaa una necesidad había un costo, para nosotros donde hay una necesidad hay un derecho, y donde hay un derecho hay un gobierno que debe trabajar para satisfacerlas (…) Es un gobierno de militantes y el qunita es un resultado claro y tangible de esa militancia”, concluyó el mandatario, que en horas de la mañana inauguró una escuela en Campana.
En el acto también estuvieron presentes el director general de Cultura y Educación bonaerense, Alberto Sileoni; su antecesora, Agustina Vila y el intendente de Ensenada, Mario Secco.
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