En el 50 aniversario del fallecimiento de Juan Perón, Axel Kicillof encabezó un acto en la Quinta de San Vicente. La Cámpora dijo presente con Máximo Kirchner. “Estamos obligados a la unidad”, pidió el gobernador riojano, Ricardo Quintela. El peronismo se rearma.
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BELÉN BARTOLI
A 50 años del paso a la inmortalidad del general Perón, el gobernador Axel Kicillof encabezó un acto en la Quinta de San Vicente en el que inauguró la puesta en valor del Museo Histórico 17 de octubre y funcionó, en los hechos, como una foto de unidad. Estuvo presente su gabinete, diputados, diputadas, senadores, senadoras nacionales, intendentes del PJ, y Máximo Kirchner, presente del partido justicialista bonaerense y líder de La Cámpora. El gobernador agradeció la presencia de todos y todas, y mencionó a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner varias veces en su discurso.
Si bien Kirchner fue invitado a estar en el escenario, el camporista optó por quedarse en primera fila y debajo de los flashes. Durante el discurso, Kicillof dejó en claro el por qué de la conmemoración: “Estamos aquí para reafirmar la vigencia de las ideas de Perón y para sostener, frente al actual experimento anarco-capitalista que tanto daño le está haciendo a nuestro pueblo, que la alternativa se llama peronismo”. Y agregó: “Algunos pensarán que estamos para recordar el pasado, pero se equivocan: estamos acá para construir el futuro”.
Además, hizo un pedido a la militancia y a la dirigencia: “Tenemos dos tareas: crear un escudo para proteger los derechos, reduciendo el daño social que ocasionan las políticas del Gobierno nacional, y al mismo tiempo debemos construir, junto a las fuerzas populares y democráticas de la Argentina, una alternativa que en el futuro permita revertir la destrucción que está en curso y poner al país al camino del desarrollo y la inclusión”.
Un mensaje central: unidad
De la actividad participaron alrededor de 5.000 militantes. El gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, estuvo presente y fue otro de los oradores: “Estamos obligados a la unidad”, dijo sin pelos en la lengua. En la misma sintonía, Lucía Corpacci, vicepresidenta del PJ Nacional, remarcó: “No hay lugar para la interna. Hoy tenemos que volver a trabajar en esa unidad, que nadie se haga el distraído. No es la unidad que tiene que construir el otro, la tenemos que hacer cada uno de nosotros”.
“En 2023 la unidad nos dolió a nosotros; ahora les tiene que doler a ellos”, se sinceró un dirigente gremial que estuvo sentado en las primeras filas. Y sobre el acto, confesó que “fue y es el resultado de la prepotencia de la militancia que lo busca a Axel como conductor”.
Gabriel Katopodis, ministro de Infraestructura provincial - y eterno componedor dentro del complejo peronismo - destacó el “mandato muy claro” que dejó Kicillof: “La unidad no solo de la dirigencia, sino de los trabajadores, y de todos los que creemos que la Argentina merece otra cosa”.
Por su parte, el gobernador bonaerense realizó un análisis de la situación social actual: “Hoy a los peronistas nos duele este presente que atraviesa la patria y que nos gobierne un presidente que hizo campaña diciendo que la justicia social es una aberración. Lo está llevando a la práctica con los resultados que vemos: más desigualdad, menos derechos, menos trabajo”.
Sin embargo, el mandatario advirtió que “no se van a desmoralizar”, ni van a “bajar los brazos”. Al contrario, “vamos a organizarnos para luchar por el proyecto de país que nuestro pueblo se merece; que está inspirado en las ideas y el legado de Perón, sus banderas están más presentes que nunca: la dignidad no es un negocio, los derechos no se miden por la ganancia económica, la solidaridad no es un cálculo ni una transacción, la libertad solo es posible si hay igualdad de oportunidades, la vida no es un mercado y la patria no se vende”.
El Frente Renovador de Sergio Massa había anticipado durante el fin de semana que no formaría parte del acto. “No queremos ser rehenes de ningún tironeo interno ni de unos ni de otros”, deslizaron desde el massismo, aunque hubo presencia de alguno de sus dirigentes. “Más que actos para escucharnos entre nosotros debe haber un ámbito que ordene nuestra acción frente al daño que produce Milei a la sociedad argentina”, agregaron.
Sobre la ausencia de ese espacio político, Agustín Rossi le bajó el precio: “No hago ninguna lectura sobre eso; me parece que fue un muy buen acto”.
El peronismo se rearma; está en movimiento. La tensa tregua se respiró en San Vicente. Si bien la foto final fue la de Axel Kicillof haciendo la V de la Victoria - acaso tomando el bastón de mariscal y resistiendo desde la provincia más poblada de la Argentina - la verdadera “foto” que incluya a los principales dirigentes de otras fuerzas quedó un poco más cerca de concretarse. “Esto va a llevar tiempo”, sintetizó un peronista que roza los 70 años, aunque reforzó: “Va a la llevar tiempo, pero la foto se va a lograr”.
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