El Gobernador bonaerense afianza gestos de autonomía política que lo distancian de Cristina Fernández de Kirchner. Mientras tanto, libra una batalla contra su principal adversario: Javier Milei
La derrota del peronismo a nivel nacional a mano de Javier Milei, pero con el objetivo logrado de retener la provincia de Buenos Aires abrió una nueva etapa en el justicialismo. La crisis por el recambio de liderazgos se profundizó y emergió con fuerza la figura de Axel Kicillof. En este marco, el Gobernador comenzó un proceso emancipatorio que lo distancia de su madre política, Cristina Fernández de Kirchner.
El cortocircuito entre ambos tiene en vilo a toda la estructura de Unión por la Patria y genera un cimbronazo en el kirchnerismo en particular. Kicillof comenzó a encolumnar a una diversidad de sectores que se desencantaron con La Cámpora y el Instituto Patria y piden que sea la renovación dirigencial para los tiempos que corren y los que vienen.
Sin embargo, el camino hacia la emancipación presenta dificultades para el Gobernador bonaerense ya que Cristina Fernández de Kirchner ha resuelto retomar la senda del protagonismo en el ámbito político. La expresidenta pudo hacerse con la titularidad el Partido Justicialista nacional, pero le costó mucho más de lo esperado por lo que fue una clara señal de que carece de consenso mayoritario. Asimismo, Javier Milei hizo a un lado su pelea con el mandatario provincial y ahora carga sus tintas contra CFK.
Que Kicillof no haya manifestado su apoyo a Cristina para presidir el PJ fue un punto de inflexión en la relación entre ambos, que quedó reflejado en el acto del 47° aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo. Las acciones de autonomía política que muestra el Gobernador molestan al camporismo, que sostiene que la conductora del espacio es CFK. A su vez, en el kicillofismo reclaman una banca explícita al Gobierno bonaerense.
El enemigo en la Rosada: un año de batalla política e ideológica
El principal enemigo para Axel Kicillof en el último año calendario fue el Gobierno nacional que encabeza Javier Milei. Desde el 10 de diciembre de 2023 la relación entre la Casa Rosada y la provincia de Buenos Aires se ha desarrollado con momentos de plena tensión a causa del brutal ajuste que implementó el Presidente y los constantes reclamos realizados por el Gobernador.
El último informe publicado por la Provincia detalló que las deudas que el Gobierno Nacional mantiene con ella totalizan $7,8 billones. Las mismas están clasificadas de la siguiente manera: deudas directas $2,1 billones; saldos de obras públicas comprometidas $5,3 billones y deuda estimada por la discontinuidad o retrasos de programas nacionales $371.163 millones.
En la Gobernación bonaerense reiteran que el ajuste de Milei no perjudica a Kicillof, sino a los 17 millones de habitantes en la provincia de Buenos Aires. Por ese motivo, es que a lo largo del año han realizado varios reclamos ante la Justicia para que Nación restituya fondos esenciales para educación, salud, obras y otras áreas.
El Gobernador posee una lógica discursiva en la que polariza con el Presidente y contrasta no sólo en el plano ideológico y político, sino también desde las acciones de gestión. Desde la defensa de un Estado presente para plantarse “como un escudo para los bonaerenses” hasta la implementación de medidas para paliar la deserción de tareas del Gobierno nacional. Un plano en el que se destacó Kicillof, a diferencia de otros gobernadores, es en la participación de marchas contra las políticas de ajuste de Milei.
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