Analía Argento

Con su DNU y la ley ómnibus, Javier Milei logró unir a casi todas las vertientes del peronismo y está transformando a Axel Kicillof en una de las figuras más gravitantes en el universo opositor. 

Por primera vez, el gobernador de Buenos Aires abrió la Casa de la Provincia en la avenida Callao, a dos cuadras y media del Congreso, para ponerse al frente del grueso de los sindicalistas, la mayoría de los pocos gobernadores que le quedaron al PJ, los intendentes bonaerenses y los diputados y senadores nacionales que quedaron en la primera línea de fuego en el parlamento.

Anuncio 24E Gobernadores peronistas no le descontarán el día a los estatales que participen del paro general

Kicillof no sólo fue el anfitrión, sino que ocupó un rol central en la conferencia de prensa tras encabezar un encuentro de cuatro horas convocado para coordinar la participación en el paro del próximo miércoles 24 de enero. Acordaron poner todo el esfuerzo en la movilización con el objetivo de frenar la ley de Milei. Además, analizaron la situación económica de las provincias y municipios y ofrecieron respaldo a los legisladores para apuntalar la estrategia en el Congreso.

En la conferencia, a la par del gobernador estuvo Héctor Daer, uno de los jefes de la CGT, central que convocó a marchar contra las medidas del presidente liberal libertario. El lunes los sindicalistas se reunirán en el Ministerio de Seguridad porteño para coordinar la movilización. "Con Nación no hay nada que hablar, porque marchamos en la Ciudad", respondió el sindicalista a la consulta de El Cronista. Está claro que ignorarán el protocolo de Patricia Bullrich que ya intimó a distintos gremios para que paguen por el operativo de seguridad de la última protesta.

No es usual que Kicillof haga reuniones en la Casa de la Provincia. Lo hizo esta semana después de dejar un bajo perfil que había tomado los primeros 15 días del año para evitar quedar bajo el fuego de las críticas libertarias.Axel Kicillof con diputados, senadores, intendentes, la CGT, gobernadores y Juan Grabois

La realidad, dijo un ministro bonaerense que lo escuchaba durante la conferencia de prensa, lo obligó a tomar el liderazgo. Además de que Milei lo critica siempre aunque él no se exponga.

En la cumbre estuvieron casi todos. Sólo faltó el Frente Renovador de Sergio Massa -que estaba invitado- y La Cámpora que no estuvo representada por ninguno de sus intendentes -ni siquiera Mayra Mendoza de Quilmes- ni sus dirigentes nacionales. Tampoco el presidente del PJ de Buenos Aires, Máximo Kirchner. Massa, Kirchner, la intendenta y el senador nacional Eduardo "Wado" de Pedro estuvieron invitados pero no asistieron.

Quedó clara la distancia cuando la agrupación publicó en redes sociales la convocatoria con consigna propia para el 24: "La Patria no se vende, se defiende". Ocurrió a la misma hora en que se desarrollaba la reunión.

No fue raro. Cada vez es menos usual que Máximo Kirchner y Kicillof estén juntos. La última vez fue en la gobernación en La Plata, antes de Navidad y con ministros e intendentes. 

Siempre conciliadora, la diputada Victoria Tolosa Paz minimizó las ausencias y destacó que hubo un intendente por cada sección bonaerense para hacer "más expeditiva" la reunión. Otros disimularon menos. Un dirigente dijo en susurros que "acá no sobra nadie, somos los que estamos en la primera línea". Antes de irse guiñó un ojo,

Los intendentes presentes, que prometieron movilizar fuerte, fueron Jorge Ferraresi -representa a los del grupo de Ensenada-; Gustavo Menéndez -que está también en el PJ y de buena sintonía con Kirchner y con el resto-; Andrés Watson -de la liga de Julio Pereyra y Juan José Mussi-; Lucas Ghi -de Nuevo Encuentro-; Mariel Fernández por el Movimiento Evita. Es decir: Avellaneda, Merlo, Florencio Varela, Morón y Moreno, los representantes de las poderosas Primera y Tercera sección electoral de Buenos Aires.

"Estamos más unidos que nunca, nunca hubo tanta armonía" repetían varios de los pesos pesados en referencia al análisis coincidente sobre la situación económica. Incluso hubo quien comparó con el 2016 cuando el peronismo quedó descolocado tras el triunfo de Mauricio Macri.

Al peronismo lo une Milei no por su triunfo sino con la bomba política que plantó en el Congreso. Unión por la Patria anunció el rechazo absoluto a la ley ómnibus y confía en que el radicalismo cordobés y el socialismo santafesino voten en contra de la suba de las retenciones al campo, entre otras de las cientos de medidas del paquete libertario.

El problema mayor no es encontrar sintonía en la marcha del 24. La decisión ya se tomó a pesar del llamado de atención de Massa y del freno que intentó Máximo Kirchner. El resto, empujados quizás por los más combativos, acordaron que no pueden esperar. Pero el mayor desafío para la unidad es encontrar el rumbo. "¿Cómo seguimos?", preguntaron varios sobre el jueves 25 y los días siguientes a la movilización.

El encuentro mostró finalmente y después de mucho tiempo la comunión de un sindicalismo que arrancó con tiempos distintos. A la cabeza de la conferencia estuvo Daer pero también su par Pablo Moyano fue figura central en el cónclave aunque llegó y se retiró sin hacer declaraciones. También estuvo el metalúrgico Abel Furlán; el bonaerense Roberto Baradel (SUTEBA); José Luis Lingieri y Andrés Rodríguez de UPCN y los secretarios generales de las dos CTA: Hugo Yasky por una y Hugo ‘Cachorro' Godoy por la CTA Autónoma.

Por el Evita fue de la partida Emilio Pérsico, otro de los apuntados por la gestión Milei por el reparto de planes sociales. Y con Juan Grabois, del Patria Grande, llegó la exlegisladora Ofelia Fernández. "El paro es muy importante en defensa de los derechos de nuestro pueblo" recalcó el dirigente social que no ofició como vocero oficial. Además participó la diputada nacional Natalia Zaracho, otra de las que quedó bajo las burlas libertarias por decir que no terminó de leer el texto de la ley. Vestía una remera de la última campaña cuando Grabois todavía peleaba la interna con Massa.

"Va a ser un abrazo al Congreso y a todos los patriotas" pronosticó "Cachorro" Godoy mientras Daer destacaba que la marcha "es la defensa de los derechos laborales y de todos los sectores".

Kicillof, que puertas adentro hizo un discurso más corto de lo que acostumbra y dejó tiempo para que todo el resto se expresara, alertó sobre la restricción de recursos del gobierno nacional, hizo un resumen de los sectores con los que se entrevistó por los efectos de las medidas del Gobierno sobre su economía -farmacéuticos, cerveceros, turismo e incluso intendentes de la oposición- y avisó que "no vamos a responder las provocaciones".

La cercanía de la representación bonaerense permitió a diputados y senadores estar presentes. El que se escapó raudamente fue Germán Martínez, jefe del bloque de diputados de Unión por la Patria, que en forma permanente recibía mensajes sobre las negociaciones en el Palacio. Desde allí escribían algunos que Cristian Ritondo, del PRO, pronosticaba la aprobación de la ley ómnibus para la próxima semana.

José Mayans, jefe del bloque de senadores, estuvo entre los primeros en llegar y los últimos en retirarse, acompañado por Marcelo Fuentes, el exsecretario parlamentario de Cristina Kirchner. Y hubo diputados y senadores provinciales y algunas provincias como La Rioja que trajo a todos su legisladores nacionales el día después de haber aprobado su moneda digital propia.

La postal de los gobernadores también fue una señal política de dónde está parado cada jefe provincial. En forma presencial estuvieron Gustavo Melella (Tierra del Fuego); Ricardo Quintela (La Rioja) y con Kicillof la vicegobernadora Verónica Magario. Vía zoom se sumaron Gerardo Zamora (Santiago del Estero); Raúl Jalil (Catamarca) y Sergio Ziliotto (La Pampa). En cambio ni Gildo Insfrán (Formosa) ni Osvaldo Jaldo (de Tucumán) fueron parte. Nadie descree del formoseño a quien sintieron representado por Mayans. No dejó la misma sensación el tucumano.