El gobernador no tiene garantizados los dos tercios que necesita para ampliar el endeudamiento de la Provincia. Discusión con propios y ajenos. El riesgo de la estrategia a “todo o nada” para este viernes.
Lucía Aisicoff
Axel Kicillof tiene este viernes su última oportunidad del año para aprobar el Presupuesto 2025, luego de un intento fallido la semana pasada cuando una sesión en el Senado bonaerense terminó de modo abrupto en medio de reclamos de opositores y aliados. En el Ejecutivo bonaerense minimizan el ruido interno y apuntan contra la oposición, mostrándose desconfiados de cómo se posicionarán en el debate.
“Esperamos poder llevar adelante la sesión este 27 de diciembre, aunque hay incertidumbre. Lo que tiene que quedar claro es que se tienen que votar las tres cosas: el Presupuesto, la Ley Fiscal impositiva y el endeudamiento”, afirmó a elDiarioAR un dirigente que trabaja codo a codo con el gobernador. Según su análisis, el verdadero problema serán los dos tercios que necesitan para votar el endeudamiento, donde resulta imprescindible contar con el apoyo de un sector de la oposición. Los demás reclamos –chicanea– fueron “jueguitos para la tribuna”.
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Con esos “jueguitos” se refiere a la presión que ejercieron los intendentes cercanos al Instituto Patria, conducido por Cristina Kirchner, que en medio del debate se acercaron a la Legislatura para reclamar fondos para sus municipios. Sucedió el viernes pasado, cuando había sido convocada la doble sesión para que los proyectos fueran tratados en ambas Cámaras. Diputados logró empezar a sesionar, pero el oficialismo clausuró la discusión en el Senado al comprender que los acuerdos no estaban cerrados.
El gobierno de Kicillof envió entonces el lunes un mensaje enfocado en la oposición. En un intento de dar por concluido el ruido interno, el ministro Carlos Bianco arrojó todo el peso del fracaso en los bloques opositores, a quienes les dejó una advertencia: “Le pedimos a la oposición que entienda esta necesidad (de aprobar los tres ejes en discusión) y que también entiendan que gran parte de los reclamos que hacen permanentemente y los pedidos que hacen permanentemente –no lo digo mal, son pedidos legítimos– están atados a que salga el Presupuesto”.
Gran parte de los reclamos que hacen permanentemente y los pedidos que hacen permanentemente están atados a que salga el Presupuesto
Carlos Bianco, a la oposición bonaerense
Aunque lo minimicen, lo cierto es que la negociación con algunos intendentes peronistas también tensó el clima. Sobre todo ante la demanda que visibilizaron los alcaldes del conurbano que desembarcaron en la Legislatura. En los trascendidos mediáticos se aseguró que el pedido de ese grupo de intendentes era un fondo millonario para Seguridad. En la gobernación aseguran que nunca se habló de un monto específico para esa área, sino que el reclamo fue por la actualización del fondo de libre disponibilidad que tuvieron este año, que inicialmente era de $115 mil millones, pero finalmente se ajustó a $125 mil millones.
Según aseguraron desde el Ejecutivo bonaerense a elDiarioAR, esa partida tiene previsto un incremento del 30%, equivalente al resto de las partidas. “En el presupuesto original no pusimos el fondo para los municipios porque es lo que generalmente se usa para negociar. El acuerdo con los intendentes del PJ es un fondo de libre disponibilidad de un 30% más que el de este año. Todo el presupuesto tiene 30% de aumento en cada partida. Todos los demás reclamos son arbitrarios, porque sabemos que no se va a duplicar la recaudación de la Provincia para el próximo año”, se sinceró un funcionario de la mesa chica del gobernador, y subrayó que sólo estirarán la negociación hasta $200 mil millones. En cuanto al área de Seguridad, en la Provincia repiten que acaban de comprar 750 patrulleros y 700 motos por $70.000 millones.
“Los intendentes del PJ ya tenían el número del fondo acordado el jueves antes de todo el escándalo que se armó por la noche”, denunció. En la Provincia creen que los intendentes alineados con Cristina Kirchner por las diferencias políticas, pidieron más de lo que saben que el gobernador les podía dar. Julián Álvarez (Lanús) y Mayra Mendoza (Quilmes), dos camporistas de tensa relación con la Provincia, también solicitaron un aumento en la coparticipación para los municipios que tienen puerto, lo que se leyó como una nueva mojada de oreja en medio de la pelea virulenta que mantienen con su par de Avellaneda, Jorge Ferraresi.
Días atrás Kicillof participó de una foto de unidad del peronismo, aunque se acomodó distante de Cristina, Massa y Máximo.El endeudamiento, la gran discusión
En el Ejecutivo bonaerense confían en llegar a la sesión del viernes con el frente interno ordenado. Según dicen, el massismo y La Cámpora pondrán sus votos para que no peligren el Presupuesto y la Ley Fiscal, cuya aprobación necesita una mayoría simple. Sin embargo, admiten que el verdadero escollo será conseguir la luz verde para el endeudamiento, que requiere dos tercios.
En la oposición señalan que la deuda que solicitó el Ejecutivo bonaerense es U$S1350 millones, ya que equivale a $1,1 billones en moneda extranjera, además de letras del tesoro y financiamiento con organismos multinacionales por otros $1,2 billones. Desde la Provincia minimizan la implicancia de esa cifra millonaria y sostienen que se acota a cubrir la financiación de la deuda que tomó María Eugenia Vidal durante su gestión. “Es un pedido de endeudamiento acorde a los vencimientos de deuda de este año”, afirmó uno de los estrategas de la negociación y ratificó que el viernes plantearán el debate como “a todo o nada”, ya que –de no conseguir los votos para aprobarlo– descartarán continuar con el resto de los proyectos.
“No hay alternativa, porque sin endeudamiento debería ajustarse todo y ya no tendría sentido el presupuesto… sería ajustarnos o caer en default”, advirtió un dirigente que acompaña al gobernador a diario. “No se puede votar en qué destinar los gastos sin votar las herramientas que te dan los recursos”, dijo, e insistió: “El endeudamiento no aumenta en nada los compromisos financieros de la Provincia. Solo cubre lo se endeudó entre 2015 y 2019”.
Si no llegara a haber acuerdo, en el oficialismo bonaerense parecen no tener claro cómo seguir. “Hay que analizar alternativas”, repiten, sin revelar los próximos pasos, e insisten con la crítica a los bloques opositores: “Nos dejarían sin herramientas y eso sería una tremenda irresponsabilidad. Esperamos que no suceda porque ya es bastante complejo administrar con un Gobierno nacional totalmente decidido a desfinanciar a la Provincia, como para encima dejar a los bonaerenses sin presupuesto”.
Agobiado por la interna y con la necesidad de alcanzar acuerdos para gestionar, Kicillof retomó al filo de fin de año sus tradicionales mateadas en las plazas, un símbolo de sus campañas y una señal de que está dispuesto a pelear por la conducción. Lo reveló sin tapujos el mismo viernes pasado en el que fracasó el primer intento por el Presupuesto, cuando prometió ponerse al frente de un armado electoral para competir desde la Provincia contra Javier Milei. El gobernador tiene mañana una nueva prueba de fuego, clave en un año electoral donde se disputará, en gran medida, el liderazgo de la oposición peronista de cara a 2027.
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