Aún con serios tropiezos, Javier Milei busca reunir mayoría parlamentaria para obtener del Congreso una serie de reformas fiscales y económicas. Sus operadores trabajan para que el paquete acotado que finalmente saldría a la luz se vote esta semana en la Cámara de Diputados.
Por: José Picón.
Axel Kicillof mira aquél desenlace con atención. No sólo porque cuestiona los cambios que impulsa el gobierno libertario, sino porque él también necesitará de la oposición para encaminar algunos temas de interés propio y ajeno.
El Gobernador observa con particular interés el escenario aún en movimiento que parece configurarse en el Senado provincial. Por allí buscará colar uno de sus objetivos para este año: la cobertura de las tres vacantes que existen en la Suprema Corte.
Ya hay charlas informales al respecto, empujadas por la ruptura de Juntos por el Cambio y la conformación de nuevos espacios que en principio estarían dispuestos a darle al Gobierno bonaerense el acuerdo para completar la integración del máximo tribunal de Justicia de la Provincia.
En el oficialismo sacan cuentas y dicen que con los 21 legisladores propios más Cambio Federal (radicales más los sectores de Emilio Monzó y Margarita Stolbizer) y algunos libertarios que han perdido su referencia con Milei, están a tiro del número mágico de los dos tercios.
El dato político fuerte de este eventual entendimiento es que el PRO quedaría afuera del acuerdo. Se trata de una novedad de peso y de alto impacto. Principalmente, porque podría terminar dejando fuera de juego a la enorme influencia que sobre algunas decisiones centrales que adoptó la Legislatura tuvo Mauricio Macri.
El ex presidente levantó varias veces el teléfono para frenar iniciativas de Kicillof. Su última intervención se produjo hacia finales de diciembre cuando puso el grito en el cielo por el aumento del 300 por ciento que el Gobierno bonaerense pretendía para el Impuesto Inmobiliario. Al final, ese tope bajó al 200 por ciento.
La ruptura de Juntos por el Cambio da aire a la hoja de ruta trazada por el Gobierno. Kicillof pretende que el Senado de en principio vía libre para un paquete de designaciones en la Justicia que está trabado en la Cámara alta. Luego arrancará la negociación formal sobre la Corte. En el Ejecutivo aseguran que el Gobernador está dispuesto a que la oposición se quede con uno de los tres sillones que están en juego. Dos quedarán en manos del PJ ¿El tercero será para el radicalismo? Se verá.
Hay otras cuestiones en danza que, quizás, tengan un tiempo de cocción más prolongado. Por caso, una eventual reforma electoral. Es un tema del que se viene hablando desde hace semanas en la política provincial al amparo de la posibilidad de que en la Nación prospere el proyecto que impulsa Milei que instaura el sistema de boleta única que reemplazaría a la tradicional, onerosa y anquilosada boleta sábana.
Esa iniciativa no genera el más mínimo entusiasmo en el peronismo bonaerense que prefiere mantener el stau quo. Pero hay cierres herméticos que en algún momento ceden. En especial, si aparece alguna llave política que destrabe la resistencia. Ese mecanismo podría terminar siendo la derogación lisa y llana de la ley que limita a un período la reelección de los intendentes.
Cuando hace dos años se aprobó una reforma a esa norma que impulsó María Eugenia Vidal y que permitió a varios alcaldes gambetear ese texto legal, Kicillof no se metió en el tema y dejó la negociación en manos de los legisladores con terminales en los municipios.
Los tiempos han cambiado. No se trata de que Kicillof tenga un particular interés en que haya reelecciones indefinidas en los municipios. Su disposición a que ese tema se aborde a través de una derogación o como parte de una más amplia reforma constitucional, esconde otros motivos.
Habría que observar en una primera instancia, la eventual proyección presidencial del Gobernador. Muchos intendentes dispararon el año pasado la última bala que tenían en el cargador. En 2027 no podrían intentar reelegir si la normativa se mantiene varios peso pesados como Fernando Espinoza (La Matanza), Juan José Mussi (Berazategui), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Fernando Gray (Esteban Echeverría), Mariano Cascallares (Almirante Brown) y Mayra Mendoza (Quilmes). La lista es mucho más extensa.
El gesto de Kicillof de no poner reparos a esa reforma tendría el sentido de hacerle un gesto concreto al PJ bonaerense. Una señal, además, para que ningún alcalde ensaye aventuras por afuera del esquema político del Gobernador.
“Kicillof está dispuesto a que se discuta la derogación de la ley que impide las reelecciones indefinidas de los intendentes”
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