Por: Federico Cedarri

El peronismo territorial comienza a tomar posición luego del revuelo que causó el supuesto paso al costado de la vicepresidenta Cristina Kirchner de la posibilidad de candidatearse a cargo alguno hacia el 2023.

Los intendentes del conurbano que aportan un cúmulo de votos trascendentales a la estructura del Frente de Todos no se resignan dócilmente a que el gobernador Axel Kicillof, con quien detentan una relación oscilante pero de mutua desconfianza, vuelva a postularse para la reelección.

Si bien el Gobernador no lo menciona de manera explícita ya comenzó a desplegar su estrategia materializada en primera instancia en pequeños actos donde prioriza el contacto directo con la gente que tan buenos réditos le dio en el 2019.

También comenzó a expresarse abiertamente sobre la necesidad imperiosa de continuidad con un modelo provincial que encuentra su sustento y se vehiculiza en el llamado plan Seis por Seis.

Sin embargo, los alcaldes del conurbano buscarán dar un paso más en el sentido de posicionarse con fuerza en torno a una eventual candidatura de un referente del sector en caso de que decidan dar la batalla interna al mandatario bonaerense.

El próximo 21 de enero se llevaría adelante la oficialización de la liga de intendentes del Gran Buenos Aires que tendrá como objetivo prioritario, más allá de visibilizar los reclamos que a diario expresan tanto al gobierno nacional y provincial por seguridad y fondo frescos, el imponerse como elemento impostergable en el escenario de las decisiones que se tomen en el marco de la estrategia electoral.

No es antojadizo que el lugar elegido para el evento de presentación de aquel agrupamiento sea el Partido de la Costa donde el intendente Cristian Cardozo es un alfil del vice jefe de Gabinete bonaerense y también diputado provincial Juan Pablo de Jesús.

El legislador es una de las principales espadas del jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, quien no oculta su intención de suceder a Axel Kicillof.

Es real que los caciques del conurbano trazaron un pacto con Máximo Kirchner que le permitió al líder de La Cámpora acceder a la presidencia el PJ bonaerense y a los intendentes seguir manejando los resortes de la Legislatura bonaerense.

Luego del aparente paso al costado de Cristina en el peronismo bonaerense se multiplicaron los movimientos que, si bien venían gestándose  a paso lento, el acicate que significó la renuncia de la Vicepresidenta a una candidatura los precipitó definitivamente.

La relación entre los alcaldes del conurbano y Máximo Kirchner continúa aparentemente sin fisuras, pero aquellos comienzan a insinuar señales de autonomía y continúan empujando la chance de que Axel Kicillof pueda escalar hacia la boleta nacional a fin de que uno de los suyos, Insaurralde tiene todos los boletos, pueda ejercer la candidatura provincial.

Kicillof resiste el embate y apunta a consolidar la gestión

El Gobernador bonaerense se mantiene en alerta ante el juego de ajedrez que le plantean distintos sectores del peronismo, tanto los intendentes como la propia agrupación otrora juvenil La Cámpora.

Kicillof planea, como ya lo hemos adelantado en este portal, dar la lucha sin renunciamientos en la provincia de Buenos Aires.

Y para dar certidumbre a ese objetivo se basa en dos certezas que en esta ocasión le juegan a su favor: es el dirigente del peronismo que mejor mide en la provincia de Buenos Aires y además cuenta con el apoyo sostenido de Cristina.

De hecho, la Vicepresidenta lo sentó a su lado en el acto de Avellaneda en un claro gesto de respaldo y fue la alocución del Gobernador la que la precedió en la palabra en el marco de aquel encuentro.

También es válido mencionar que los sondeos indican que el gobernador bonaerense es el único dirigente que logra absorber en el estratégico conurbano bonaerense la casi totalidad de la adhesión entusiasta que despierta en esos vastos sectores Cristina Kirchner.

En tanto, el mandatario bonaerense busca relanzar la gestión provincial y en ese menester se preocupó por cumplir su promesa de culminar la paritaria 2022 unos puntos por encima de la estimación inflacionaria, y avisó que convocará a los gremios sobre el umbral de febrero para afrontar los aumentos salariales de 2023: no quiere en el año electoral ningún atisbo de sobresalto con los sindicatos docentes.

Kicillof también comienza a recoger, aunque tibiamente por ahora, el apoyo de algunos intendentes peronistas del interior bonaerense que se avienen a blanquear tímidamente su sostén a la reelección del Gobernador.