Por Macarena Ramírez

La negativa del ministro de Obras Públicas e intendente en uso de licencia de San Martín, Gabriel Katopodis, de ir por un nuevo mandato en su distrito dejando ese lugar para el intendente interino, Fernando Moreira, abrió la puerta para que dentro y fuera del Frente de Todos comiencen a florecer candidatos en tiempos tempranos. El diputado nacional y dirigente del Movimiento Evita Leonardo Grosso ya dijo que quiere ser intendente. En la vereda de enfrente, ya hubo lanzamiento, el mediático abogado radical Mauricio D’Alessandro dijo, confiado, que va a ser intendente y empezó la campaña. A ellos se suman otros dirigentes distritales con aspiraciones que ven una oportunidad en un distrito donde su principal referente no estará en la boleta el año próximo.

“Quiero ser candidato a intendente en San Martín”, dijo días atrás Grosso, al tiempo que confirmó que su intención es competir en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del Frente de Todos enfrentando a Moreira. Es que ante la negativa de Katopodis de volver al distrito, algo que viene afirmando de forma contundente ante consultas periodísticas, en el propio oficialismo ven una puerta que se abre, ya que el intendente interino tiene, aseguran, menor nivel de conocimiento y aceptación que su jefe político y funcionario de Alberto Fernández.

La candidatura de Grosso se inscribe en la estrategia del Movimiento Evita de presentar candidatos y candidatas en más de una veintena de distritos de Buenos Aires. San Martín, junto con La Matanza, donde la diputada provincial Patricia Cubría desafía al intendente Fernando Espinoza, son las apuestas más fuertes entre los distritos del conurbano gobernados por el oficialismo. En ambos municipios, además, el Evita suma la carta de tener partidos vecinales que podrían utilizar en caso de que les negaran una interna.

Pero el dirigente del Movimiento Evita no es el único con aspiraciones. En San Martín, el Frente Renovador de Sergio Massa también tiene su candidato si se abrieran las internas. Se trata del funcionario de la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) Juan Eslaiman. En el caso de La Cámpora, el referente es funcionario del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, Lauro Grande.

No obstante, y pese a los lanzamientos tempranos, especialmente el de Grosso, todas las tribus peronistas forman parte de un esquema de unidad distrital impulsado por Katopodis, ocupando espacios en el gobierno municipal, el Concejo Deliberante y el Partido Justicialista (PJ) local.

En la oposición, la campaña también comenzó prematuramente. Apoyado por el diputado provincial possista Walter Carusso, se lanzó D’Alessandro. “Voy a ser intendente de San Martín”, afirmó en un comunicado en el que en modo electoral lanzó promesas de campaña como “saturar” el distrito con patrulleros y policías y bajar las tasas municipales.

Además del mediático abogado, en el distrito asoman otros dirigentes como Santiago López Medrano, exministro de Desarrollo Social de María Eugenia Vidal; Andrés Petrillo, quien encabezó la lista a concejales en 2021 y es parte del jorgemacrismo, y el duhaldista exintendente Carlos Brown.

Además de la ventaja de no tener a Katopodis como candidato, en la oposición se entusiasman con los resultados de las últimas elecciones, en la pasada compulsa legislativa Juntos quedó a menos de cinco puntos del oficialismo (39,47% - 37,70%) y la tendencia de que el votante de San Martín esté fuertemente influenciado por la agenda nacional y permeable al “efecto contagio” porteño.

Mientras tanto, Moreira se ajusta a su estrategia. Montado sobre la obra pública y de la mano de Katopodis, defenderá la gestión en el distrito. Además, hace meses que viene reforzando su presencia territorial y un perfil de mayor cercanía para revertir el desconocimiento de su figura por parte del electorado producto de no haber transitado antes una campaña electoral como candidato a intendente, y las obstrucciones que en ese sentido produjo los largos meses de aislamiento.