Se trata de Matías Miret, quien es juzgado en Barcelona junto con Eduardo y Gustavo Juliá, todos acusados por el tráfico de casi una tonelada de cocaína desde el aeropuerto de Morón hasta España. Según se reveló la semana pasada, al finalizar el juicio oral, uno de los hermanos le había pedido "perdón" al copiloto, dando a entender que éste no sabía nada del cargamento.
La esposa de Miret, Agustina Conil Paz, sostuvo que "el hecho que le den la libertad viene de la mano de la absolución. El abogado nos explicó que en España cuando el tribunal tiene una decisión firme y saben que lo van a absolver, no lo hacen esperar hasta la lectura de la sentencia y lo liberan".
La mujer aseguró a Telam que la noticia se la comunicó el propio Miret llamándola desde la cárcel. "Primero me hizo una broma, me preguntó si sabía algo y me dijo que había venido una oficial de justicia a decirle que la cosa venía mal, pero después me empezó a gritar que le daban la libertad y que se había terminado la pesadilla", relató.
"Estábamos seguros de que esto tenía que pasar porque el juicio fue totalmente favorable para Matías. Se demostró que él no estaba enterado de nada, que lo llamaron a último momento y que no tiene ninguna relación con el narcotráfico", afirmó la mujer.
El 5 de diciembre pasado, la fiscalía había pedido para los acusados 13 años de prisión y una multa de 140 millones de euros. Los más comprometidos son los hermanos Julá, hijos del exbrigadier José Juliá, jefe de la Fuerza Aérea del menemismo, por ser los responsables del modernísimo jet que el 2 de enero de 2011 llegó al aeropuerto de El Prat, de Barcelona, con 944,5 kilos de cocaína ocultos en el interior del tapizado de un sofacama y en los huecos de un armario refaccionado.
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