Mandatarios provinciales electos y en funciones avanzan con las conversaciones para ser el centro de la coalición más allá del resultado de Bullrich en las generales.
Por Gonzalo Prado
La conducción de Juntos por el Cambio (JxC) se prepara para tener un cambio de 180 grados a partir de las elecciones de octubre, independientemente del resultado que tenga la candidata presidencial del espacio, Patricia Bullrich. Sin esperar contar los votos, los gobernadores electos sumados a los que ya están en funciones tienen pensado conformar un grupo colegiado para incidir en la toma de decisiones de la coalición.
Esta avanzada, según pudo reconstruir Letra P, no ocurrirá hasta después de las elecciones para evitar los ruidos dentro del espacio en momentos en el que la relación de la ex ministra de Seguridad con Mauricio Macri y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, está marcada por las tensiones.
Los gobernadores de JxC tienen clara la conformación de esa nueva mesa, pero por ahora evitan los contactos oficiales. "Sólo hubo charlas informales", remarcó uno de los mandatarios provinciales en cuestión. El grupo que busca conformar la nueva conducción colegiada dentro de la coalición está conformado por Ignacio Torres (Chubut), Marcelo Orrego (San Juan), Claudio Poggi (San Luis), Leandro Zdero (Chaco), Carlos Sadir (Jujuy), Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Alfredo Cornejo (Mendoza) entre los que ganaron sus respectivas elecciones y Gustavo Valdés (Corrientes). El contingente espera agrandarse a partir del 22-O con Rogelio Frigerio (candidato en Entre Ríos), Néstor Grindetti (aspirante en Buenos Aires) y Jorge Macri (que busca gobernar la Ciudad).
Quienes ya ganaron sus respectivas elecciones saben que en los comicios nacionales se juega buena parte de la capacidad de presión que tendrán en el Congreso: por eso aún cuando no compartan las formas de Bullrich, necesitan que sea lo más competitiva posible para tener diputados y senadores que les respondan. En una elección de tercios, y dentro de una coalición que todavía no termina de curar las heridas, una diferencia mínima puede significar una banca más.
La letra chica de la nueva mesa
Los gobernadores tienen claro que los halcones de JxC intentarán, en el caso de que Bullrich no gane las elecciones, hacerles pagar cualquier tipo de acercamiento a Sergio Massa o Javier Milei en una campaña hacia un eventual ballotage, tal como cargaron contra Larreta por su relación con Alberto Fernández y Axel Kicillof durante la administración de la pandemia del covid-19. "Van a dejar todo en la cancha porque matan dos pájaros de un tiro: consiguen poder de negociación en el futuro y nadie les va a poder reprochar ser prudentes por la responsabilidad de gestión", le dijo a este portal uno de los fundadores de la coalición opositora.
La conformación de la mesa de gobernadores tiene como objetivo "jubilar" ciertos liderazgos dentro de la coalición. Uno de ellos el del expresidente Macri. No buscarán expulsarlo de JxC, pero quieren ver hasta qué punto avanza su relación con Milei si el libertario llega a la presidencia o si se queda con la jefatura de la oposición.
En el radicalismo cada vez son más las voces que replican supuestos comentarios del expresidente sobre que Bullrich se encuentra fuera de la competencia y, por ende, la coalición se debe preparar para una eventual gestión libertaria. Macri, mientras tanto, niega afirmar tales cosas y sostiene que los coqueteos con el espacio del economista son por malas interpretaciones de sus dichos.
Una mesa, varias miradas
Aún cuando tienen como objetivo oficiar como un bloque unido, los gobernadores de JxC tienen diferentes opiniones y afinidades entre ellos y con el resto de las figuras de la coalición. Cornejo es el más cercano a Bullrich, pero el mendocino no aceptará ser "segundo" de nadie penando en 2027, elección en la que ya sueña con ser protagonista.
Zdero tiene buena sintonía con la exministra de Seguridad, pero su principal socio es Valdés, mandatario que lo apoyó con recursos y armado. Orrego, Poggi, Pullaro y Torres mantienen una aceitada relación con Larreta y son más propensos a su forma de construcción con moderación y posturas de centro.
Sadir y el actual mandatario jujeño, Gerardo Morales, también tienen buena sintonía con Larreta más aún después de la campaña presidencial de cara a las PASO. Pero los bandos que se van conformado entre los gobernadores también tienen sus microdivisiones. Lo ejemplifica el scrum que se comenzó a gestar en la región de Cuyo con Orrego, Poggi y Cornejo. Torres hará lo mismo en la Patagonia con dos aliados de la coalición: Rolando Figueroa en Neuquén y Claudio Vidal en Santa Cruz.
Los juegos de Bullrich y de Larreta
Tanto Bullrich como Larreta son conscientes del nuevo centro de poder en JxC gravitará alrededor de los gobernadores, y quieren asegurarse un vínculo aceitado. Por eso sus respectivos armadores buscan fomentar las relaciones con cada uno de los mandatarios provinciales. La exministra de Seguridad le asignó esa labor al candidato a diputado por la Ciudad, Damián Arabia, y al actual legislador Sebastián García de Luca.
El jefe de Gobierno, por su parte, mantiene la misma estructura de armado comandada por su hermano, Augusto Rodríguez Larreta, y el secretario de Proyección Federal, Eduardo Macchiavelli, porque cree que su relación con los gobernadores electos es buena y no debe cambiar de intermediarios. "Orrego, Poggi, Pullaro, Frigerio, Figueroa y hasta Torres comulgan más con nuestra forma de construir", remarcó uno de los facilitadores del alcalde saliente.
Sin embargo, aún cuando Bullrich y Larreta quieran tener una silla en la futura mesa, los gobernadores electos sólo quieren asegurarse diputados y senadores para potenciar el poder que pueden tener dentro de la coalición en cualquier escenario, tanto si JxC llega a la Casa Rosada como si no.
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