El bebercio navideño, más allá del clásico vino, solemos vincularlo en España al cava, la sidra, el champán, el Jerez y licores varios de más o menos dudosa calidad, más las recientes incorporaciones de ponches y vinos calientes europeos.
Por: Liliana Fuchs.
Más allá del chocolate a la taza de Año Nuevo y Reyes, poco pensamos en bebidas aptas para todas las edades, pero en Suecia hay un refresco que triunfa y arrasa con la competencia en Navidad.
La susodicha bebida se llama Julmust y puede que a algunos les suene por habérsela encontrado en los lineales del supermercado de Ikea, quizá incluso aventurándose a probarla. Pese a tener solo poco más de un siglo de vida, este refresco es todo un símbolo festivo para los suecos, un sabor tan familiar y tradicional que ha trascendido su función original de ofrecer una alternativa al alcohol para quienes buscasen hidratar la garganta con algo que no fuera solo agua.
Qué es el Julmust
Con un color oscuro ligeramente teñido de granate o con matices rojizos, y una suave capa de espuma tostada generada por el gas carbónico, el Julmust recuerda a los refrescos de cola y se conoce internacionalmente como la soda sueca navideña.
Su nombre combina jul, Navidad, y must, que puede traducirse como un zumo de frutas o bayas, específicamente el dedicado a la fermentación alcohólica. El apelativo, por tanto, no es muy original, si bien esta bebida no contiene realmente zumo natural de ningún tipo ni tampoco ni un grado de alcohol.
La fórmula del Julmust original y genuino incluye muy pocos elementos: agua carbonatada, extracto de malta, extracto de lúpulo, azúcar, colorante de caramelo, ácido cítrico y especias, además de conservantes autorizados. El resultado es un sirope dulzón especiado de receta secreta que después puede aplicarse a bebidas derivadas, pudiendo hacer combinados alcohólicos o incluso cerveza.
La alternativa sobria a las sobremesas navideñas ebrias
Para conocer el origen de esta bebida tenemos que remontarnos a la primera década del siglo XX, y a la visión del emprendedor Robert Roberts, quien al parecer era un orgulloso abstemio preocupado por el desenfreno alcohólico de sus compatriotas durante las fiestas navideñas.
Roberts envió a su hijo Harry a Alemania para que estudiara química. Durante su estancia en Berlín, el aplicado joven pudo probar bebidas refrescantes sin alcohol que podían disfrutar alegres bebedoras de todas las edades, y dio con la fórmula para crear el sueño de su padre, una alternativa sueca a la cerveza con la que poder celebrar las ocasiones especiales.
Ya de vuelta en su país, en 1910 padre e hijo fundaron la compañía AB Roberts, comenzando a producir varias bebidas refrescantes carbonatas, entre ellas las primeras botellas de Julmust. Aunque en un primer momento se bautizó como Roberts Julöl, "cerveza navideña de Robets", por presentarse como alternativa al trago alcohólico, finalmente se renombró con un nombre menos confuso.
Las restricciones de venta y consumo de alcohol que se aplicaron en Suecia en la década de 1920 propulsaron definitivamente la popularidad de la novedosa bebida, ganando cada vez más adeptos en todos los grupos de edad, hasta convertirse en parte imprescindible de las fiestas.
El azote de Coca-Cola que vuelve por Pascua
El Julmust se suele describir como un refresco dulce especiado que, sencillamente, "sabe a Navidad". Puesto que la receta concreta de aromas y especias permanece secreta, es complicado definirlo, pero a menudo se compara con una cerveza de raíz o refrescos de malta, con un ligero toque tostado y cierto regusto amargo, que puede variar sutilmente según la compañía.
Porque solo hay una empresa que fabrica el sirope o mezcla original básica de Julmust, la misma Roberts que continúan sus herederos a día de hoy todavía en la ciudad de Örebro. La curiosidad reside en que esta base se vende a diferentes marcas de bebidas que comercializan su propio Julmust, siendo las más conocidas Nygårda y Apotekarnes, rivales entre sí, además de la propia de Ikea, Vintersaga.
Tan popular es este refresco que, al venderse solo en fechas navideñas desde mediados o finales de noviembre, muchos suecos compran de más para acumular durante los meses restantes y poder darse el gusto fuera de temporada. Es tal la afición que tienen por el refresco en el país que las ventas de otras bebidas descienden drásticamente alrededor de Navidad, perjudicando seriamente a grandes marcas como Coca-Cola o Pepsi.
Tal es el poder de ventas de esta soda que las dos compañías han intentado hacerle frente con sus propias versiones del refresco navideño; PepsiCo lanzó en 2004 Pepsi Holiday Spice, que solo sobrevivió dos navidades, y Coca-Cola lo intentó más tarde con su Bjäre Julmust, usando el sirope oficial de Roberts. Tampoco tuvo mucha mejor suerte.
A pesar de todo, el mismo refresco se comercializa en Semana Santa, simplemente cambiándole el nombre y el diseño de las botellas. En Pascua, la bebida oficial sueca es, se llama entonces Påskmust.
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