El intendente cree que hubo "fraude sistemático". Apelará, aunque con mínimo optimismo. El espejo de Al Gore y la bisagra del 19N. Conferencia poscumbre de asesores.
Por José Maldonado
Julio Garro no reconocerá la victoria de su adversario Julio Alak. Después de una madrugada difícil, tras recibir el jueves a la medianoche la noticia de que la Justicia Electoral había oficializado el triunfo del candidato de Unión por la Patria, el intendente de La Plata tomó la decisión de agotar las instancias para pedir que se vuelvan a contar uno por uno todos los votos de la elección del pasado domingo 22 en la capital bonaerense.
Lo hará a través de un escrito que presentarán en las próximas horas ante la Cámara Nacional Electoral los apoderados de su lista, aunque en su mesa chica y en su entorno político creen que hay poco margen para que ese planteo sea tenido en cuenta.
En su momento de mayor soledad política, sin referentes por el estallido y la crisis de Juntos por el Cambio, el jefe comunal convocó este viernes a su equipo de asesores para estudiar los pasos a seguir y analizar los elementos técnicos para apelar la resolución de la Junta Electoral que dio ganador a Alak. Tiene tiempo hasta la noche de este sábado. Antes, convocará a una conferencia de prensa para informar su decisión y tomar postura ante lo que considera que es una elección irregular.
Garro acusó el golpe de la decisión del jueves a la noche. Después de once días de indefinición y de conseguir que la Justicia avalara su pedido de reabrir y contar los votos de 79 urnas donde consideraba que había irregularidades, la decisión final de la Junta -que le negó un último pedido de seguir recontando mesas y consagró a Alak ganador- cayó como un baldazo de agua fría.
De acuerdo a los datos oficializados por la Justicia, en un padrón de 625.734 electores, el segundo más grande de la provincia, con la suma de votos de nativos y extranjeros Alak cosechó 166.479 sufragios y Garro, 165.873. Tan sólo 606 votos de diferencia. En la resolución firmada por los jueces Roberto Lemos Arias, Sergio Torres y Alejo Ramos Padilla, se definió que pese al recuento de 79 urnas no se modificó el resultado del escrutinio definitivo que se hizo el lunes en el Pasaje Dardo Rocha.
Poco después de conocerse esa resolución, el mismo jueves a la medianoche, Juntos por el Cambio (JxC) emitió un comunicado en el que anticipó su jugada y dijo que apelará el fallo de la Justicia tras calificarlo de “infundado”. En el escrito aseguró que volverá a solicitar la reapertura de todas las urnas "para garantizar la transparencia de las elecciones y cuidar los votos de los platenses". “Si algo quedó claro después de lo que vivimos durante las últimas horas fue la presencia de irregularidades sistemáticas que desvirtúan la voluntad de los platenses”, ratificaron desde el espacio.
El caso Al Gore
En la reunión de este viernes, a la que convocó a su mesa chica, se repitieron los argumentos que seguirán sosteniendo en el espacio: "Si se cuentan todos los votos de vuelta, la elección la ganamos nosotros", dice la dirigencia. Para eso, se aferra a lo que sucedió en el recuento de los votos de las 79 urnas que se abrieron el jueves. "Primero, Alak sostenía que había ganado por 1.500 votos por el recuento del domingo. En el escrutinio definitivo, la diferencia se achicó a 800. Y después de abrir 79 urnas, donde dos aparecieron sin boletas y en otras 48 hubo diferencias, se acortó a 606. Es falso lo que dice el juez electoral en su resolución: si seguimos contando los votos, la tendencia se revierte", afirma.
Las sospechas del garrismo de un "fraude sistemático" en la elección están centradas en una supuesta maniobra que habrían hecho los fiscales de Unión por la Patria para contabilizar como votos de boleta completa muchos votos que en realidad habían cortado el último tramo, el de intendente municipal.
Pero a las razones técnicas se le superpone una mirada política. En el entorno de Garro hay muchos que creen que el reclamo no prosperará, porque llevarlo al extremo implicaría poner en tensión todo el sistema. Se miran en el espejo de una de las elecciones más famosas de la historia moderna, la del año 2000 en Estados Unidos, cuando George Bush le gana la presidencia del país al demócrata Al Gore por poco más de 530 votos del estado de Florida.
Pero la decisión es presentarse a la apelación, quizás a la espera de un cambio de viento político. Por ahora, admiten, las chances son lejanas.
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