El gobernador inauguro la planta recicladora de Chanchillos y en diferentes localidades de la provincia avanza el tratamiento de adhesión al GIRSU, detrás queda en evidencia el apego al trabajo precario del gobierno radical.
En esta semana el proyecto “Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos” (GIRSU) de Gerardo Morales, inicio una nueva etapa luego de ser aprobado en la legislatura provincial. Le antecede una gran propaganda por parte del gobierno enmarcado en su slogan “Jujuy Verde”.
El gobernador se presentó en la inauguración de la planta de separación y clasificación de residuos de Chanchillos en el departamento de Palpalá, junto a una comitiva integrada por la Ministra de Medio Ambiente María Inés Zigaran, el director nacional de Residuos Sólidos Urbanos, Luis Lehmann; el director de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamiento Humano de la Cepal (Comisión Económica Para América Latina y El Caribe), José Luis Samaniego, y por último el intendente de la capital jujeña, Raúl “Chuli” Jorge.
Para la realización de esta planta se gastó 35 millones de pesos como primera etapa del proyecto del GIRSU, dinero que viene de una deuda contraída con el Banco Interamericano de Desarrollo. En la siguiente etapa se pondría en funcionamiento otro establecimiento de similares utilidades en San Pedro, a la vera de la ruta nacional 34. Para este se gastaría 195 millones de pesos.
Sin embargo este proyecto como se denunció en este diario no contempla el trabajo en blanco o el planta permanente de quienes trabajarían en esta instalación. Así lo establece el propio gobernador: “Esta primera etapa es parte de un plan que aborda toda la provincia, ya que lo que se busca es un esquema de descentralización territorial y de aporte de equipamiento para todos los municipios junto a sus trabajadores, incluyendo a familias que trabajan en los basurales que vamos a cooperativizar, para lograr una forma de vida digna”, destacó Morales.
En vez de integrar como empleados públicos en planta permanente a las familias que trabajan en los basurales de “El Pongo”, que ahora trabajarían en las plantas del proyecto GIRSU, el gobernador terceriza a estos trabajadores a través de cooperativas. Y deja abierta la privatización porque así como el estado acuerda para realizar en las diferentes etapas del tratamiento de los residuos con cooperativas puede hacerlo con empresas privadas, la ley del proyecto GIRSU deja abierta esta posibilidad.
Durante esta semana los concejos deliberantes de Abra Pampa, como San Pedro, y San Salvador de Jujuy por lo pronto ya empezaron a tratar la adhesión al GIRSU.
Detrás del proyecto de “Jujuy Verde” que hace alarde el gobierno, vecinalistas de la ciudad de Palpalá reclamaron contra el nuevo impuesto que se cobraría a los vecinos de las comunas que adhieran a este proyecto para financiarlo. Por si fuera poco ya los aumentos en la luz y el gas que sufren a diario los trabajadores de Jujuy, se le agregan nuevos impuestos.
Los reclamos de los vecinos, van en el sentido que se cobrará un servicio, que cobran los municipios y pocos pagan, pero el problema es que qué lo recaudado lo manejará la provincia y los municipios y no hay control de donde se invertirá ni las tarifas por cada zona.
Por otro lado no se habla en ningún momento de trabajo en blanco o planta permanente para los trabajadores que presten servicio en las distintas partes del recorrido de la basura y sus plantas recicladoras. Si el estado se beneficia con la recaudación de la nueva tarifa debería garantizarle la estabilidad laboral derechos sociales y previsionales.
Todavía queda pendiente y no se discute las mejoras en las condiciones de trabajo de los obreros, el 82% móvil y salarios por convenio, como lo plantearon los recolectores de Alto Comedero.
Detrás de la planta de Chanchillos pronto se muestra por atrás el uso de mano de obra precarizada a través de las cooperativas, esta vez de cuño radical bajo el discurso pseudo-ecologista del radicalismo gobernante.
Comentá la nota