La tercera jornada del juicio por el crimen de Tatiana Kolodziey reunió testigos claves en la causa, surgiendo ayer precisiones de un chofer y la operadora de la remisería datos que complicarían la situación del imputado Juan Cabeza. La suegra de la víctima estremeció la sala al recordarla cuando le planteó aquella noche sus deseos de ser mamá una vez que Arnaldo Enciso vendiera el campo en Paraguay y se casaran en diciembre.
Con la medida del tribunal de conducir por la fuerza a la testigo Magdalena Noemí Mancuello (esposa del detenido por falso testimonio Jorge Rosa) a prestar declaración a la sede de avenida San Martín 66 y la requisitoria de la querella de cotejos de pruebas a la operadora de la remisería Cándida Yolanda Peticarini a fin de ratificar si las prendas secuestradas se las vio puesta en la noche de los hechos al imputado Juan Cabeza, se realizó ayer la tercera audiencia del juicio por el crimen de Tatiana Kolodziey.
La Cámara Primera en lo Criminal de Resistencia presidida por Glerisa Lehmnann y las juezas Glenda Vidarte y Lucía Martínez Casas de Sanchís, con el fiscal de Cámara Jorge González, evalúa la conducta del tucumano que el 20 de octubre de 2012 pasó por el domicilio de Tatiana, luego que ella llamara para pedir un remis para dirigirse al domicilio de su novio Arnaldo Enciso.
Ayer declaró Yolanda Rafaela Rodríguez, madre del muchacho, y recordó cómo se desarrolló el encuentro que mantuvo con Tatiana separada por el garaje de la su vivienda. Antes pidió que se haga justicia y que el crimen de su nuera les arruinó la vida, puntualizando entre otras cosas que su hijo había perdido el trabajo.
Sostuvo que Tatiana le hizo saber de sus intenciones de casarse con Enciso pero que antes debería vender el campo que él tiene en Pilar (Paraguay), valuado en tres millones de pesos, para poder comprar una propiedad en Resistencia, a lo que Rodríguez le respondió que no es fácil comercializar una estancia a ese valor.
El día que fue hasta su casa
Por otra parte, ratificó que la radióloga había dado un dinero a su hijo para comprar hacienda y por eso el lunes 22 de octubre habían planificado los novios viajar hasta Pilar para esa transacción.
Esa charla que ambas tuvieron en la casa de Enciso, en calle Urquiza, se dio porque Tatiana no había podido localizarlo al teléfono y decidió ir a buscarlo.
Rodríguez aseguró que su relación con ella era normal aunque debió darle explicaciones ya que no le había contado que Arnaldo tenía tres hijos, uno en Paraguay y dos en Resistencia.
Ratificó que llegó a su domicilio en un remis porque así Tatiana se lo hizo saber al comentarle: “Me voy, porque vamos a ver cuánto me cobrará el remis”. Señaló que el auto era gris oscuro con vidrios polarizados y que del lado del conductor estaba el cristal bajo.
En ese sentido, contestó en la audiencia que el vehículo había estado a dos metros de su frente, lo que permitió ver entre otras cosas que el conductor “tenía rulos y dientes blancos” y que el rodado no estaba identificado con algo que indique remis, al menos lo que la testigo explicó ayer ante el tribunal.
El momento más particular se vivió cuando recordó que Tatiana le decía “un hijo solo quiero tener, un hijo” sonriendo antes de finalizar la charla. Allí la mamá de Enciso rompió en llanto pudiendo reponerse a los minutos y seguir con su testimonial.
Mientras que al dejar la sala pidió nuevamente la palabra para recordar que una vez “el cuñado y su hermana la amenazaron de muerte”, aunque la jueza Lehmann consideró que no era un aporte a la causa que se investiga en esa cámara.
Confirman que estuvo en un asado
Joaquín Ángel Ayala es el veterinario que invitó al asado de su cumpleaños a Arnaldo Enciso, el 19 de octubre de 2012. Primero él y luego su esposa Vanesa Roxana Uliana contaron sobre aquella fiesta en la que no vieron nada raro. También que no vieron manipular el teléfono a Enciso y que se retiró cerca de las 4.30, enterándose Ayala a la mañana del hecho porque el ganadero lo llamó para contarle lo que estaba ocurriendo.
El policía que ayudó en los primeros pasos
El policía Héctor Daniel González está en actividad hace diez años y antes de eso trabajó en la remisería Resistencia y a Arnaldo Enciso dijo que lo conoció cuando una vez patrullaba y vio su camioneta con calcomanías de razas vacunas y como también se dedica a la comisión de hacienda, se acercó a hablar , manteniendo una buena relación.
González el día que Enciso lo llamó por lo de Tatiana cumplía su primera guardia en el puesto de la Isla del Cerrito, por lo que al tomar conocimiento vino hasta Resistencia para colaborar en la búsqueda, habiendo cumplido con todo el protocolo como funcionario de una fuerza. Llamó a sus superiores, fueron con Alfredo Kolodziey a la remisería para preguntar datos sobre el conductor del auto Corsa gris que buscó a la radióloga y luego lo acompañó a radicar la denuncia en Investigaciones Complejas. Pero aclaró que nunca tuvo una cuestión comercial o laboral con el novio de la chica asesinada.
“Le di el viaje al móvil 41”
Tanto la operadora Cándida Yolanda Peticarini y el chofer Pedro Damián Cuenca de la remisería Resistencia declararon ayer en la tercera audiencia del juicio oral y público.
Fueron los últimos en hacerlo y la operadora deberá regresar para reconocimiento de prendas de vestir que pertenecerían al imputado Juan Cabeza y fueron secuestradas en los allanamientos.
Peticarini contó que el día del hecho, Cabeza “me pasó la mano” para despedirse y que ella fue la que asignó el viaje al domicilio de Arturo Illia 1635 al móvil 41 tras el pedido de una mujer que dijo apellido “Kolo”.
Detalló que el auto Corsa gris no cuenta con radio para comunicarse y que solamente compartió antes dos jornadas laborales con el imputado. Dijo que cuando llegaron a la remisería dos personas (Arnaldo Enciso y Alfredo Kolodziey) preguntaron sobre el auto y le respondió que estaba estacionado, a lo que el novio le hizo saber que no se hallaba.
En ese aspecto, la joven aclaró que el dueño del auto pidió que el auto quede en la remisería, lo que este dato complica a Cabeza ya que lo llevó a un lavadero.
Mencionó que el orden de salida estaba sujeto a un tablero donde los choferes dejaban las llaves de encendido colgadas con el número de móvil y así iban saliendo a buscar los pasajeros.
“El que sigue” fueron las palabras usadas por la operadora cuando buscó un coche para el domicilio de Kolodziey y allí se presentó Cabeza.
Por su lado Pedro Cuenca solo lo vio en el trabajo y que el vehículo de Cabeza no tenía radio para comunicarse. El chofer cruzó una vez al imputado y recordó que Cabeza esa noche vestía con “jeans, remera azul con vivos blancos y zapatillas blancas”, y agregó que el auto a cargo del tucumano contaba con oblea identificadoria en los laterales.
El acusado lavó el auto
Fabio Ramón Encina declaró ayer y confirmó que Juan Cabeza llevó el auto al lavadero próximo a Casa de Gobierno. El muchacho admitió haberle lavado el vehículo que habría usado el acusado para trasladar a la radióloga Tatiana Kolodziey. Contó que mientras hacía ese trabajo, el conductor leía el diario y fumaba y que lo notó “normal”. También que ambos laterales del auto estaban con mucho barro y que lavó las tres alfombras. Preguntado sobre cuál estaba más embarrada, respondió que “la del lado del conductor” y que no encontró “cabellos ni manchas” y que tampoco “había olor raro”. Quince pesos le pagó el remisero por su trabajo que no se excedió más de veinticinco minutos. Recordó que Cabeza había estado en otra oportunidad pero fue atendido por otro empleado.
Hoy vuelve el novio
En la última audiencia de la semana volverá a comparecer desde las 8 el novio de la víctima, Arnaldo Enciso, a fin de participar de una pericia propuesta por la querella a cargo de los abogados Ernesto González y Elena Almada Bareiro. Hoy el empresario ganadero, que ya declaró el miércoles, volverá a los tribunales de avenida San Martín 66 de la capital chaqueña.
Un compacto musical será pasado en la sala de audiencias donde podrá el muchacho referir cuál tema es el que habría escuchado de fondo cuando recibió el supuesto llamado extorsivo. Enciso, tras su primera declaración, no salió por el edificio de los tribunales, sino que lo hizo por la dependencia próxima de Investigaciones Complejas, seguramente acompañado por policías, aunque fue observado y abordado por la prensa antes de dejar la zona en su camioneta roja.
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