El DT habló de todo en un mano a mano con Ovación. Contó las primeras sensaciones al frente del equipo, su idea táctica, los clásicos que se vienen y el debut con Racing.
Está del otro lado del mostrador. Ya no luce la número siete en la espalda ni porta el brazalete de capitán. El mismo se encarga de despojarse del ropaje de futbolista y referente del plantel que fue hasta hace muy poco. “Lo que gané como jugador ya está, este es un camino nuevo y tengo que crecer día a día”, arranca convencido Lucas Bernardi, en la charla mano a mano que mantuvo con Ovación. Luce tranquilo, es consciente del desafío que tiene por delante, pero esto en vez de generarle ansiedad lo motiva y lo llena de esperanza. A seis días del debut oficial ante Racing, se impone desmenuzar los sentimientos y los conceptos futbolísticos que atraviesan al flamante DT leproso.
“Yo me siento reconocido y muy querido por la gente. Y no estoy acá para ver si tiro a la basura lo que hice o si llego a ser más que lo que hice. Estoy porque siento que tengo que estar acá. Lo que pasó antes ya está”, enfatizó Bernardi, aceptando sin dramas las reglas de juego de la nueva profesión que comenzó a desandar.
Desde que asumió, uno de sus principales objetivos es que en Bella Vista todo funcione como un reloj, para que los jugadores estén cómodos desde que pisan el predio hasta que se retiran y así puedan rendir al máximo de sus posibilidades y vaya “creciendo el compromiso y la convicción con la idea de juego”.
Bernardi aprendió de cada uno de los entrenadores que tuvo a lo largo de su carrera, “tanto lo que me gustaría ser como lo que no”, aclara. En el umbral de los referentes en la profesión ubica a Marcelo Bielsa, Gerardo Martino, José Pekerman y el francés Didier Deschamps, por ser “los cuatro que más me aportaron de manera global. Igual espero seguir aprendiendo porque recién empiezo”. Presentado el personaje, ahora vale arrancar la charla.
—¿Como fue venir los primeros días a Bella Vista en el rol de entrenador, cuando hasta hace poco compartías vestuario con muchos de los actuales jugadores?
—Me sentí muy cómodo, a gusto, todos me recibieron muy bien, más allá de que nos conocemos desde hace mucho tiempo, no sólo los jugadores sino todos los integrantes del vestuario. Disfruto mucho este momento. Obvio que es un camino que recién empieza y trabajaremos con respeto, honestidad y compromiso. Estamos muy bien. Obviamente que el resultado le importa a todo el mundo, pero para mí la convivencia también es importante porque es lo que hace que uno se acerque a los buenos resultados.
—¿Por qué asumiste el desafío, lo razonaste o actuaste sólo por el sentimiento hacia el club?
—Un poco de todo. Hay momentos que surge la chance, que te ofrecen el cargo y acá estoy. Lo pensé y lo analicé mucho sobre todo porque hacía seis meses que había dejado de jugar. Y por ahí había situaciones que no favorecían a que esté en el lugar que estoy hoy, pero en el análisis general había muchas más cosas buenas que malas y decidí aceptar el desafío. El corazón me dijo que no podía decirle que no a este momento. Será como tenga que ser, más allá de los logros que se puedan tener o no. Para mí un logro es que el equipo se sienta a gusto, después vienen otros logros más importantes.
—Volviste en 2009 y viviste momentos muy buenos y otros complicados en el club. Te consagraste campeón con Martino y ocupás un lugar entre los ídolos recientes de Newell’s. ¿Sabés que ahora en esta nueva función hipotecás todos tus antecedentes como jugador?
—Yo creo que no. Son etapas de la vida. Yo no creo que hipoteco nada. Lo que cuenta es lo que uno genera como persona. Hoy soy entrenador, antes era futbolista, pero sigo siendo una persona de una determinada manera y es lo que vale, más allá de logros, situaciones o resultados. Uno marca el camino con la forma de ser.
—¿No pensaste que te fuiste como un ídolo y ahora volvés para meterte en un “lío” por la exigencia de ser DT?
—Idolo es una palabra muy grande. Yo me siento reconocido y muy querido por la gente. Y no estoy acá para ver si tiro a la basura lo que hice o si llego a ser más que lo que hice. Estoy porque siento que tengo que estar acá. Lo que pasó ya está. Como entrenador seré lo que tenga que ser y seguiré viviendo tranquilo con mi familia, que es lo más importante, y nada más. Lo que gané como jugador ya está, este es un camino nuevo y tengo que crecer día a día.
—¿Cuánto incidió que Roberto Sensini sea el director del fútbol para que vos hayas aceptado?
—Más allá de Roberto lo importante es la idea general. Obvio que la presencia de Sensini ayuda mucho. La decisión más importante era ver qué había como proyecto y que Roberto sea parte de esto también te facilita la decisión. Hay una idea, un camino, que no será fácil, que hay que llevar paso a paso. Hay que preparar el futuro, pero caminar el presente.
—Se dice que los proyectos en el fútbol duran cuatro o cinco partidos.
—Ojalá que no. Es una frase común porque eso sucede en los hechos. Está claro que es muy difícil sostener proyectos sin resultados. Pero lo mejor para una institución es un proyecto y el tema es cómo lo sostenemos entre todos. Porque darle continuidad a un proyecto bueno es fácil, pero el tema es sostener la idea en los momentos de dificultad. Ahí hay que pensar con la cabeza y no con otra cosa.
—¿Querés volver a la forma en que supo jugar este equipo y que despertó elogios de todos?
—Yo no quiero volver a ningún lado. Yo inicio un proceso. Quierodarle identidad al equipo. Estos jugadores necesitan jugar con la pelota y ser agresivos. Creo que este es el camino. Entiendo que es la mejor forma que tiene este grupo de expresar su mejor rendimiento. El esquema 4-3-3 será para empezar y la idea es sostenerlo en el semestre. Lógico que después todo se puede modificar y entrenar. Para crecer hay que buscar el camino de la evolución.
—Están Maxi Rodríguez, Mateo y Nacho Scocco entre los referentes del plantel, ¿ese es el rol que tendrán en tu equipo?
—Es el rol que tienen y han tenido a lo largo del tiempo. Hay roles que se ocupan y el entrenador no tiene injerencia. Lo único que tenemos que hacer nosotros es entrenarlos para que estén de la mejor manera porque al grupo lo sostienen ellos. Es gente de mucha experiencia, que pasa bien los mensajes, que conoce el sentimiento del club, que vivió cosas buenas y malas, y que necesitamos que estén a gusto para que transmitan su comodidad y ganas de crecer adentro del vestuario.
—No querés que se vaya ningún jugador.
—Ojalá, pero eso no depende de mí. Lo mejor es contar con todos los futbolistas y el objetivo como cuerpo técnico es lograr el mejor nivel individual que cada uno nos pueda aportar hoy.
—¿Cómo manejás la ansiedad con la llegada de los refuerzos?
—Estoy cómodo. A gusto. No estoy nervioso. Son situaciones que se viven. Me da tranquilidad lo que veo en mis jugadores. Cuando lleguen, mucho mejor, y serán un plus para el equipo. Lo que más me importa es que los que están acá estén a gusto, siempre con responsabilidad, esfuerzo y convicción.
—Los últimos clásicos dejaron secuelas en Newell’s en todos los ámbitos. Ahora se vienen dos muy seguidos. ¿Cómo vas a afrontarlos?
—Primero vamos partido a partido. No puedo restarle importancia a los primeros encuentros del semestre. El clásico será en la tercera jornada y sabemos que es el partido más importante que tiene la ciudad y la institución y vamos a estar a la altura de la circunstancia. Sabemos lo que representa. Tenemos claro las consecuencias buenas y malas. Obviamente que vamos a ir por las buenas para iniciar este ciclo de la mejor manera posible. Claro que como técnico me motiva poder vivirlos. Igual hoy lo principal es tener al equipo bien y en eso estoy focalizado.
—Hay otro entrenador joven que
debutará como Gabriel Heinze, con quien te u-
ne una amistad y dirigirá Godoy Cruz. ¿Analizaron la posibilidad de armar una dupla técnica?
—Hablamos muchas veces y po-
siblemente tengamos muchas ganas de trabajar juntos, pero me daría la sensación que nos estaríamos peleando todo el tiempo (risas). Hablando en serio, tenemos una misma idea, un mismo camino y hay un montón de cosas que nos acercan, pero creímos que lo mejor para los dos era agarrar cada uno por su lado. Es muy difícil sostener una dupla de entrenadores por cómo somos los dos. Igual es un sueño que tengo y en algún momento tal vez se pueda concretar.
—Algunos jugadores del actual plantel rindieron al máximo en la era Martino y luego decayeron el nivel. ¿Cómo vas a hacer para que vuelvan a marcar la diferencia dentro de la cancha?
—Con trabajo y ayudándolos desde todo punto de vista. Estoy convencido de lo que quiero y eso se lo tengo que transmitir a ellos en la cancha, en el vestuario y desde la idea. No sólo desde lo futbolístico, sino desde que entran al club hasta que se van a la casa. Hay que tener en cuenta cómo se sienten en el vestuario, cómo los tratamos, cómo entrenamos y así irá creciendo el compromiso y la convicción. De esta manera todos irán tomando confianza y crecerán en lo individual.
—¿Estás ansioso para que llegue el debut ante Racing?
—Pienso en el día a día. Estoy con mucha energía, ganas y confianza en lo que estamos haciendo cada semana. Obvio que está el partido cerca y hay cosas por ajustar. Desde hoy prepararemos el debut.
El rol del entrenador en la contratación de refuerzos
Lucas Bernardi no cree “determinante” que como DT tenga que llamar a los jugadores personalmente para que los futbolistas vengan a jugar al club. “No sé si el entrenador debe hacerlo o no. Tal vez hay jugadores que prefieren no hablar con el técnico y otros que quieren que los mimen. Cada jugador tiene su forma. Si en Newell’s decidimos que en algún caso hay que llamar a alguien lo haré. Es cierto que se usa esta modalidad, pero no sé si es algo determinante para que un refuerzo venga al club”, expresó.
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