Nuevamente, el rumor ganó las calles e hizo eco en las unidades básicas del peronismo bonaerense: hay fecha y hora para la Intervención del Partido Justicialista, a pocos días de las elecciones internas. Según indicaron fuentes confiables a NOVA, Eduardo Duhalde volvió a insistir en errores técnicos que violan la carta orgánica del partido, y esta vez, su denuncia fue palanqueada por el propio Gobierno que busca romper con la unidad opositora. La fecha prevista para tomar cartas en el asunto es el jueves 14 de diciembre.
Un fiel reflejo de la inminente intervención es el congelamiento de la campaña en varios distritos: por ejemplo, en La Plata, la Lista de Pablo Bruera que encabeza Lucho Lugonesy la Lista de Julio Alak que lleva como primer candidato a Carlos Bonicatto, bajaron de revoluciones y están a la espera de cómo transcurre esta operación duhaldista – macrista: no quieren gastar dinero en una campaña que después puede ser invalidada.
A pesar del acuerdo y la conformación de una lista de unidad, a seis días de la fecha pautada para renovar las autoridades, la novela del PJ sigue sumando capítulos y volvió a reflotar la incertidumbre por una inminente intervención orquestada por el “Zabeca de Banfield”. Durante las últimas horas, en varios despachos de la gobernación bonaerense se volvió a hablar de la latente intervención judicial del peronismo, en virtud de que el Juzgado Electoral de La Plata haría lugar a varias de las impugnaciones de la elección interna convocada para el 17 de diciembre próximo para la renovación de autoridades partidarias, presentadas por los apoderados del duhaldismo Oscar Diani y Omar Gadea.
Luego del acuerdo de unidad entre el cristinismo, encabezado por el actual presidente Fernando Espinoza, y los renovadores acaudillados por Gustavo Menéndez (intendente de Merlo), se pensó que no había “clima político para una intervención”. Pero en las últimas horas, en la cumbre del macrismo volvieron a soplar los vientos interventores.
Los duhaldistas interpusieron una larga lista de impugnaciones que suman, entre otros, los siguientes temas: miles de afiliados que aparentemente estarían excluidos arbitrariamente de los padrones partidarios y la exigencia de que sean suspendidos en sus afiliaciones los dirigentes que fueron candidatos por otras fuerzas, por ejemplo, los candidatos a cargos electivos por Unidad Ciudadana y que ahora pasarían a integrar la conducción del PJ. También se cuestionan los mecanismos establecidos para los avales a presentar para cada lista en la interna entre otros temas.
El caso es que la presión política para que se intervenga el PJ y no asuma la nueva conducción encabezada por Menéndez aumentaría a partir de una serie de hechos. Por ejemplo, Menéndez partió anteayer a Roma a informar de la situación en el peronismo a Francisco. A todo esto, el gobierno estaría convencido de que algunos operadores papales impulsan un frente contra la reforma laboral y el ajuste económico, en el cual jugarían un papel clave Hugo Moyano y Menéndez.
La posibilidad de que el PJ, con el grueso de los intendentes, converja con una parte de la CGT en el armado de un frente opositor es algo que molesta en extremo a Mauricio Macri. En cambio, si se interviene el partido y se suspenden por ahora las internas, el cristinismo podría retomar fuerza y complicarles la vida a los intendentes que ya no responden al mando de aquélla. Una situación de ingobernabilidad del aparato partidario debilitaría así cualquier intento de armar un eje político sindical contra la política económica nacional.
De este modo, desde las entrañas del peronismo, acusaron a Duhalde y a sus dirigentes de ser operadores del macrismo: “Es una lástima que, una vez más, algunos que dicen llamarse compañeros, le hacen la segunda al neoliberalismo y buscan romper con la unidad del pueblo”.
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