El armado que el intendente de Avellaneda impulsa en el PJ es una iniciativa propia que apuntala al gobernador; la disputa contra La Cámpora en el distrito es un factor determinante
Javier Fuego Simondet
Entre los dirigentes peronistas bonaerenses que ensayan en público actos de rebeldía contra Máximo Kirchner, el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, es uno de los más activos. Apoya al gobernador Axel Kicillof y en los últimos días generó rispideces con La Cámpora, al visitar distritos administrados por la organización. Sin sacar los pies del kirchnerismo, Ferraresi juega una apuesta por iniciativa propia, coinciden fuentes peronistas que señalan que Kicillof no le dio un aval explícito a la movida. En el posicionamiento del jefe comunal, la disputa local con el camporismo tiene influencia.
Ferraresi respalda a Kicillof y es uno de los dirigentes peronistas que muestran en público esa postura en medio de las tensiones entre el gobernador y Máximo Kirchner, que redundaron en escenas de tirantez en varias ocasiones. Pone en cuestión el liderazgo del diputado nacional en el partido desde el propio kirchnerismo, en sintonía con dirigentes como Andrés Larroque, pero por un carril separado de quienes prefieren un camino más “deskirchnerizado”, como el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray.
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“Ferraresi es un compañero histórico del kirchnerismo y no necesita ningún aval para hacer su armado”, responden cerca de Kicillof a la consulta sobre una posible aprobación del gobernador para la estrategia del avellanedense. Ferraresi participa de actos en los que se respalda al mandatario provincial, como el plenario realizado en Florencio Varela a mediados de mayo o, a principios de junio, junto al movimiento social Barrios de Pie en su distrito.
Larroque, Ferraresi y Daniel Menéndez, el 8 de junio, en un plenario de Barrios de Pie en apoyo a KicillofPrensa Barrios de Pie
“Lo que hace Jorge es más por iniciativa de él que por Kicillof, que tampoco le niega esa posibilidad”, sostiene un intendente del conurbano consultado por LA NACION. “Cristina va a ordenar a Máximo con Kicillof. El gobernador necesita a Cristina. ¿Y, si ellos cierran, como queda Ferraresi?”, se pregunta la misma fuente.
Ferraresi visitó en las últimas semanas Quilmes y Lanús, dos distritos vecinos al suyo en los que gobierna La Cámpora. Armó plenarios en ambos lugares y recibió reproches, como el de Mayra Mendoza, la intendenta camporista de Quilmes, que lo tildó de “cagón” en una reunión en la casa de gobierno provincial. “Escuchaba a alguien que decía que lo que hacemos nosotros va a tener consecuencias. Estamos buscando que haya consecuencias. Nuestra realidad es que, desde 2009 hasta 2023, de ocho elecciones perdimos seis. Y, si no somos capaces de analizar por qué perdemos elecciones, es muy difícil que podamos construir un triunfo electoral”, afirmó Ferraresi en Lanús. También salió de su zona de influencia y se mostró en San Fernando, donde gobierna el massista Juan Andreotti.
El escenario municipal que enfrenta con La Cámpora influye en la estrategia del intendente de Avellaneda, coinciden fuentes bonaerenses y del distrito. “Se le metieron en el territorio. Máximo puso al senador provincial que le correspondía a Avellaneda [por Emmanuel González Santalla]. Jorge fue siempre cristinista y defensor de La Cámpora. Un poco es eso [el motivo de su juego propio en el PJ] y también su trayectoria e intenciones de ser protagonista”, evalúa un hombre del peronismo que remarca: “La parte más belicosa tiene que ver con cómo se comportó La Cámpora en Avellaneda”.
Ferraresi, el jueves, en la Municipalidad de Avellaneda, junto a Juan Zabaleta y Gustavo AguileraX
“Ferraresi patalea porque se quieren quedar con Avellaneda”, refuerza un jefe comunal del Gran Buenos Aires. La situación de Ferraresi durante el gobierno de Alberto Fernández guarda similitudes con la que vivió Juan Zabaleta. En diferentes momentos, ambos dejaron sus intendencias para ser ministros (de Desarrollo Territorial, Ferraresi; de Desarrollo Social, Zabaleta) y más tarde regresaron a sus cargos locales ante el riesgo de perder sus municipios. Zabaleta cayó ante La Cámpora en Hurlingham; Ferraresi ganó en Avellaneda.
Un dirigente avellanedense indica que la relación entre Ferraresi y La Cámpora “está rota”, que el intendente “está todo el tiempo combatiéndolos”, pero que la grieta aún no se expresa en la división del bloque del peronismo en el Concejo Deliberante ni en votos diferenciados en ese ámbito, porque “el presidente del Concejo [Hugo Barrueco] hace equilibrio”.
Más allá de que Kicillof no le haya dado un aval explícito para un armado político en su apoyo, Ferraresi tiene respaldo de funcionarios bonaerenses y también de intendentes del kirchnerismo duro. Se han mostrado con él Larroque (ministro de Desarrollo de la Comunidad), Daniel Menéndez (subsecretario de Economía Popular); los jefes comunales kirchneristas Mario Secco (Ensenada) y Fabián Cagliardi (Berisso) militan junto a Ferraresi y apuntalan a Kicillof. También fue invitado a un lanzamiento de exsciolistas, como Alberto Pérez, que presentaron una agrupación propia.
Ferraresi, el viernes, en el lanzamiento de Peronismo Bonaerense, un espacio de sciolistas que no se sumaron al GobiernoX
El último jueves, Ferraresi se reunió con Zabaleta (cultivan un vínculo fluido), quien por esos mismos días compartió una actividad con Gray, en el PJ de Lobos. Más allá de este punto en común, por ahora ambos grupos que se oponen a Máximo Kirchner no confluyeron.
Los movimientos del intendente de Avellaneda también despiertan precauciones en intendentes que prefieren aún no jugarse por su apuesta. “Me convocó, pero hasta que no termine de nacer el ‘kicillofismo’, no voy a estar ahí”, advierte uno de ellos.
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