El cordobés arrastraría tres bancas en el Senado y cuatro en Diputados. Con la ayuda de partidos provinciales, la coalición alcanzaría el cuórum propio.
Por Mauricio Cantando
La incorporación a Juntos por el Cambio del gobernador de Córdoba Juan Schiaretti y sus socios legislativos podría permitirle alcanzar el cuórum propio en ambas Cámaras del Congreso y funcionar con una mayoría automática para sancionar leyes a partir del 10 diciembre, en caso de llegar al poder.
Ese sería uno de los objetivos de Horacio Rodríguez Larretay Gerardo Morales, gestores de un acuerdo que hasta ahora no parece posible: la primera reunión entre los presidentes de cada fuerza política terminó rápido y mal.
En el entorno de Patricia Bullrich no aceptan el eventual desembarco al gobernador de Córdoba. Cerca de la presidenciable del PRO sospechan que podría convertirse en compañero de fórmula de Larreta y aportarle votos decisivos para la interna presidencial.
La exministra de Seguridad tiene otro plan para dominar el Congreso si llegar a ser electa presidenta, que es asociarse a los liberales de Javier Milei, quien sólo con cumplir las expectativas en las provincias grandes superarían las decena de bancas en Diputados.
La apuesta de Bullrich tiene dos riesgos: Milei difícilmente tenga presencia en el Senado y en su año como diputado no mostró voluntad de apoyar leyes que promovía JxC. El libertario sólo aceptó votar la de boleta única y para el resto de los temas de agenda (como la ley de alquileres) apagó el teléfono y se cortó solo con sus propuestas. Si se consolida como tercera fuerza del país tendrá más espalda para negociar.
En cambio, Schiaretti ofrece aliados asegurados en ambas Cámaras para aplicar una agenda de Gobierno, de la que seguramente querrá participar. Su ingreso a un frente opositor sería como adelantar los tiempos a una alianza parlamentaria que un presidente no peronista siempre necesita para gestionar.
Las cuentas detrás de la jugada
Como explicó Letra P, JxC no la tiene fácil para aumentar su presencia en el Congreso a partir de diciembre, porque deberá superar sus dos mejores performances en votaciones legislativas, la elección de senadores de 2017 y la de Diputados de 2019, cuando la remontada de Mauricio Macri en las elecciones generales le permitió sumar más bancas que cuatro años antes.
De mínima, la alianza que hasta ahora integran la UCR, el PRO y la Coalición Cívica necesita repetir triunfos holgados en la Ciudad de Buenos Aires y en Córdoba, ganar en distritos chicos que le fueron esquivas (Río Negro, Chubut y Santa Cruz) y, lo más importante, crecer en territorio bonaerense.
JxC tiene 116 bancas, 13 menos que el cuórum; y suma con aliados 33 senadores, cuatro menos que la mayoría. Si sostiene esa representación, Schiaretti y sus socios podrían colaborar para abrir una sesión sin pedirle permiso al PJ hoy oficialista, sobre todo porque ya tienen garantizada una mínima presencia legislativa por varios años.
Si faltaran algunos votos, los oficialismos siempre tienen la chance de negociar con los partidos provinciales, que seguirán con una representación mínima, pero decisiva. Además, hasta 2027 será diputado el liberal José Luis Espert, quien sí mostró voluntad de ser parte de JxC.
En el Senado, tal vez pensando en este acuerdo, Schiaretti gestionó y logró crear en febrero un bloque con su esposa Alejandra Vigo y cuatro exintegrantes del Frente de Todos: el jujeño Guillermo Snopek, la puntana María Eugenia Catalfamo, el entrerriano Edgardo Kueider y el correntino Carlos Espínola.
Snopek y Catalfamo culminan su mandato en diciembre; Vigo y Espínola siguen hasta 2027; y Kueider hasta 2025. Estos dos últimos mostraron vocación de dialogar con JxC cuando compartieron un encuentro con el diputado Rogelio Frigerio, candidato a gobernador de Entre Ríos, como explicó Letra P.
En Diputados, el interbloque federal que lideran los cordobeses tiene ocho integrantes y cuatro con mandato hasta 2025. Son los cordobeses Ignacio García Aresca y Natalia de la Sota, el bonaerense Florencio Randazzo y la socialista Mónica Fein.
Schiaretti buscará que en octubre reelija el jefe de su bloque Carlos Gutiérrez, el socialismo pone en juego la banca de Enrique Estévez y por el peronismo disidente de Buenos Aires las de Graciela Camaño y Alejandro Topo Rodríguez.
Las cifras son claras: con retener las bancas que pone en juego y sumar alguna más, JxC podría dominar el Congreso asociado a Schiaretti y su tropa. Se evitaría negociar leyes con gobernadores peronistas, que suelen canjearlas por beneficios para sus provincias. Pero por ahora, la incorporación no está garantizada. Son muchos los que se oponen.
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