A 37 años de la vuelta de la democracia, Juan Carlos recordó su paso el recinto, donde representó al MID.
El 30 de octubre de 1983, se realizaron las elecciones que concretaron la vuelta de la democracia en Argentina, luego de más de siete años de gobierno de facto. En Tornquist, la intendencia fue ganada por el radical Néstor Catani, con 3156 votos, sobre el Partido Justicialista, que obtuvo 2024 sufragios.
Tercero fue el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), que sumó 632 votos y logró ingresar una banca al Honorable Concejo Deliberante, que ocupó el Dr. Juan Carlos Fiz.
Este viernes en diálogo con nuestro medio, el queridísimo médico recordó su paso por el HCD. “Nosotros estábamos preocupados y los temas eran nuestros; nos tuvimos que formar, ya que no sabíamos lo que era un presupuesto”, comentó.
Con el resto de los concejales, “teníamos peleas grandes, se discutía todo, pero se terminaba el tema y nos sentábamos a tomar un café”. “En aquella época íbamos gratis, hoy un edil gana $50.000”, agregó.
Fiz señaló que su militancia en el MID comenzó entre fines de la década del 50 y principios del 60 en la Universidad de La Plata, donde estudiaba medicina y “la participación era muy grande”, y tenía como principal referente a Rogelio Julio Frigerio, quien fue funcionario del gobierno de Arturo Frondizi.
Una de las anécdotas más recordadas de su paso por el recinto fue cuando asistió a una sesión vestido de gaucho, debido a las “gauchadas” que le pedían. “Estaba atendiendo en el consultorio, le dije a un paciente que me tenía que ir al concejo urgente, me vestí de paisano y fui”, comentó.
Juan Carlos fue un médico ‘de los de antes’, que atendía e iba a domicilio a toda hora y sin costo. Trabajaba en el hospital y las guardias “las hacíamos gratis”. “El trato nuestro era totalmente distinto, con el enfermo convivíamos, lo conocíamos de memoria”, aseguró y destacó la figura del entrañable Juan de Dios Rodríguez Lehmann.
Ya jubilado, el Dr. Fiz admite que toda la situación que engloba la pandemia “me pone mal, yo tengo que salir y andar, ¿qué tengo que hacer encerrado?”, y lamentó no haber podido este año hacer una de sus pasiones: ir a la cancha a ver a su querido Unión, del que fue dirigente y es socio vitalicio.
Y más allá de no ejercer la profesión en la que se desempeñó por más de 50 años, comentó que aún continúa leyendo sobre medicina.
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