El juez se jubiló del máximo tribunal de la nación la semana pasada y en una entrevista con un medio especializado de la Facultad de Derecho de la UBA repasó su trayectoria y volvió a reclamar respeto por la división de poderes
Juan Carlos Maqueda dejó la Corte Suprema la semana pasada y hoy está jubilado. En una entrevista con un medio especializado de la Facultad de Derecho de la UBA, repasó su trayectoria, destacó la importancia de la Convención Constituyente de 1994 -que él integró- como un ejemplo de consenso, cuestionó el hiperpresidencialismo y dijo que si le hubiera tocado un caso, hubiera declarado la inconstitucionalidad de la ley que regula los decretos de necesidad y urgencia y le da un gran poder legislativo a los presidentes.
Maqueda, entrevistado por “Lecciones y Ensayos”, repasó su carrera y dijo que ahora vivirá su jubilación, tal como lo prevé la Constitución Nacional. “Yo lo voy a cumplir de esa manera”, afirmó. Respondió, además, que no cree que exista un número ideal de integrantes de la Corte y contó que no planea opinar sobre el funcionamiento del tribunal. “No creo que haya un número ideal. Creo en la calidad humana de los que vienen a la Corte. Creo que deben tener una gran calidad humana y una gran preparación jurídica. También tener un temple para aguantar cosas muy difíciles”, explicó.
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Entre los desafíos actuales de la Corte subrayó los que plantea la inteligencia artificial, que, según Maqueda, podría colaborar para agilizar los trámites de muchas causas que no deberían llegar al tribunal.
En la entrevista, Maqueda recordó sus inicios en la militancia política, en la facultad. “En aquel momento, a fines de los años 60 y comienzos de los años 70, había una juventud muy politizada. Había una proliferación de ideas de izquierda en esa época. Yo no me sentía atraído por esas ideas de izquierda, ni tampoco por las ideas de derecha. Siempre me sentí como un centrista y, a pesar de no venir de una familia política ni venir de una familia peronista, el peronismo encuadraba en mis pensamientos en aquel momento. Empecé a trabajar con las juventudes que trabajaban por el regreso de Perón a la Argentina a pesar de venir de una familia antiperonista”, relató.
Juan Carlos Maqueda dejó la CorteRicardo Pristupluk
Maqueda destacó el “honor” que fue para él integrar la Convención Constituyente de 1994. “Estamos a 30 años de aquella reforma donde creo que debe haber sido un ejemplo, en los 40 años de democracia, de consenso. Había vocación de consenso. No es porque no hubiera habido enfrentamientos, hubo enfrentamientos hasta antes del Pacto de Olivos y siguieron después de la Convención Constituyente. Pero hubo un espíritu Constituyente que se forjó en los dos principales partidos en aquel momento, el Partido Justicialista y la Unión Cívica Radical, a través del Pacto de Olivos de la expresión de los doctores Carlos Menem y Raúl Alfonsín que lo llevaron adelante. Eso se transmitió en todos los partidos políticos y pudimos hacer una buena Convención Constituyente, inclusive con quienes estaban en contra de la reforma constitucional”, recordó.
Maqueda ya había dicho que una de las deudas de la Convención fue no haber logrado atenuar el hiperpresidencialismo. “Yo lo primero que haría dentro de lo que hoy hay posibilidades de hacer, sería reformar el sistema de los decretos de necesidad y urgencia. Es una cosa inconcebible que para sancionar una ley tenga que pasar por las dos cámaras y un decreto de necesidad y urgencia, que es de excepción total y absoluta con la sanción de una sola cámara pueda mantener su vigencia”, afirmó.
Dijo que si no declaró la inconstitucionalidad de esa norma fue porque no le llegó un caso: “Yo no me he encontrado en este tiempo, desde el 2006 que está sancionada esta ley hasta ahora, estado en la corte, con un petitorio de inconstitucionalidad de este tema ni con una causa concreta. Si no, lo hubiera dicho en la causa concreta. Creo que, realmente estando ese tema en el tapete público hoy, es lo principal que hay que reformar”.
Consultado sobre qué normas cambiaría de la Constitución Nacional, afirmó: “Después, en una futura reforma constitucional yo modificaría varias cosas. Primero modificaría la Jefatura de Gabinete y creo que no me equivocaba yo cuando en mi proyecto, que ni siquiera tenía el nombre de Jefatura de Gabinete tenía el nombre del ministro Coordinador, pero era una función casi parlamentaria y no tenía el Jefe de Gabinete que estar como está hoy. Hoy prácticamente se ha convertido en un ministro más, el más importante de los ministros, pero un ministro más”.
Y agregó: “Después hay reformas que se tendrían que hacer en el Consejo de la Magistratura y otras reformas de otro tipo. Fundamentalmente el presidencialismo exorbitante que tenemos nosotros ya venía en la Constitución de 1853, ya Alberdi había dicho que necesitábamos un rey con el nombre de presidente. Eso corresponde a una cultura también. Eso no se logra con una reforma constitucional, si no que se logra con una prédica informativa sobre la idea de que todos los problemas no los resuelve un presidente”.
Maqueda relató que asumir como juez de la Corte Suprema fue uno de los desafíos más grandes de su vida. “Por eso yo decidí dejar la exposición pública tan alta que tenía hasta ese momento, que era presidente provisional del Senado, y, tradicionalmente, como los jueces norteamericanos que vienen de la política, no solo no participar en la prensa sino en nada que sea extra de lo que es la dedicación que un ministro de la Corte tiene que tener. Para mí esta tiene que ser plena, total y absoluta”, declaró.
“¿Cuál considera que fue el más complejo de sus votos como ministro de la Corte?”, le preguntaron. Maqueda sorprendió con su respuesta: “La historia era de un hombre de Neuquén, un empresario, que no había formado familia propia y viniendo del campo hacia la ciudad tuvo un gran choque. Quedó totalmente paralizado y así estuvo 20 años. Los hermanos se presentaron alegando que él siempre hubiera querido que lo desenchufaran de la máquina, como se dice. No pudo volver a hablar, no pudo volver a moverse, no abrió los ojos, no se podía comunicar con nadie, tenía muerte cerebral, no tenía signos vitales y no podía comer. Estaba realmente, como se dice, enchufado a máquina. Nos tocó decidir ese tema y fue uno muy difícil. El que se presentaba era su hermano, que era lo más cercano que tenía. Lo resolvimos favorable y se dio un fenómeno extraordinario después de 20 años de ese accidente. Nosotros lo resolvimos una mañana y a la tarde este hombre falleció. Es decir, no llegaron a desenchufarlo. Este fue el voto más difícil”.
Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz homenajearon a Juan Carlos MaquedaRicardo Pristupluk
Consultado sobre si tiene alguna crítica al funcionamiento de la Corte, afirmó: “Más que una crítica yo creo que la Corte está ante un gran desafío, como lo está toda la Justicia y como lo estamos todos en este nuevo mundo con la inteligencia artificial. No soy una persona formada como para opinar de la inteligencia artificial, pero lo que uno lee los medios de comunicación o en algún libro indica que es un cambio de 180 grados el que se va a producir. (...) Yo creo que muchos casos vienen a la Corte buscando ganar tiempo. Entonces me parece que en esos casos donde no hay cuestión federal, que para nosotros es tan importante, no hay arbitrariedad, que son las dos cosas que las cosas que se tienen en cuenta para abrir el recurso extraordinario, en esas cosas la inteligencia artificial va a producir un cambio muy grande. Un cambio como nos produjo el sistema informático nosotros con la pandemia. Hasta la pandemia nosotros que nos reuníamos a firmar a mano todas las sentencias”.
También opinó sobre el tamaño del Estado. “Yo creo que a pesar de que se llegue a un Estado mínimo, la división de poderes como se concibe en la República Argentina se debe seguir manteniendo estrictamente. (...) Creo que sí habrá adaptaciones en el mundo, pero creo que siempre habrá hombres que quieran dedicar su vida al Estado”.
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