No avala el sistema electoral, pero prefiere modificarlo en 2025. No responde a Alberto y será el más difícil de revertir para los gobernadores. También cuestiona el presupuesto de Massa.
Por Mauricio Cantando.
De todos los diputados oficialistas que desfilaron esta semana en las crónicas periodísticas como presuntos detractores a la eliminación de las primarias hubo uno que encendió las alarmas de los gobernadores, principales promotores de votar una vez sola desde 2023 para fragmentar a Juntos por el Cambio.
Se trata de Juan Carlos Alderete, líder de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), una organización que supo ganarse un lugar en las calles en los albores de las protestas piqueteras.
Alderete, que confirmó no estar dispuesto a votar una ley para borrar las primarias, también es dirigente del Partido Comunista Revolucionario, el PCR, la fuerza con más de 50 años de vigencia que reivindica al fallecido líder chino Mao Tse Tung y tuvo como referente local a Otto Vargas. En 2019 se incorporó al Frente de Todos y sumó también a la diputada Verónica Caliva, de Salta.
Pero a diferencia del resto de los diputados de movimientos sociales, la dupla Alderete-Caliva no vota según los deseos de Alberto Fernández y más bien suelen empatizar con las posiciones de Máximo Kirchner. Por caso, ni siquiera confirmaron que acompañen el presupuesto 2023.
Y su rechazo público a eliminar las primarias antes de fin de año generó algunas dudas respecto a lo que fue interpretado como un respaldo kirchnerista a esa idea, por las declaraciones del ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia Andrés Larroque.
El dirigente de La Cámpora reconoció que las primarias no sirven para lo que se crearon, pero que "en cualquier debate todos los sectores tenemos que tener la madurez de poder opinar y analizar las cosas no por la conveniencia del momento sino por lo que es mejor para el sistema político".
Yo siempre estuve en contra de las primarias, porque las consideré una ley prescriptiva para los partidos que compiten por primeva vez y deben llegar al 1.5% para competir. No es democrático eso. Pero no se puede cambiar las reglas a mitad de camino.
Alderete no parece lejano a esa línea, pero es más preciso en su definición: cuestiona las primarias, pero pide que su eventual eliminación sea desde 2025. "Si lees bien a Larroque, no termina de confirmar qué quiere hacer", interpretan las usinas de los gobernadores en el congreso, que eligieron a Jorge Capitanich y a Gerardo Zamora para convencer a Cristina Kirchner.
La ley para eliminar las primarias la presentará el rionegrino Luis Di Giácomo y si el oficialismo estuviera unido, serían necesarios los votos de Javier Milei y sus aliados para alcanzar una mayoría. El liberal recién se pronunciará cuando se conozca el proyecto, pero un diputado suyo de la Ciudad abrió la puerta a una negociación.
Pero para reunir una mayoría en Diputados, Frente de Todos necesita sus 118 votos. Ni uno menos. Los gobernadores creen que si Cristina se pronuncia a favor la presión de la Casa Rosada se cae como un castillo de naipes, porque nadie puede quedar como rebelde ante quienes tendrán las lapiceras para definir las listas de 2023.
Ya hay indicios: Eduardo Valdés, aclaró a LPO que si hay una mayoría de su bloque a favor de borrar la elección de agosto de 2023, la acompañará. Y el gobernador de Entre Ríos Gustavo Bordet, el único que se mantenía fiel al presidente, avisó que en tal caso apoyará una suspensión de las primarias. El único albertista paladar negro, por ahora, es Leandro Santoro.
Pero no hay dirigentes del PJ capaces de garantizar un respaldo de Alderete y Caliva, quienes ya dieron muestras de autonomía. No votaron ninguna ley de renegociación de la deuda, ni siquiera la primera que pidió Martín Guzmán a poco de asumir. Y en marzo se sumaron al lote que acompañó a Máximo en el rechazo al acuerdo con el FMI.
Seguramente vamos a proponer modificaciones en temas como el gasto social. No vamos a acompañar un presupuesto de ajuste, eso iría en contra de nuestros principios y sería tirar por la borda toda nuestra historia.
El año pasado, fueron los primeros críticos de Guzmán tras la derrota electoral. Le achacaron haber cortado programas sociales como el Ingreso Federal de Emergencia (IFE), un reproche que luego repitieron dirigentes kirchneristas.
Y en estos días ni siquiera garantizaron su respaldo al presupuesto 2023. "Seguramente vamos a proponer modificaciones en temas como el gasto social. No vamos a acompañar un presupuesto de ajuste, eso iría en contra de nuestros principios y sería tirar por la borda toda nuestra historia", anticipó Alderete en una de sus entrevistas radiales.
Cuando su nombre apareció en la lista de supuestos diputados detractores de la ley para eliminar las primarias, a diferencia de sus colegas fijó su posición y dejó bien claro que si por él fuera modificaría el sistema electoral recién para 2025.
"La mayoría, por no decir todos los partidos políticos, están en un proceso electoral para el año que viene. No se puede cambiar las reglas a mitad de camino", explicó a LPO y aclaró que las primarias sí pueden eliminarse para dentro de dos años.
"Yo siempre estuve en contra de las primarias, porque las consideré una ley prescriptiva para los partidos que compiten por primeva vez y deben llegar al 1.5% para competir. No es democrático eso", señaló.
Alderete imagina una ley que obligue a los partidos a realizar internas con los recursos que reciben del Estado por su performance electoral. Y que no haya límite de participación para competir en la general. No es muy diferente a lo que pide la izquierda.
"Hay muchos partidos que alquilan los sellos para los frentes electorales. Esas avivadas hay que cortarlas", propuso, pero para más adelante. Por lo menos para 2025.
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