El accionista del grupo forestal Tapebicuá y de la papelera Celulosa Argentina aboga por el voto a Sergio Massa porque apoya su llamado a la unidad nacional y advierte sobre la crítica del libertario al concepto de “justicia social”. También lo rechaza por la dolarización, el antifederalismo, el recelo a China y Brasil y el antiestatismo, aunque pide eficiencia al gasto público.
Por: Alejandro Rebossio.
No son muchos los grandes empresarios que dicen públicamente a quién votarán. Y menos son los que reconocen que sufragarán por un peronista. Pero los hay. Uno de ellos es José Urtubey, ex vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), accionista del grupo forestal Tapebicuá y de la papelera Celulosa Argentina y hermano del ex gobernador salteño Juan Manuel Urtubey. Tras la primera vuelta, afirmó que buscará convencer a sus colegas de votar a Sergio Massa.
—¿Por qué lo apoya?
—En realidad creo que va más allá del capítulo de empresario. Yo como argentino, como abogado, como salteño, no sólo me limito al empresario. Creo importante manifestarme sobre qué es lo que se va a debatir en estas elecciones. Son dos modelos de Argentina que estoy viendo que se debaten. En mi leal saber y entender entiendo qué es lo mejor para el país. Espero que así lo entienda otra gente también. Por eso hablo de convencer a la gente. Es importante entender que acá lo que se está atacando con la propuesta de Estado y de gobierno de (Javier) Milei es el ADN cultural de la Argentina. Eso es lo que me lleva primariamente a decir que no estoy de acuerdo. Te hago un repaso de los otros grandes capítulos y después termino con eso del ADN, que es lo más importante para mí. Primeramente, la dolarización en materia económica creo que es inconveniente, requiere una reforma constitucional y además genera una suerte de encorsetamiento a la economía. Externalidades negativas que se pueden dar en el mundo, y se han dado y hemos visto varias de ellas últimamente, no te permiten que vos tengas margen de maniobra usando una moneda dura de un país desarrollado, siendo vos un país subdesarrollado. Y si a eso le sumás que no tenés banco central, eso repercute en forma negativa a la producción y el trabajo.
—Como cuando estábamos atados al dólar entre 1991 y 2002 y en 1999 Brasil devaluó y empezaron a mudarse para allá las fábricas y los turistas...
—Así es. Lo viviste con el efecto tequila (1994) y en varias oportunidades en los 90. En materia social, quienes lo inspiran a Milei claramente están en una postura antiinclusión social, en el antiestado y el sálvese quien pueda. Lo leés a (Alberto) Benegas Lynch o al mismo (Emilio) Ocampo en su libro sobre dolarización y están en esa teoría. Tampoco estoy de acuerdo en eso. Ocampo y Milei dicen que hay provincias que están sobrerrepresentadas. Es decir, son unitarios, no son federales. Entonces yo, siendo un hombre del interior, no estoy de acuerdo. Tampoco estoy de acuerdo cuando dicen que van a sacar la ley de coparticipación. En todo caso hay que sancionar una ley como manda la Constitución. Desde el punto de vista de comercio exterior, Brasil y China son nuestros principales socios. No pueden ideologizar las relaciones comerciales en términos internacionales. Cuando empiezan a politizar, que los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y lo que sea, no estoy de acuerdo. ¿Por qué digo que atentan contra el ADN cultural? Porque cuando ataca la justicia social no está atacando al peronismo, no está atacando a la Iglesia, está atacando a el ADN solidario de la Argentina. ¿Cómo se conformó el país? Muchas familias del norte perdieron su patrimonio y sus vidas por formar el país bajo un concepto de solidaridad y de hermandad. Hasta en términos históricos también entran en ciertas grietas, hasta la figura de San Martín la reeditan, escuchaba declaraciones de Ocampo. Lo veo cuando en el cierre de campaña Benegas Lynch dice que hay que romper relaciones con el Vaticano, más allá de que Milei después lo desmienta. Pero vas viendo que está rodeado y él mismo hace un programa totalmente inconsistente y aleatorio. Me parece que está en juego algo mucho mayor a la economía. Por eso, más que convencer, yo quiero dejar muy en clara mi postura.
—¿Y qué reacción tuvo en el mundo empresario después de sus declaraciones?
—Distintas porque en gran parte de los aparatos productivos, de las cadenas de valor, hay problemas macroeconómicos, desafíos importantes que requieren consenso. Por eso el llamado a la unidad nacional me parece interesante. Pero más allá de eso, saben que aparece un modelo productivista, no el abrir indiscriminadamente a las importaciones o el sálvese quien pueda o que determinadas zonas del país se sientan sobrerrepresentadas en el Congreso. Me parece que la gente tomó conciencia de eso.
—Se armó lío, por lo que leí en Infobae, en el chat de empresarios Nuestra Voz, que estuvo a favor de (Mauricio) Macri en 2019, ahora está a favor de la dolarización y al que usted pertenece también, para mi sorpresa. Usted fue crítico de Macri...
—Es un chat privado, con lo cual prefiero reservarme los debates que se hablan. Estoy ahí y siempre he mantenido mis mismas posiciones. Con vos vengo hablando hace muchos años y vos me has visto siempre parado en el mismo lugar. Es decir, creo en ese país y creo que se requieren los consensos necesarios para avanzar para ese lado.
-¿Piensa que hay otros empresarios que pueden llegar a manifestarse igual que usted?
—Yo creo que sí. Hay mucha gente que se está manifestando. De hecho las elecciones fueron una manifestación clara de eso. Fíjate lo que es esta unión con Macri. Lo digo con respeto y lo dije en su momento, cuando en 2016, 17 y 18 tuve una postura muy particular de la economía. Yo los veo juntos, pero los veo aislados, fomentando más la grieta, sus principales aliados, los radicales, ahora son traidores, igual que los de la Coalición Cívica. El llamado a la Argentina es de unidad en este momento para atravesar la crisis. Yo no creí en lo que propuso Macri en su momento. Y tuve razón en cómo se desbarrancó el país. Ni creo lo que pretende hacer Milei.
—¿Entraría en un gobierno? ¿Tiene vocación para la política?
-No, no lo tengo pensado ni mucho menos.
—¿Por qué Massa fue el más votado en primera vuelta cuando es el ministro de una economía que cae y una inflación del 140%?
—Porque la gente entendió que se está discutiendo algo mucho mayor que la economía. La gente entendió que la salida es una salida ordenada, consensuada, no de quiebre, no de individualistas, no de aislacionistas.
—¿Y cómo ve usted la situación económica y de sus empresas, con faltantes de importaciones, caída de actividad, inflación?
—Veo una economía compleja, con muchísimos desafíos, hay carencia de dólares. Se necesita atravesar los problemas que hemos tenido adicionales por la falta de dólares por la sequía. Se necesita avanzar en un equilibrio, hay que eficientizar el gasto público, el déficit que se viene arrastrado, la inflación que se viene arrastrando desde hace una década. Porque no es de ahora. Vamos a ser justos, no es de ahora. El endeudamiento fue algo muy negativo. El punto está en que Argentina tiene una potencialidad enorme, porque vamos a poder ahorrar divisas por la inyección energética que vamos a ver el año que viene. Vamos a tener en minería grandes avances. En el agro, seguramente, si el tiempo nos acompaña. El verdadero desafío del próximo presidente es generar los consensos para avanzar en un equilibrio macroeconómico y en un fortalecimiento de un programa de desarrollo económico.
—Yo muchas veces oí llamados a la unidad nacional que después no se concretan. ¿Por qué esta vez puede ser? ¿Es necesario un plan de estabilización de precios?
—Uno de los problemas de la Argentina es que nos enamoramos de los planes. Sin lugar a dudas, planes más que de shock, de estabilización, hay que empezar a implementar integralmente entre las distintas variables de la economía, pero no enamorarse. Por eso es que estoy en contra de la dolarización, porque te pone un corsé de rigidez del que no salís. Hay que ir teniendo pautas, planificación, pero sin enamorarse in eternum, porque muchas veces el mundo va cambiando, la geopolítica en términos políticos, sociales y económicos va cambiando y la dinámica esa te exige muchos márgenes de maniobra.
—¿Pero puede haber esa unidad nacional? Porque no hay casi ningún dirigente de Juntos por el Cambio que abiertamente apoye a Massa...
—Vamos a ver porque yo creo que el Congreso va a ser obviamente el órgano indispensable. Yo veo el perfil de los gobernadores, tanto oficialistas como de oposición, y es un perfil muy razonable, con lo cual aspiro y creo que va a haber grandes líneas de entendimiento.
—Entre las primarias y la primera vuelta fui a visitar el departamento Los Andes, en su provincia, que había sido el departamento de toda Argentina donde más votos había sacado Milei, el 63%. Ahora en la primera vuelta sacó 43%. Algunas personas allá me decían que iba a perder muchos votos porque se metió con el Papa...
—Por supuesto, se metió no sólo con el Papa sino con el ADN cultural de la Argentina. Vos no podés atentar contra la justicia social como si eso fuese un eslogan.
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