Tras conocerse la renuncia de Juan Carlos Molina al frente de la secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la lucha contra las Adicciones (Sedronar), el director de la organización Adicciones XXI, José Nieto, dialogó con REALPOLITIK y expresó: “Termina siendo un retraso más en lo que son las políticas públicas vinculadas al tema”.
A continuación, la entrevista completa.
RP.- ¿Cuál es la situación actual de la Sedronar luego de la renuncia de Molina?
Termina siendo un retraso más en lo que son las políticas públicas en las adicciones. Si se hace un repaso de este gobierno no pudo dar en la tecla con esta cuestión. Hubo renuncias permanentes de los secretarios; dos visiones diferentes de cómo abordar la problemática: una de la Sedronar y otra del ministerio de Salud que terminaron por un lado no pudiendo compatibilizar acciones concretas, y por el otro haciendo un desperdicio severo.
Cuando Juan Carlos Molina asumió, Cristina Fernández de Kirchner inyectó 1.500 millones de pesos -que son 10 años de presupuesto de Sedronar- para desarrollar políticas de asistencia, capacitación y prevención. En un año y medio ese dinero no se sabe dónde fue a parar.
También cuando asumió echó a todos los técnicos de la Sedronar que se capacitaron durante años no solamente en el país sino en el exterior, los que verdaderamente saben de la temática y la problemática. Más allá de los cambios que había en la cúpula de la Sedronar eran los que siempre llevaban adelante los programas y que conocen aún al dedillo cada rincón del país el territorio para desarrollar las tareas.
Molina asumió con toda una cúpula de Kolina fundamentalmente venían del ministerio de Alicia Kirchner, nombraron casi a 1000 personas, una locura y han tenido que ser capacitadas sobre la problemática porque no tenían ni la más pálida idea de lo que era el abordaje integral de las adicciones y así les fue.
RP.- ¿Esto impactó en los centros de atención?
Sí porque la Sedronar más allá de que las gestiones fueran mediocres, malas siempre cumplía con las becas para tratamiento, ahora se le debe casi seis meses a las instituciones y muchas están al borde no de cerrar pero sí de tener que darle de baja a los tratamientos de los chicos porque no tienen para pagar a los equipos terapéuticos que están atrasados en su sueldo. Las ONG no pueden afrontar el gasto de comida diaria, de infraestructura de los centros de atención y empieza ahora a impactar en el equipo de trabajo. No es una cosa secundaria hacer un tratamiento terapéutico con una persona con problemas de droga.
RP.- ¿Por qué cree que se dieron estos cambios radicales en la institución y si fueron necesarios por qué no se sostuvieron?
Molina dejó los hábitos momentáneamente para poder asumir. La iglesia autoriza a los curas cuando asumen funciones públicas mediante dos formas, una, que es la que siempre le gusta a la cúpula de la iglesia es que se sumen a una gestión siendo curas sin cobrar sueldo, la otra, que es la que eligió Molina, implica dejar los hábitos, suspenderlos momentáneamente para poder cobrar el sueldo de funcionario, cosa que a la iglesia no le gusta para nada. Además hubo enfrentamientos con el Papa Francisco que está trabajando junto al Padre Pepe contra la despenalización de la droga. El año pasado a Molina también se le ocurrió plantear esa temática y nosotros le pedimos la renuncia de él en ese momento.
Por otro lado, el 4 de junio las organizaciones íbamos a hacer una toma simbólica de la Sedronar para darles una mano en lo que es la parte territorial, insertar a los jóvenes rápidamente en la Salud y que tenga atención ambulatoria, un hospital de día, una comunidad terapéutica. A partir de la toma simbólica del año pasado Molina atendió una sola vez a la gente que no sé si sabe de la cuestión profesional pero sí dónde están los focos de riesgo en la Argentina. Este 4 de junio íbamos a hacer lo mismo pero se adelantaron los tiempos ante la renuncia del titular.
RP.- ¿Sabe quién asume ahora?
No sé, creo que están todavía viendo hacia dónde ir, no quiere decir que este gobierno no tenga personas capacitadas. Esto lo digo a título personal a mí me gustaría que al frente de la institución esté Jorge Ruíz. Es un hombre de la ciudad de La Plata, una leyenda en la formación de operadores socio terapéuticos, en los ’80 fue el impulsor de la federación de ONG de adicciones en Argentina; fue el vicepresidente de la federación latinoamericana en Comunidades terapéuticas. En gestión con Julio Alak, estuvo durante mucho tiempo en la dirección de prevención de las Adicciones con éxito, en el gobierno de la ciudad con Mauricio Macri.
Ahora está asesorando a Alak en Justicia donde hace poco presentó un trabajo y un estudio sobre las adicciones en ciudad de Buenos Aires en el primer y segundo cordón del conurbano bonaerense. Creo que si le dan esa posibilidad va a ser una muy buena gestión, el tema que es una pena que estamos a pocos meses de terminar el mandato de este gobierno. Es muy difícil que en seis o siete meses pueda generar en la gestión algo que impacte en la sociedad.
Además cuando se asume una gestión, en una institución nacional por ahí se tarda tres o cuatro meses en recorrer las provincias, ver el diagnóstico que tiene la Sedronar en los diferentes estados provinciales, qué programas se están desarrollando, si se están desarrollando o no, si la plata llega a su lugar, si hay capacitación. Cuando renunció Rafael Bielsa, cinco o seis meses antes de que asumiera Molina los dos segundos subsecretarios de estado de la Sedronar llevaron adelante la gestión.
Ahora tranquilamente puede pasar lo mismo, el tema es que aquellos dos subsecretarios que remplazaban a Bielsa sabían de la problemática, tenían larga trayectoria en el abordaje de las adicciones y los que están ahora no tienen mucho prestigio, ni tampoco tienen el conocimiento para poder llevar adelante mínimamente alguna política. Así que no sé cuál va a ser la decisión del gobierno nacional.
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