Especuló en 2021, pero sus legisladoras lo descubrieron y se fueron con Milei. Discurso de guerra sin estructura. De Buenos Aires a la Casa Rosada, a pedir de Horacio.
Por Pablo Lapuente
En mayor o menor medida, la dirigencia nacional y bonaerense del PRO reconoce en privado que el ingreso de José Luis Espert a Juntos por el Cambio (JxC) es un round a favor de Horacio Rodríguez Larreta en la pelea con Patricia Bullrich. Si bien el economista añade una épica política más liberal a esta alianza y se amolda con docilidad a los intereses del ala moderada del partido amarillo, le aporta poco y nada en términos de estructura territorial; idea de amplitud sí, pero sólo individual.
“Esto es lo que tendría que haber pasado en 2021. Esos siete puntos que sacó ese año nos hubieran servido mucho para tener un triunfo más abultado y no darle la posibilidad al Frente de Todos (FdT) de salir a decir que ganaron cuando no fue así. Ahora bien, si Espert es candidato a presidente, le puede sacar votos tanto a Patricia como a Javier Milei, más allá de que no sea determinante. No tiene mucho para aportar”, analizó ante Letra P una voz del larretismo explícito que trabaja en la provincia de Buenos Aires.
Un funcionario con despacho en la sede gubernamental de Uspallata también leyó los últimos movimientos en el mismo sentido. El ingreso del economista calvo es un triunfo del team paloma y una punta de lanza para abrirse paso en la guerra contra el bullrichismo. No por nada, Augusto Rodríguez Larreta, hermano del alcalde y uno de sus principales operadores políticos, salió a pedir a los voceros de su equipo pelear a fondo de acá al cierre de listas. “Ya no tenemos más tiempo, equivoquémosnos haciendo cosas, no quedándonos callados”, aseguran que dijo para arengar a la tropa.
En el sector más duro de la oposición lo reconocen, aunque con matices, y prefieren apegarse al libreto de que ellos también promovieron el ingreso de Espert en 2021. Si bien duros y moderados querían su ingreso en los comicios de medio término, lo cierto es que en acuerdo con la UCR había puesto un piso alto en términos electorales -cercano al 25%- que signficaba clausurar casi por completo el ingreso de espacios más chicos como el de los liberales.
Los resultados lo confimaron. La alianza Juntos, que llevó a Diego Santilli como cabeza de lista, ganó con el 39,8% de los votos; la boleta del Frente de Todos, que fue liderada por Victoria Tolosa Paz, obtuvo el 38,5%. Fue la primera derrota del peronismo unido en la provincia de Buenos Aires y el economista de Avanza Libert alcanzó el 7,5%, que le permitió ganar dos bancas en la Cámara de Diputados del Congreso y tres en la Cámara baja de la Legislatura bonaerense, sumado a un despliegue de nuevos armadores y algunos concejales en distritos del conurbano.
Probablemente, no hubiera obtenido nada de eso si hubiera ido a una interna contra macristas y radicales, pero lo cierto es que la amplia mayoría de esa estructura hoy rompió su esquema y se fue a las filas de Milei. No confiaron en él y lo dejaron solo.
Tal como dio cuenta este medio, el caso más representativo es el de Carolina Piparo, su excompañera de fórmula, quien hoy trabaja de manera abierta para ser la precandidata a intendenta de La Plata en representación del minarquista. Lo mismo sucedió con dos de los tres legisladores bonaerenses: Constanza Moragues Santos y Nahuel Sotelo se sumaron al armado de La Libertad Avanza. Todavía es una incógnita los pasos a seguir del otro diputado, Guillermo Castello. Podría seguir los pasos de Espert e integrarse a un eventual bloque amplio de Juntos, especulan en los pasillos de la Legislatura.
Pese a que Espert perdió el capital político que tenía, su discurso de ultraderecha es ponderado por el larretismo para aspirarle votos al sector más radicalizado del electorado que tiene Milei, como primera opción para canalizar frustraciones y votos bronca, y a Bullrich, la gran garante de los cambios de shock y mano dura. El próximo round será ver si Juntos por el Cambio se amplía también hacia el peronismo no kirchnerista, que resiste tanto la exministra de Seguridad como el propio Mauricio Macri, y que promueven otra vez dirigentes como Larreta, el presidente de la UCR, Gerardo Morales, y la jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió.
La obviedad que denunciaban sus antiguos laderos sobre su acercamiento a Larreta no sólo quedó expuesta con su salto hacia la coalición opositora, sino también con el hecho de reveer su candidatura a la gobernación bonaerense. Espert fue uno de los primeros en lanzarse oficialmente a la contienda contra Axel Kicillof. Lo hizo el 4 de noviembre pasado, con un acto en la Ciudad de Buenos Aires con toda la pompa, en el que dio un discurso de guerra, prometió impuestos cero y “cárcel o bala” para los delincuentes.
El 13 de mayo hizo otro acto y se lanzó a la carrera por la Casa Rosada. Dijo: “Voy a ser precandidato a presidente por Avanza Libertad y a competir en ese nuevo espacio que estamos conformando con Juntos por el Cambio”. Las negociaciones con el alcalde porteño llevaban largo tiempo y la presunción de los legisladores que se mudaron al campamento de Milei ya era una realidad.
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