Jorge Macri: “Seremos más de un candidato PRO en las PASO para jefe de Gobierno”

Jorge Macri: “Seremos más de un candidato PRO en las PASO para jefe de Gobierno”

El ministro de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, exintendente de Vicente López y precandidato a jefe de Gobierno porteño, deja atrás la polémica dentro de Juntos por el Cambio por las elecciones concurrentes en la Ciudad, aclara que cumple “en exceso” con los requisitos para su candidatura, se muestra ecuménico y abre las puertas de la intimidad de la familia Macri.

Jorge Fontevecchia

—Generó una polémica el tema de tu domicilio, tras el pedido que hizo en su cuenta de Twitter el legislador de la Coalición Cívica, Facundo Del Gaiso, pidió que aclares si tenés domicilio en la Ciudad de Buenos Aires, requisito para ser candidato, ¿hay algún riesgo de impugnación de tu candidatura por eso? 

—No, no hay ningún impedimento, cumplo con los requisitos en exceso, si no, en ningún caso hubiera planteado una candidatura en la Ciudad de Buenos Aires. He vivido más de 41 años en esta ciudad, tengo una historia de vínculo con esta ciudad, mis hijos nacieron acá, me casé con Belén el año pasado. Hice salita de tres, de cuatro y cinco en el Washington School, vivía ahí a la vuelta en Arribeños 1212. Después fui al colegio St. Brendan’s, en Belgrano R, frente a la Plaza Castelli, que es un lugar de esos que te recuerdan muchos momentos alegres y felices. Nos mudamos de nuevo después para el lado de Palermo, Libertador y Ocampo, a mis 13 años más o menos. Cuando mi papá se enfermó, que vivía muy cerca de ahí, le pidió a mi mamá, ellos ya estaban divorciados, que se mude a su mismo edificio, así que papá vivía en el 11° “B”, nosotros en el 8° “A” de Ramón Castilla 2871, así que ahí seguí viviendo hasta los 34 años. Vivo ahora ya hace tiempo en la Ciudad de nuevo, así que no solo cumplo con los requisitos, que es una obviedad, pero me une a esta ciudad una historia de vida, una pasión, un compromiso muy grande que además, se ha acrecentado en estos casi dos años de gestión en la Ciudad, donde me siento muy comprometido con los ciudadanos y siento que además de cumplir con los requisitos, tengo atributos de gestión que para mí, son valiosos. 

—Respecto de los atributos, ¿hay que tener domicilio en la Ciudad de Buenos Aires? 

—Hay que tener residencia en la Ciudad de Buenos Aires. 

—Y la tenés. 

—La tengo y no hay ninguna incompatibilidad con el rol de intendente. De hecho, muchos intendentes del Conurbano viven en la Ciudad de Buenos Aires también, porque para ser intendente necesitás tener domicilio, que es un hecho más formal que de vivienda.

 

 

—Hay una diferencia entre domicilio y residencia. 

—Exactamente. 

—Me sorprende la diferencia entre domicilio y residencia. 

—Es que podés tener muchos domicilios. 

—Es distinto en Vicente López que en la Ciudad.

—Exacto, los requisitos son diferentes, entonces podés cumplir ambos requisitos al mismo tiempo. 

—En Buenos Aires se requiere entonces. 

—Residencia. 

“Espert hizo una interesante elección en el 21 en la provincia de Buenos Aires. Y lo que está claro es que Milei refleja ideas con las que nosotros coincidimos”

—Y en Vicente López. 

—Domicilio. De nuevo, por eso muchos intendentes tienen su domicilio en el municipio que gobiernan, pero viven en la Ciudad de Buenos Aires, es algo bastante habitual. 

—Y su residencia acá en la Ciudad de Buenos Aires.

—Sí, y eso es habitual, es legal. Pero más allá de eso, creo que el espíritu tiene que ver con....

—La residencia es el lugar donde vivís. 

—Exacto. 

“Muchos intendentes tienen su domicilio en el municipio que gobiernan, pero viven en la Ciudad de Buenos Aires, es algo bastante habitual”

—El domicilio es un domicilio donde uno asienta formalmente el lugar en el que va a recibir una información.

—Podés recibir una información, una documentación. Le pasa a mucha gente que tiene domicilio distinto y diferente al lugar donde vive. Te puede pasar a vos mismo, tal vez tener un domicilio acá y vivir en otro lugar. 

—¿Cómo te imaginás que van a terminar siendo las PASO para Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires del PRO? 

—Voy a ser candidato y con mucha decisión, porque he asumido un compromiso muy grande con los vecinos de esta ciudad, que además día a día en cada actividad, voy a salir de acá y me voy a ir a una reunión con presidente de Centro de Jubilados, después me voy a una reunión con vecinos en el barrio de Agronomía. Muchos de los que van ahí me dicen: “quiero que seas nuestro Jefe de Gobierno”, me comprometí a eso, voy a ser candidato y si Dios quiere y la gente me acompaña, Jefe de Gobierno. Creo que el sistema que se terminó eligiendo, sobre el que hubo bastante debate, es un sistema que permite la participación de manera cómoda. La boleta única electrónica va a permitir que discutamos nuestra candidatura, bien en sentido de la Ciudad, porque ya no hay una discusión de con quién voy pegado, en qué boleta. En un momento la gente va a entrar al cuarto oscuro, va a elegir su candidato a presidente y la lista de diputados, y después va a ir a la computadora y va a poder elegir quién de nosotros siente que representa mejor lo que necesita para esta Ciudad. Y eso me gusta mucho, que podamos discutir y consolidar una propuesta y oferta de cara a los ciudadanos. 

EL PRO Y LA CIUDAD. “Con el sistema que está planteado, donde seguramente vamos a ser muchos candidatos y probablemente más de uno del PRO, y no me preocupa, lo que hay que hacer es dedicarse a conquistar al ciudadano”. (FOTO MARCELO DUBINI)

—Cambiaste de opinión respecto a lo que decías de que el sistema era complejo, no conveniente.

—Te diría que sigo pensando que va a ser probablemente lenta la votación por este doble sistema, pero si lo analizo desde el punto de vista como candidato, la boleta única electrónica que ya la usamos en la Ciudad de Buenos Aires, es un buen sistema. Me preocupa que la gente tarde un poco más en votar, que es lo mismo que dije cuando se planteó el sistema. 

—Entonces, no es correcto esta idea inicial de que esto beneficiaría a Lousteau. 

—No subestimo a la gente. Si alguien cree que porque elige uno u otro sistema electoral va a lograr ganar una elección, subestima al ciudadano. 

—No era correcta esa suposición, no beneficia a Lousteau.

—No sé, por ahí alguien lo siente de esa manera. 

“No hay ningún impedimento, cumplo con los requisitos en exceso, me une a esta Ciudad una historia de vida”

—Pero no vos. 

—Yo no, porque dejame que use un ejemplo que es muy mío, pero en mi primera elección en Vicente López, tuve el 90% de corte a favor, nueve de cada diez personas me votaron cortando boleta. O sea, el sistema no estaba para que yo ganara. Mi presidente, que no fue Mauricio, porque Mauricio decidió no ser presidente, sacó 6 mil votos. Yo saqué 62 mil, o sea hubo 56 mil personas que se tomaron el trabajo de cortar boleta. Entonces, creo que cuando la gente te quiere votar va a encontrar la manera de hacerlo. Y si no te quiere votar, aunque la trates de meter de prepo en un sistema, no lo va a hacer. Y el porteño es muy sofisticado para votar.

—¿Y a qué atribuís entonces tanto ruido a partir de la decisión de Horacio Rodríguez Larreta de utilizar este sistema? 

—La principal discusión fue que faltó un ámbito de diálogo previo y eso no es lo que habitualmente suele ocurrir en el PRO, estas cosas se suelen debatir. Tenía derecho a hacerlo porque es Jefe de Gobierno y puede tomar la decisión sin ese diálogo previo, pero habitualmente en el PRO estas cosas se discuten. 

—Mauricio Macri dijo que lamentaba que el Jefe de Gobierno no hubiera trabajado en equipo, te referís a eso, lo que lamentaba era la no consulta, no el método. 

—Claro, es que el método puede ser opinable, la ausencia de diálogo previo es incómodo. 

“Si alguien cree que porque elige uno u otro sistema electoral va a lograr ganar una elección, subestima al ciudadano”

—Patricia Bullrich renunció la semana pasada a la presidencia del PRO en medio de estas disputas sobre la forma de elegir el Jefe de Gobierno de la Ciudad y la palabra que utilizó fue “la desobediencia” de Rodríguez Larreta, ¿cómo sentís que quedó la relación entre ellos, a partir de esta decisión, dado que al mismo tiempo ella te apoya a vos en la candidatura en la Ciudad?

—Nosotros hoy tenemos tres candidatos a presidente dentro del PRO, Horacio, Patricia, María Eugenia, en el orden que cada uno lo quiera ordenar. Con lo cual va a haber una competencia, y las competencias generan marcos de tensión y puntos de vista distintos, diferentes. Me parece una decisión correcta la de Patricia, haber renunciado a la presidencia del partido, porque muchas veces le decían que usaba el partido para su beneficio. Hice lo mismo respecto de la Provincia, dejé de ser presidente ya el año pasado, ayudo, porque tengo una experiencia en la provincia de Buenos Aires y ahora que además no soy candidato ahí, uno hasta puede hacer un aporte con un poco más de distancia y de sabiduría. Pero creo que tenemos que encontrar mecanismos para bajar los niveles de confrontación pública, en general. Me parece que los que tienen derecho a estar enojados hoy en la Argentina son los ciudadanos, no los políticos. Porque la están pasando mal, porque no reciben a diario la tranquilidad, el bienestar y el porvenir que esperan de un país que está sin rumbo. Entonces, a esa angustia que el ciudadano tiene, nosotros no le podemos agregar, sobre todo planteándonos como espacio de alternativa, un espectáculo de mucha confrontación interna. Y todos tenemos que hacer un esfuerzo, porque todos cometemos el error, a veces, de decir lo que no era apropiado. Después, los apoyos, yo siento que Horacio me invitó a esta Ciudad de Buenos Aires y fui muy honesto con él desde el primer día. Yo venía con un proyecto de ser candidato y lo planteé hace más de un año en gabinete, frente a todas las fuerzas políticas que integran Juntos por el Cambio, y dije “quiero que el PRO siga gobernando la Ciudad de Buenos Aires, vengo formado, capacitado y quiero ser candidato”. Horacio era consciente de eso, pero además lo hice público. Y una infidencia, cuando salí de la reunión me di cuenta que en gabinete había una fundadora también del PRO, como Soledad Acuña, que yo asumía que probablemente tenía su vocación. La llamé después, le dije: “Sole, espero que no te hayas ofendido”, me dijo: “No, para nada, a mí me encanta que cada uno diga los deseos que tiene, este espacio necesita más de eso”. Después Patricia se manifestó, Mauricio también lo hizo, otros dirigentes también. Ahora, al fin del día, todos esos votos valen uno, y si no entran los votos del vecino, no ganás la elección. Y con el sistema que está planteado, donde seguramente vamos a ser muchos candidatos y probablemente más de uno del PRO, y no me preocupa, lo que hay que hacer es dedicarse a conquistar al ciudadano. 

JUNTOS POR EL CAMBIO. “Si lo analizo desde el punto de vista como candidato, la boleta única electrónica, que ya la usamos en la Ciudad de Buenos Aires, es un buen sistema”. (FOTO MARCELO DUBINI)

—¿Creés que va a haber más de un candidato del PRO? 

—Me parece que vamos camino a eso, sería deseable que no ocurra, pero no le voy a decir a otros candidatos qué tienen que hacer. Yo voy a ser candidato, tengo un compromiso asumido con esta Ciudad y con los ciudadanos, con los miles de ciudadanos que me dicen “no aflojes, tenés que ser, me gusta lo que hiciste en Vicente López, vení a cuidarnos, traé tu mirada, lo que hiciste en seguridad, lo que hiciste en la costa, tu impronta de firmeza, el orden que necesitamos en esta Ciudad”. Ven en mí alguien que los representa, y de esto se trata la política. Uno puede ganar o perder una elección, lo que nunca podés hacer es dejar de representar. 

—De hecho, tenemos a Ocaña, quien dice que se lanza en la Ciudad para competir con vos, está Lousteau, está López Murphy, están los otros candidatos del PRO, ¿te parecen demasiados candidatos? 

—No soy yo quien tiene que decir si somos demasiados o pocos. De nuevo, hay una instancia que es la PASO que ordena y nos va a permitir a cada uno de nosotros contar qué tenemos para darle a la gente. Tengo detrás de mí, antecedentes, he gestionado. La gente puede ir, ver, tocar, vivir, circular por una ciudad como Vicente López, que es muy parecida a la Ciudad de Buenos Aires en muchos sentidos, porque no es solo el río, es Munro, es Carapachay, es Adelina, es Martelli, es Florida Oeste, es Olivos, es La Lucila. Y ver lo que hice, las cosas en las que creo, ver como gestioné seguridad, salud, educación. Tenemos la primera escuela Google de Latinoamérica y es una escuela pública. Tenemos el mejor secundario público de la provincia de Buenos Aires, que es el Paula Albarracín con el examen en la IB, que es para acceso a cualquier universidad del mundo. La verdad es que me siento orgulloso. Tres hospitales, un hospital general, un geriátrico, una maternidad que es modelo, amiga de la familia, donde se cuida mucho a la mamá o a la mujer que quiere ser madre. Tengo eso para poner sobre la mesa, y cada uno contará lo que tiene para ofrecerle al porteño, y el porteño va a elegir. Seamos muchos o pocos, el porteño va a elegir con mucho compromiso. 

—O sea que estás imaginando que Quirós va a ser candidato. 

—Los que quieran competir bienvenidos, no voy a imponer las reglas. 

—Decís “vamos camino a eso”, escucho al jefe de Gobierno de la Ciudad decir que tiene que haber un solo candidato, lo escuché a Mauricio Macri decir que tiene que haber un solo candidato. 

—Está bien, son sus opiniones. ¿Es deseable, sería lo lógico, es lo que hemos hecho históricamente? Sí. ¿Vamos a lograrlo esta vez? No lo sé.

—Pero tus decisiones no son vinculantes, vos creés que se va a presentar Quirós.

—No sé qué va a ser él, yo sé qué voy a hacer yo. Yo voy a ser candidato en cualquier escenario. 

—Volvamos entonces al tema de Bullrich renunciando a la presidencia del PRO, ¿creés que lo mismo tendrían que hacer quienes tienen cargo ejecutivo, por ejemplo, en tu caso, a tu puesto en la Ciudad, el propio Horacio Rodríguez Larreta, en la competencia presidencial, en el caso tuyo de Vicente López, que estás en licencia, ¿cuál es, a tu juicio, la relación con las candidaturas y las renuncias, ya no de la presidencia del partido, sino de las posiciones ejecutivas de gobierno? 

—Son decisiones personales, he sido candidato a intendente y me he presentado a una nueva reelección y seguí siendo intendente. O sea, uno puede ejercer un rol y ser candidato, pero es una decisión que voy a tomar más adelante y es muy personal. Cada uno la tiene que evaluar en cada momento. No me parece que haya un conflicto necesariamente, pero tampoco descarto que en algún momento sienta que la campaña está ocupando mucho de mi tiempo y no estoy cumpliendo bien con mi tarea y decida no seguir. 

ELECCIONES. “Es muy difícil saber cómo va a terminar una elección en un país que está todos los días batiendo récord de dólares y de inflación”. (FOTO MARCELO DUBINI)

—Entiendo por dónde vas, que probablemente en algún momento lo sientas. 

—No lo sé. Hasta ahora no me pasó. Insisto, he sido intendente para ser reelecto y pude con las dos cosas. No soy absoluto en estas cosas porque uno tiene que ser muy serio a la hora de ejercer un rol.

—Ahora parece un poco lógico que si uno está en la misma posición que va a hacer y no tiene que pedir licencia, porque de hecho se está postulando al mismo cargo que está ejerciendo, mi pregunta sería frente a otro cargo. 

—Por eso, como es la primera vez que me pasa, quiero analizarlo en el devenir, por eso no cierro puertas. Soy muy reflexivo, además, comparto esas decisiones muchas veces con Belén, que me ayuda a pensar desde otro lugar, más de afuera de la política. Las comparto en familia, son decisiones que para mí, como son muy personales, hay que evaluarlas ahí, con gente que te da su opinión de manera muy honesta y desde afuera del sistema digamos. 

—Yo presumí y cometí un error, si creés que va a haber más de un candidato, imagino que el otro que tiene más intención de voto, por lo menos en las encuestas es Quirós, pero a lo mejor estoy cerrando la lista demasiado pronto. 

—Soledad Acuña también hoy es candidata. 

—¿Creés que María Eugenia Vidal podría ser candidata? 

—Hasta ahora ella ha manifestado una decisión nacional. Se lo han preguntado varias veces, ha dicho que no. Pero de nuevo, tiene derecho a decidir aportar desde donde ella lo sienta, pero también en ese caso no altera mi decisión. 

—¿Te sentís poco acompañado en ese sentido? 

—No, nunca me sentí más acompañado, sinceramente. Las manifestaciones de Mauricio, de Patricia, de gente como Cristian Ritondo o Diego Santilli, que conocen mucho la Ciudad, Hernán Lombardi, alguien que también conoce mucho la Ciudad. Horacio, que me trajo a la Ciudad y me tiene en su gabinete, él es quien me abre la puerta de este sueño de representar a los porteños. 

—¿Por ejemplo si fuera candidato Quirós, creés que Horacio no tendría participación en esa decisión? 

—Supongo que sí, pero no necesariamente lo personalizo. Insisto, creo mucho en el contrato que uno construye con el vecino. Esta cosa del dedo que elige a alguien y eso lo transforma en el iluminado que va a ser elegido. Además, al porteño tampoco le gusta mucho que le digan a quién votar, así que ahí hay que tener cuidado. 

—Te veo muy ecuménico en tratar de construir un amalgamiento entre todos, pero lo que se ve es que hay una tensión en todos los distritos de Juntos por el Cambio. Mendoza es un ejemplo claro; Formosa, donde el candidato del PRO le discute a Naidenoff, quien tiene que ser el mejor candidato a gobernador, podríamos seguir en la lista hasta en Tierra del Fuego. 

—Provincia de Buenos Aires. 

—¿No hay una situación distinta a la que hubo en el pasado de una conflictividad mayor en la discusión de las candidaturas? 

—No sé si de conflictividad, pero claramente el nuestro es un espacio político que ha crecido mucho. Probablemente el PRO es de los espacios políticos que más figuras aporta hoy desde la oposición, como alternativa en distintos ámbitos. Y ya no todo se ordena...

LA ECONOMÍA NACIONAL. “Esta Argentina ha tenido demasiados vaivenes, y durante mucho tiempo me parece que hasta el argentino pensó que una crisis cada tanto acomodaba las cosas, no hay más margen para eso”. (FOTO MARCELO DUBINI)

—Por el radicalismo. Antes el PRO era un partido bonaerense y capitalino y que entonces en el interior eran todos radicales y ahora no. 

—Claro, y hemos crecido en la Provincia con muchas figuras, y en la Ciudad tenemos muchas figuras. Y eso demuestra también una forma de liderazgo de parte de Mauricio, ha sido un líder generoso, amplio, que nos ha permitido crecer. Muchos de nosotros nacimos a la política gracias a él y él nos dio esta posibilidad de expresarnos, de crecer. No pasa lo mismo en todos los espacios políticos nuevos. Entonces, eso genera más tensiones, no lo voy a negar. 

—Podríamos sintetizar en que el PRO antes no tenía candidatos que le compitieran a los candidatos del radicalismo en el resto del país, y que ahora, pasados ocho años, sí tiene candidatos y las tensiones que estamos viendo es el crecimiento del PRO en el interior, y del radicalismo en el territorio bonaerense. 

—Sí, es una buena manera de ponerlo. 

—Es un síndrome de crecimiento. 

—Sí, que tenemos que aprender a administrarlo mejor, probablemente. Por ser una novedad, administrarlo mejor. Me decías: “te veo muy ecuménico”, me voy a poner más ecuménico todavía. La Madre Teresa de Calcuta decía: “sé la gota que yo puedo poner en el mar, no va a cambiar el mar, pero el mar no es el mismo sin esa gota”. Trato de hacer mi aporte, no voy a empezar a patalear y a agredir a otros candidatos que quieran ser candidatos. No creo en eso, no me gusta, no se lo merece la gente.

“Nueve de cada diez personas me votaron cortando boleta en Vicente López. El porteño es muy sofisticado para votar”

—La provincia de Buenos Aires es un territorio que conocés muy bien, fuiste presidente del partido allí, estuviste con Cristian Ritondo, ¿genera alguna tensión eso con Santilli y con Larreta? 

—He tenido fotos con todos los precandidatos a gobernador de la provincia de Buenos Aires y creo que todos están capacitados, Cristian, Diego, Néstor Grindetti, Javier Iguacel, todos ellos, y hablo de los del PRO, está también Joaquín de la Torre, todos ellos me merecen respeto. 

—¿Joaquín de la Torre no sería PRO hoy? 

—No es del PRO, es de Juntos por el Cambio, es peronista, está con Patricia. Todos conocen la Provincia, todos tienen algo valioso para aportar. Así como no pido un dedo en Ciudad de Buenos Aires, tampoco lo impongo en la Provincia. Pero a veces, creo que hay como una extrema sensibilidad en la política con algunas fotos, pero me parece que la vida de la gente pasa por otro lado y ni es tan importante que nos saquemos una foto, ni debería ser tan dramático que lo hagamos.

—Siguiendo con la provincia de Buenos Aires, donde no hay ballottage,, ¿cómo podría funcionar en la provincia de Buenos Aires el reciente acuerdo con Espert? 

—Espert hizo una interesante elección en el 21 en la provincia de Buenos Aires. Yo creo que en ese momento intentamos ya que fuera parte de nuestro frente. No se llegó, probablemente porque en ese momento ocupó mucho de la energía interna y de la discusión la aparición de... 

—Facundo Manes. 

—Y la ida de Diego a Provincia. Y entonces, cuando hay tantas tensiones es difícil a veces incorporar a alguien más. Probablemente él sintió que era momento de mirar de afuera. Hoy tiene una voluntad distinta. No sé si esa voluntad necesariamente requiere de otro candidato a presidente para que sea parte, o si él puede ser parte desde otra manera en Provincia, candidato a gobernador, candidato a senador. No voy a decir qué tiene que hacer otro, pero sumarlo en Provincia me parece importante, me parece interesante, pero además lo respeto en su mirada, en su visión. Creo que logró representar a muchos bonaerenses y nosotros tenemos que tener la capacidad de incorporar gente valiosa que nos permita vincularnos con la sociedad desde otro lugar. Sería interesante, pero de nuevo, hoy no estoy en provincia de Buenos Aires, así que no voy a decirlo yo. Es primero una discusión de Juntos por el Cambio nacional, si se quiere, pero también de la provincia de Buenos Aires. Para eso hay una mesa de Juntos por el Cambio. 

“Horacio, que me trajo a la Ciudad y me tiene en su gabinete, él es quien me abre la puerta de este sueño de representar a los porteños”

—Mauricio Macri dijo recientemente que él cree que el ballottage va a ser entre el candidato de Junto por el Cambio y Milei, ¿compartís ese pronóstico? 

—Es muy difícil saber cómo va a terminar una elección en un país que está todos los días batiendo récord de dólares y de inflación, y donde el enojo de la gente busca, busca canalizarse, pero también espera un halo de esperanza, algunas certezas de capacidad de gestionar. No lo sé, lo que está claro es que Milei refleja ideas con las que nosotros coincidimos, algunas. Yo creo en la libertad, creo mucho en la propiedad privada. La necesidad de que al privado le vaya bien, el privado es quien genera riqueza. Creo mucho en un Estado más eficiente, presente, pero que no agobie. Esas son banderas que nos trajeron a la política desde el PRO, y él hoy está logrando probablemente expresar esas ideas por ahí de manera más clara a veces que nosotros mismos. Y nuestro desafío es recuperar ese lugar. Como he hablado con él alguna vez, se trata de que vamos a competir por quién seduce a los electores. Y está muy bien, eso es parte de este juego electoral. Yo soy respetuoso de todas las fuerzas políticas democráticas que tienen su expresión en la Argentina, y esa competencia saca lo mejor de nosotros.

—Siguiendo tu razonamiento, si la situación económica es más inestable y tiende a empeorar, ¿parecería confirmarse el pronóstico de Mauricio Macri, o no? 

—No lo sé. Es difícil armar un tercer partido en todo el país, tengo experiencia de eso. Nos llevó mucho tiempo hacer pie en la provincia de Buenos Aires, y lo digo porque es una elección que es la única casi relevante, que queda unificada y que requiere 135 candidatos a intendentes y legisladores y 40 mil fiscales, y sigue la lista de requerimientos. Entonces, no me gusta hacer mucho futurismo. Sin duda es una expresión que existe y es relevante hoy en la Argentina. 

—En Mendoza, por ejemplo, el PRO ya directamente está en acuerdo con el partido de Milei, imaginás que sería útil en algún distrito, no solamente el acuerdo con Espert, sino también con Milei, concretamente en la provincia de Buenos Aires? 

—Soy muy respetuoso de cada distrito. Si se logra en el marco de un acuerdo, sin poner en riesgo Juntos por el Cambio, creo que cada provincia tiene que encontrar la mejor alternativa para ganarle al kirchnerismo. 

—¿Por qué los radicales podrían aceptar a Libertad Avanza en Mendoza y no en Buenos Aires? 

—No lo sé, por eso hay que discutirlo. 

—Dijiste “sin poner en riesgo”, por eso supongo que lo que estás pensando es que si hubiera una alianza con Milei, se pondría en riesgo la alianza con los radicales.

—Tenemos tres fundadores originales, que en su momento, fueron Mauricio, Lilita y Ernesto Sanz, representando a los tres partidos fundadores, pero después se sumó Pichetto y el peronismo. Eso se debatió, entonces hacen falta debates previos, porque sumar es también no perder nada en el camino. 

—Estás hablando ahora a nivel nacional, ¿se podría a nivel distrital como es el caso de Mendoza, o Buenos Aires es lo suficientemente importante para que un acuerdo en Buenos Aires tenga repercusiones a nivel nacional? 

—Sí, porque además es unificada. Entonces, de lo que estás hablando es como eso incluye al candidato a presidente. Si fuera desdoblada y anticipada, hay otras autonomías.

—Por ejemplo, en el caso de Mendoza. 

—Claro. Son momentos distintos. 

—¿Qué pensás de la dolarización que plantea Milei como solución al problema macroeconómico argentino? 

—Me parece que lo que necesitamos, y ahí tengo algo para aportar también, es primero más allá de la dolarización, gente que esté acostumbrada a gestionar sin emitir y sin endeudarse, esa es una cualidad que tenemos los intendentes, no podemos ni emitir... 

—Ustedes no pueden emitir, tampoco los gobernadores. 

—Pero los gobernadores pueden endeudarse, los intendentes no. Entonces yo aprendí a gestionar con el recurso que hay y ésta Argentina, antes o más allá de una herramienta, como puede ser la dolarización. No soy economista y ahí escucho más a los nuestros que saben. Lo que necesitamos es confianza, administración con cuidado. Pensemos que Mauricio en poco tiempo pasó de no tener ningún recurso a tener muchos depósitos en garantía en el Banco Central, o sea en cuanto se recuperó la confianza de este país, tiene capacidad de ponerse de pie, de tener un sentido. Si la dolarización es la mejor o no herramienta, sinceramente, honestamente no lo sé, y es una discusión que dejo a la gente muy especializada. Lo que sí estoy seguro es que si seguimos gastando siempre más que lo que tenemos, el país no tiene futuro. Y si no entendemos que la Argentina tiene que evolucionar a nuevas industrias que generen más valor, nunca vamos a estar del lado de la generación de riqueza. El campo es central, pero la Ciudad de Buenos Aires no tiene ni litio, ni energías renovables, ni campo. ¿Qué tiene la Ciudad de Buenos Aires de diferencial? Capital humano, lo que nos disÉingue es nuestra gente. Nosotros podemos exportar servicios, competir. Esto que estás haciendo vos, la comunicación que llega al mundo, que lográs que rompa barreras. El turismo receptivo, la capacidad de recibir con hospitalidad, con cariño. Por eso planteo la necesidad de una Ciudad bilingüe. Ahora, ¿vamos a tener una Ciudad bilingüe con todos los porteños, más los bonaerenses, que entran a laburar acá pasando por las aulas? Ni de casualidad. Pero ya hay tecnología para que mucha gente aprenda inglés, por lo menos básico, que un camarero pueda vincularse con un turista en inglés y saber treinta o cuarenta frases, que un chico que está estudiando tecnología tenga un curso de inglés específico para poder venderle sus servicios al mundo con inglés técnico. Y esto me parece importante, porque a veces, nos quejamos que los jóvenes se nos van, nos quejamos o sufrimos el hecho. Obviamente cuando se te va es sufrimiento y queja. Tenemos que lograr que los jóvenes trabajen para el mundo, viviendo en el barrio que aman, y estamos en condiciones de hacer eso, pero tenemos que lograr que les permitan traer los dólares que generan afuera, generarles ciertas ayudas. 

“Me parece una decisión correcta la de Patricia, haber renunciado a la presidencia del partido”

—¿Cómo te fue a vos, con lo más parecido que tuvimos, que era la convertibilidad, tenés la experiencia de la actividad privada durante la convertibilidad, aquellos que son más jóvenes, que no tuvieron eso? 

—Me fue bien, hasta que de nuevo. 

—Se salió de la convertibilidad. 

—Se salió de la convertibilidad, pero esa certeza, esa posibilidad de tomar créditos en dólares para tener una maquinaria y saber que vos vendías productos, que podías exportar, yo pude exportar a España, a Estados Unidos, tuve una pyme industrial que me llevó a generar mucho trabajo, pero después volvió a pasar lo mismo. Se gastó más que lo que había que gastar, las cuentas no cerraron y como a muchas pymes nos costó sobrevivir. Esta Argentina ha tenido demasiados vaivenes, y durante mucho tiempo me parece que hasta el argentino pensó que una crisis cada tanto acomodaba las cosas, y no hay más margen para eso. En la profundidad de la crisis que estamos viviendo, económica, social y cultural, nos pone frente a un desafío, o continuamos por un país que se miente a sí mismo pensando que puede seguir gobernando sin asumir decisiones difíciles como el kirchnerismo, o vamos con la verdad y construimos un futuro que aunque cueste, valga la pena. 

—Te pido una reflexión final  sobre cuál es tu relación con el trabajo público, el trabajo privado,y por qué querés gobernar la Ciudad.

—Primero arranco por el final porque me trae a reflexión algo que por ahí no dije antes, la política a veces se vuelve muy endógena, y hay gente que está en el Estado que piensa que lo más importante que hay es el Estado. El Estado tiene un rol fundamental en nuestra sociedad, pero en la Ciudad de Buenos Aires lo más importante que tiene es el privado, con y sin fines de lucro. ¿Por qué hago esa distinción? Porque en el sin fines de lucro pongo clubes, sociedades de fomento, ONGs, centros culturales, que hacen tanto o más que nosotros por el deporte, la cultura y el privado con fines de lucro grande, pequeño, mediano, servicios, un restorán, un almacén, una empresa que está vendiendo servicios de contenido audiovisual al mundo con tecnología que en pocos lugares hay. Todos ellos son más importantes que nosotros. Yo creo que eso es parte del debate que hay en nuestro espacio político. ¿Cuál es el rol que tiene que tener el Estado? Porque algunos en nuestro espacio creen que si tenemos plata tenemos que hacer más cosas, aunque el privado ya se ocupe. Yo creo que no, creo que el Estado tiene que poner foco en actividades y responsables centrales y dejar de asfixiar al privado, porque quien genera riqueza, quien le da norte, desarrollo, es el privado y el Estado puede estar del lado de ayudar o de entorpecer. Y demasiada presencia, excesivo control cuando no hace falta, mucho direccionismo quita esa cualidad maravillosa del privado de emprender. Y sigo teniendo los dos hemisferios. Muchas veces digo a los vecinos, sigo siendo una persona normal, porque tengo gente que depende de mí, pero no con la plata de ustedes, con la mía. Yo sé de qué se trata dar laburo. 

“Yo voy a ser candidato en cualquier escenario. Los que quieran competir, bienvenidos, no voy a imponer las reglas”

—Mantenés tu pyme.

—Sí, chiquita, más acotada, porque esto me lleva mucho tiempo, pero tener la comprensión de lo importante que es el privado en la Argentina y volver a poner eje en eso y que brille, es fundamental en toda variable social, económica, de desarrollo, de creatividad. Eso para mí es importantísimo, es un aporte que hago. Cuando en la Argentina hablamos de ausencia de recursos y siempre la discusión parece abstracta, no nos alcanza la plata, la frazada corta. Pero hay algunos que creen que si administran un Estado al que le sobra tienen que hacer más cosas. Yo creo que si me sobra en el Estado, se la tengo que devolver al privado. 

—Bajar los impuestos concretamente.

—Claro, bajar impuestos y no ocuparme de cosas que no tengo por qué ocuparme, porque para eso hay otro. 

—Larreta subió impuestos, ¿crees que si fueras Jefe de Gobierno de la Ciudad el objetivo sería bajarlos? 

—Hace algunos días bajamos algunas tasas, impuestos, pero la Ciudad va a tener que ser un faro y un ejemplo en la baja de impuestos que la Argentina necesita y yo tengo ese compromiso. Me comprometo a bajar impuestos, a revisar el gasto, administrar con mucho cuidado, no porque no se haya hecho, sino porque la Argentina que viene va a necesitar que todos hagamos muchos esfuerzos, y la política va a tener que hacer doble esfuerzo. Entonces hay que quitarle el pie de encima al privado, no solo con la presión impositiva, a veces con demasiado control innecesario que le quita energía a un privado que quiere emprender y que lo único que te dice es “dejame laburar, dejame crear, dejame conquistar el mundo”. Y tenemos esa posibilidad de la Ciudad de Buenos Aires. La otra parte de la pregunta que me hacías tenía más que ver con el sentido de la vida. 

 

 “Mi viejo no creía, como Franco, que lo más importante de la vida era el laburo”

 

—Mencionabas recién una pyme forestal, al mismo tiempo, desde bastante joven estuviste a cargo de los emprendimientos de la familia. Tu papá, Antonio Macri, no tenía una pyme, era parte de una empresa muy grande como Socma, ¿cómo se llegó que vos pasabas de ser parte de la administración de las empresas familiares a una pyme? 

—La enfermedad de mi viejo, el quiebre. 

—Tu padre muere en 2002. 

—El 17 de agosto, muy joven, cumplió 67 años, si mal no recuerdo, en el hospital un 13 de agosto, el mismo día que son las PASO este año, para mí no es casual. Papá se infarta, cuando yo era razonablemente chico, tenía 21 años, fue su primer infarto y decide dar un paso al costado. 

—¿Que año era?

—86 creo. 

—O sea, muy joven.

—Muy joven, papá tenía cincuenta y pico de años, yo 21, se infarta y decide no seguir en ese nivel de locura, de tensión, y empieza a separar sus negocios de Franco. Siempre es difícil separar negocios familiares. Y yo, entre mi inconsciencia y la suya, empecé a tomar responsabilidades dentro de lo que quedaba de esas responsabilidades comerciales. 

“Mi papá estaba en Casa Rosada el día que Galtieri sale al balcón, y contradice su compromiso de decir que ahora se iba a buscar un acuerdo”

—Dijiste: “Mi viejo no creía como Franco, que lo más importante de la vida era el laburo y eso creó tensiones”, eso a partir del infarto que mencionás. 

—Sí, yo creo que él lo sentía antes, pero los infartos, esos momentos son...

—Un punto de inflexión. 

—Claro, son momentos en los que tomás decisiones y él empieza a dedicarse más al Hospital Italiano del que fue presidente y vice mucho tiempo. 

—Y otras organizaciones italianas. 

—La Fundación Cultural Coliseo. El CArmonía, que en la época que el Colón estaba cerrado junto al Mozarteum, eran los dos ciclos culturales más interesantes que había en la Argentina. 

—Unione y Benevolenza. 

—También. 

—Hospital Italiano es donde estaba Quirós al mismo tiempo, fue vicepresidente del Italiano. 

—Él fue vicedirector médico. Papá fue presidente y vice del Hospital, iba alternando porque se cumplía su período de presidente, pasaba a vice, pero la verdad es que el que más se dedicaba era él. Y ahí lo conocí también a Fernán. Y estas vueltas de la vida. 

LOS HERMANOS MACRI. Imágenes de archivo de Franco y Antonio ‘Tonino’ Macri, padres respectivamente del ex presidente y del precandidato a Jefe de Gobierno.

—O sea lo conociste a Quirós hace 25 años. 

—Lo conocí hace mucho, él tenía 32 y yo 30 años, hace mucho tiempo que lo conozco a Fernán. Las vueltas de la vida, me fui al Hospital Italiano porque todo el mundo me hablaba muy bien de mi viejo en carácter profesional. Uno de ellos, Néstor Grindetti por ejemplo, que había trabajado con él en el grupo Socma. Y yo nunca había laburado con mi viejo porque me crucé con mi viejo. Yo entré cuando él salía.

—Acá tengo una fotografía, que creo que es, si no me equivoco, una de las pocas fotografías juntas de tu papá con Franco creo que era en Pinamar, en el año 83, no sé si hay muchas otras fotografías de los dos juntos en alguna producción, así de los dos posando. 

—Dando una nota juntos no.

—Fue la única.

—Fotos juntos han habido unas cuantas, pero me acuerdo, fue en el Club Médanos, que era un complejo que habían construido ellos, donde también estaba mi tía Pía Calcaterra, lugar que disfrutábamos juntos. 

 

—O sea los tres hermanos. 

—Los tres hermanos, estábamos ahí.

—Que habían venido, si no entiendo mal, muy jovencitos. 

—Muy jóvenes. Creo que Franco tenía 17, Pía 15 y papá 13 años. La mamá los había dejado en el sur, se había ido a Roma, el padre se había ido ya. 

“Yo describo a Franco como un árbol muy frondoso, muy atractivo, pero abajo de esos árboles no crece nada"

—Había venido a la Argentina. 

—Claro, se había ido de Italia y ya había venido a la Argentina. 

—Lleva tu nombre el padre, Giorgio, o sea tu abuelo, tenés el nombre de tu abuelo, que además, era periodista. 

—Sí, y un humanista interesante. 

—Tu tío Franco siempre me decía que era periodista y socialista, cualunquista y siempre me decía que era bohemio.

—Fue uno de los fundadores del cualunquismo, una especie de vecinalismo incipiente, digamos, un concepto de nos reunimos no tanto en torno... 

—Acá tenemos una foto de tu papá jugando al golf con Franco, tres años antes del infarto, o sea 1983. 

—Ese era un momento en el que estaban creciendo mucho.

—Hay otra foto en la que están jugando al ajedrez, había otra fotografía más en la que estaban con sus parejas en ese momento, una nota de la revista “La Semana” de año 83. 

—Sí, en Pinamar. 

—Bien joven, ahí tenía 50. 

—Si, bien jóvenes. 

—Y ahí todavía los dos eran parte de Socma.

—Él era parte de Socma, después viene el infarto, esto de separar sus cosas y vuelvo un segundo a lo del Italiano, porque las vueltas de la vida las tengo muy en cuenta. Me voy al Italiano para convivir con mi viejo en un ámbito más profesional, quería ver cómo era ese padre del que todos me hablaban y yo solo lo vivía afectivamente. Entonces un día le dije: “quiero dar una mano”, “venite”, me dijo, sumate al Consejo. Era el único joven en el Consejo y estuve varios años de consejero del Hospital Italiano. Entonces un día Mauricio me llama y dice: “Jorge, qué te parece si venís y me ayudás porque tengo dos equipos de salud, los dos me dicen cosas distintas respecto de qué hacer en la Ciudad y vos por ahí podés aportarme, estás en un lugar que vas a saber a quién preguntarle”. Y efectivamente, hablé mucho con Enrique Beveraggi, que era el director médico y con otros médicos, y por eso entré a la política, empecé a coordinar los equipos de salud. 

 

—Por el Italiano. 

—Por ir a buscarlo a mi viejo. 

—Tu viejo llegó como decías, apenas adolescente, el 6 de enero de 1949, el papá de ellos, ya había venido antes, Giorgio, que en realidad es el fundador, podríamos decir, de los emprendimientos familiares en la Argentina. 

—No, porque cuando ellos llegaron él ya tenía su trabajo.

—¿Qué tiene que ver Tandil ahí? Porque naciste en Tandil, Franco está casado con una señora de Tandil, no sé si Mauricio nació en Tandil. 

—Mauricio nació en Tandil también, hay varias casualidades. Los dos se casan, Franco y Papá con dos mujeres de Tandil, las dos se llaman Alicia, en momentos distintos. 

—¿Y Giorgio no estaba en Tandil también?

—No, Giorgio estaba acá en Buenos Aires, trabajaba ya para una empresa italiana, pero en la parte administrativa. Era también especialista en temas contables, administrativos, financieros, así que trabajaba en eso. Seguramente los ayudó a abrir puertas, pero ellos se dedicaron a ser constructores, en realidad contratistas de obra, y estaban mucho en la zona de Tandil porque estaban construyendo obras en Necochea, por ejemplo, en Los Silos de Necochea, que son los viejos silos de material como los que hay acá. 

“Los dos se casan, Franco y papá, con dos mujeres de Tandil, las dos se llaman Alicia”

—Los dos juntos se enamoraron de dos tandilenses. 

—Sí, en momentos distintos, y los dos tuvieron su primogénito en Tandil, simplemente porque era verano. Yo nací en Tandil porque era verano y mi mamá fue a parir a Tandil porque era más fresco que acá. 

—Pero además era el lugar donde ella... 

—Claro, era habitual en general, que la mujer estuviera con su familia como ámbito de contención, pero nunca vivimos allá. 

—¿Tu abuelo no se dedicaba a nada relacionado con la construcción en Italia?

—Previamente no, porque él había pasado por la política, había asesorado empresas, pero no había sido empresario. Funda el partido “El Uomo Cualunque”, que salió tercero en la primera elección. 

—Tenía un diario.

—También, un diario. Salen terceros en la primera elección, cuando nace la República, saca como entre diez y doce, catorce puntos en toda Italia, y eso da base al cualunquismo, que después tuvo expresiones en México y en otros países. Así que en realidad, el primero de todos nosotros que se dedicó a la política fue... 

—Tu homónimo y tu abuelo. 

—Después diría mi papá, que tuvo una actividad muy fuerte.

—Para que los argentinos pudieran ser senadores en el extranjero. 

—Claro, pero además hay un episodio para mí muy interesante que no es tan conocido. Una de las pocas veces que antes de que caiga el Muro de Berlín, antes de que termine la Guerra Fría, una de las pocas veces que la OTAN no vota de manera unánime, fue en la guerra de las Malvinas. Italia se abstiene, cosa que en ese momento, en plena Guerra Fría, era casi impensado. ¿Por qué se abstiene Italia? Porque mi viejo, junto a otros tanos, empiezan una movida que se llamó “Italiani de la Argentina per una justa pace”, italiano de la Argentina por una justa paz. Y se ponen a juntar firmas y van a Italia. Me acuerdo con los libros de actas, tapa verde típico, la firma se juntaba a mano, no como ahora que tenés el change y tecnología. La gente hacía colas, y para los tanos la guerra representaba algo distinto que para los argentinos, que la vivíamos por ahí, con otra impronta. Se fueron a Italia, presionaron al gobierno y el gobierno se abstiene en la votación. Mi papá estaba en la Casa Rosada el día que Galtieri sale al balcón, y contradice su compromiso de decir que ahora se iba a buscar un acuerdo, y al ver la plaza llena dice que no va a buscar la paz, que vamos a una guerra. Mi viejo estaba en la Casa Rosada, junto a muchos otros, en lo que era un planteo distinto. Ellos se habían comprometido con Italia, que si Italia se abstenía y lograban puentes de diálogo, se evitaba esa guerra, se sostenía el reclamo, se ponía atención internacional sobre nuestras banderas. 

—Las famosas tres banderas.

—Exactamente.

—O sea, tu abuelo Giorgio y tu papá Antonio fueron los primeros políticos de la familia, antes que Mauricio. Y a Franco la política no le interesaba. 

—No en carácter propio, era un hombre con una influencia en la política relevante. 

—¿En qué se diferenciaba tu tío y tu padre? 

—Mi viejo era un tipo mucho más holístico, más integral.

—¿Era cantante también? 

—Le gustaba cantar, papá disfrutaba la vida profundamente, le gustaba cocinar. 

—Y a Franco solo trabajar. 

—Sí. Más grande fue descubriendo otros placeres. Que lo entiendo también porque hay que subirse a un barco en Italia, hacerte cargo de tus hermanitos, gastar la última moneda que te queda para comprarle, y esto es literal, cuando se sube al barco gasta la última moneda que tenían para comprarle una muñeca a Pía para el viaje, llegar a la Argentina sin saber dónde ir. 

—Estaba el papá ya acá. 

—Sí, pero el papá cuando llegan acá tenía otra mujer, y no los abrazó como el típico papá italiano. Entonces la mamá se había ido a Roma y los había dejado con una tía, ellos quedan en Polístena en Calabria, un pueblito muy chiquito, y ellos llegan acá y Giorgio ya tiene su vida. Y entonces Franco. 

—Hace de papá. 

—Hace de papá.

—Se puede decir que hay una relación entre tu papa Antonio, que se rebela frente a Franco, que le gustaba tomar las decisiones solo a lo que tu papá se rebeló. Y también, en la misma rebeldía de Mauricio con su papa. Mauricio compartió la rebeldía de Franco en su caso de hermano menor, porque Franco hacía de papá de todos y de papá literal de Mauricio. 

—Puede ser. Yo describo a Franco como un árbol muy frondoso, muy atractivo, pero abajo de esos árboles no crece nada. Y vos sabés que desde el punto de vista psicológico todos nos peleamos con nuestros padres, tratamos de vencerlo y después nos amigamos. Y Mauricio no se peleó con ese árbol, se alejó, construyó su propia identidad y pudo crecer, porque si no tomabas distancia de Franco era difícil crecer, por lo menos era difícil crecer como vos querías crecer. 

—Si no me equivoco, la Fundación Jorge Macri se hizo en 1992, la presidió tu papá y el nombre de la fundación era casualmente Jorge Macri por Giorgio Macri, finalmente se cierra en el nombre, decías: el 13 de agosto es el día de las primarias, es el día del cumpleaños de tu padre.

—El cumple de mi papá. Él fallece el 17 de agosto, el día de San Martín. Espero ese día agradecerle al vecino y festejarlo con él. ¿Qué es éxito en la vida? Yo creo que mi viejo se fue de manera exitosa de este mundo. Hay una película que si no la vieron, les recomiendo “Invasiones bárbaras”, canadiense, durísima, tenés que estar muy bien para verla. Pero que habla de una persona con una enfermedad terminal, pero logra irse rodeado de sus afectos. Obviamente, a veces hay muertes dramáticas por accidente, donde no existe la posibilidad de ese momento de reconciliación. Papá pudo despedirse de todos nosotros. Me pidió a mí que llame a cada uno para venir a despedirse, un viernes a la noche y no lo quería llamar a Franco. Él no quería que Franco viniera. Me dijo: “llama a tus hermanas, llama a tu mamá, a Miranda (su segunda mujer), a Pía, (su hermana)”. Y yo le dije: “y a Franco”. “A Franco no”, me dijo. Le digo: “viejo, si te estás yendo, ándate bien”. Esto que te lo describo con esta entereza, yo salía de la habitación de mi viejo y me caía al piso, literal. Y mi viejo tuvo una charla individual con cada uno de nosotros y una charla grupal con todos. También con Franco. Y se fue bien. Eso es éxito, porque si hay una vida o no después de esta que nos toca vivir, yo no lo sé. Quiero creer, soy un hombre de fe. No revelada, no absoluto, pero creo. Lo que sí sé es que la muerte definitiva es cuando nadie te recuerda. Y que le da sentido a esto que hago yo en lo público, cambiarle la vida a alguien. Sentir que lo hice para bien y que alguien un día recordará, como lo recuerdan hoy a mi viejo, que me crucé por su vida y fue para bien. Y eso es lo que me llena.  

 

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