Una veintena de alcaldes bonaerenses fuma la pipa de la paz. Se apean de sus briosos caballos partidarios y parlamentan para buscar soluciones comunes a sus condados.
"Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera", dicen dos de los versos más recordados del mítico poema Martín Fierro. Aunque, claro está, no alcanza con los lazos de sangre para que reine la concordia. Todos conocemos familias disfuncionales en las que hay caínes y abeles, llevándose como perros y gatos.
Lejos de los focos y casi en silencio, un grupo de intendentes del oeste bonaerense rinde culto a la máxima de José Hernández y apuesta por trabajar en conjunto, dejando de lado las diferencias, las grietas y las divisiones, guiándose por el interés común de sacar adelante a sus municipios.
Bajo la coordinación del histórico ex-intendente de Rivadavia, Sergio Buil, y con gestión de la Red de Innovación Local (RIL), el grupo Oeste Arriba está integrado por ocho jefes comunales de la región noroeste de la provincia de Buenos Aires.
El espacio multicolor ha ido creciendo desde sus inicios, llegando a conformar un segundo pelotón, más nuevo y con menos recorrido. El primero tiene cabecera en Trenque Lauquen, mientras que su hermano menor asienta su sede en Lincoln.
Si quien los describe fuese un relator de fútbol, diría que el equipo Trenque Lauquen forma con General Villegas (Cambiemos), Rivadavia (Cambiemos), Carlos Tejedor (Cambiemos), Tres Lomas (FpV), Salliqueló (Cambiemos), Carlos Pellegrini (Cambiemos), Guaminí (FpV) y el citado Trenque Lauquen (Cambiemos).
Por su parte, el equipo Lincoln sale a la cancha con el local (Cambiemos), General Pinto (FpV), Leandro N. Alem (FpV), General Arenales (Cambiemos) y General Viamonte (Cambiemos).
La mecánica de las reuniones es compleja, basada en dos requisitos innegociables que deben construirse encuentro tras encuentro: “confianza (cada uno de los integrantes pondrá todo de sí en su participación, compromiso e involucramiento para conseguir alcanzar los objetivos comunes fijados) y generosidad, en el convencimiento de que sólo el ofrecer con humildad y sinceridad la propia experiencia, criterio de decisión e idea desinteresada, genera un beneficio similar o superior para quien lo entrega”, dice el RIL.
Las jornadas de trabajo se inician con una Ronda de Novedades, en la que cada intendente comparte con el resto del grupo las cosas que ocurrieron en su distrito entre reunión y reunión.
Inmediatamente después, el municipio anfitrión realiza una presentación de sí mismo, compartiendo las características de su estructura y funcionamiento con la audiencia, y selecciona una problemática de importancia para su desarrollo, que somete a consideración del resto de los intendentes.
Los participantes del grupo estudian el caso y, a partir de sus propias experiencias en el tema, sus vivencias, conocimientos y criterios para la resolución de ese tipo de situaciones, discuten e intercambian estrategias, dejando al dueño de casa un conjunto de sugerencias, ideas y propuestas para resolver la problemática planteada. De esta manera, recibe el aporte de ocho pares que destinan un espacio importante de tiempo y atención a analizar el caso, para continuar luego con la discusión de temas regionales, realizando -en algunas ocasiones- capacitaciones específicas, disertaciones de especialistas o intercambios virtuales con otros casos que pueden aportar soluciones creativas a la problemática común.
La jornada de trabajo también incluye un paseo por el pueblo anfitrión y la visita a algún proyecto puntual que desarrolle el municipio, siempre indicados por el intendente quien, en esa ocasión, juega como local.
La mecánica del grupo se inscribe en el marco de una red de intercambio (RIL) que constantemente investiga, di-funde y comparte experiencias, herramientas de gestión e ideas entre todos los municipios que la integran, para lograr así un mejor desarrollo de las reuniones y la horizontalidad de las discusiones y conclusiones.
Claro está que la nota de color la aporta la camaradería que se logra, algo que quedó plasmado en el último encuentro del año, preparatorio para 2018, realizado en el balneario de Cochicó, en el distrito de Guaminí.
Aprovechando el ambiente turístico de un lugar de ensueño, el parque de la laguna homónima fue escenario de un asado y un brindis realizados por los jefes comunales, quienes celebraron los logros alcanzados hasta el momento, comprometiéndose a redoblar los esfuerzos para seguir adelante pese a las diferencias.
“El trabajo en grupo nos permite so-licitar obras de infraestructura a nivel regional”, refiere Buil, explicando que algunos de los temas abordados en este 2017 fueron varios: frigoríficos, basura, salud, además de problemáticas como los espacios del ferrocarril, el tema hídrico, los programas de los gobiernos nacional o provincial y la coordinación entre municipios en cuestiones como salarios, tasas o compras.
“También ir hacia una relación pública y privada muy fuerte, con el sector empresarial, con el sector académico, para determinar cuáles son las acciones que, de forma conjunta, podemos realizar, dejando atrás esa mirada que hubo durante muchos años, de que cada distrito tenía que protegerse individualmente y buscar el beneficio particular sin mirar la cuestión regional”, añadió.
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