Javier Rodríguez: “Milei busca hacer de la polémica el centro de la escena porque no tiene logros para mostrar”

Javier Rodríguez: “Milei busca hacer de la polémica el centro de la escena porque no tiene logros para mostrar”

El ministro de Desarrollo Agrario bonaerense brindó una entrevista exclusiva a diario Hoy, donde habló de la importancia de rechazar la ley Bases, el impacto de la recesión y los movimientos del dólar en el agro, además de la caída del consumo y las promesas incumplidas para un sector productivo que está en crisis.

El ministro de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires, Javier Rodríguez, analizó, en una entrevista con diario Hoy, la situación actual del agro en un contexto económico nacional que poco plantea en relación con el desarrollo de la actividad agropecuaria y la recesión que golpea el consumo.

—Unos días atrás obtuvo dictamen en el Senado nacional la ley Bases, ¿qué mirada tiene sobre el contenido de la norma?

—Seguimos planteando que es importante que la ley Bases no se apruebe porque la verdad que no tiene ningún elemento positivo para los bonaerenses... Todo lo contrario, tiene muchos aspectos negativos, tanto para vecinos y vecinas de la Provincia como, en particular, para el sector productivo, para todo lo que tiene que ver con la generación de empleo en particular.

Algunos de los temas que más nos preocupan tienen que ver con el impuesto a las Ganancias, pero también con este régimen del RIGI, el que, la verdad, lo que en definitiva va a traer aparejado es que, por un lado, se estén rifando los recursos naturales de la Argentina sin generación de puestos de trabajo, sin generación de encadenamientos productivos, e incluso en detrimento de los que ya están, porque se les pretende brindar una ventaja absolutamente diferenciada a quienes desde afuera se incorporan en esto, que va a ser que quienes hoy están manejando estos sectores su actividad económica y, por lo tanto, hace que el resto tenga que competir en condiciones claramente ­desfavorables.

Además, esto mismo se está planteando también para el sector agropecuario, entonces uno lo que piensa es que quienes están incorporados en este régimen después no van a tener que pagar a partir de determinados montos los derechos de exportación o no van a tener la necesidad de liquidar los dólares en el mercado de cambios local, mientras que cualquier otro productor o cualquier otro acopio o cualquier otra industria de procesamiento sí... Entonces, la llegada de esto generaría desequilibrios que ponen en crisis y en grave peligro a los ya existentes, además de generar un mecanismo de economía de enclave que va a terminar rifando los recursos naturales.

Cuando uno habla muchas veces con el sector, por ejemplo, industrial, se señala que en general la ley Bases no tiene nada que pueda ­llegar a ser impulso a la actividad productiva, todo lo contrario, y, en el tema de la actividad agropecuaria, no hay algún punto que genere que tenga intenciones de avanzar en mejorar la situación del agro, por eso digo que no hay ningún punto positivo.

—¿Cómo impactó la devaluación de diciembre y el movimiento del dólar en el agro?

—Hubo una devaluación muy fuerte en diciembre, pero el Gobierno, al desregular el conjunto de los precios, hizo que aumentaran, por ejemplo, los fertilizantes, los insumos de manera generalizada, por lo tanto hoy la rentabilidad del productor también está complicada y eso lo estamos viendo, lo están expresando en cuanto a que, lo que en algún momento este resultaba una ventaja, hoy la inflación ya se comió toda esa ventaja, hay un problema también de rentabilidad sobre todo para aquellos productores medianos, que son los que tienen, en este sentido, mayores complicaciones. Si bien dijo que iba quitar las retenciones después de que ordenara la macro, el problema es que, con todo el deterioro que está generando en la estructura productiva, no tiene otra trayectoria que ser cada vez peor.

—¿Cómo afecta la recesión en el tejido productivo?

—Estamos viendo que hay cada vez más desempleo, que cada vez hay más contracción de la actividad, y esas también son variables macro, ¿no? Porque, si no, parece que separan el resultado macroeconómico de la estructura productiva, y no se puede pensar el resultado económico separado de lo que está ocurriendo con la estructura productiva; y hoy lo que estamos viendo es consecuencia de que la gente tiene menos dinero en el bolsillo y, por lo tanto, está cayendo muchísimo la demanda. El sector productivo también lo está sufriendo, porque esa baja de su demanda se le está transformando en la necesidad de producir menos porque tienen stocks sobrantes por todos lados, y eso está generando suspensiones en toda la actividad, así que la verdad que se entró en un círculo vicioso muy complicado, muy conocido también en la economía. No estamos diciendo nada demasiado nuevo, pero que el Gobierno no lo tiene en cuenta, no lo considera y solo mira algunas de las variables macro, y no está mirando variables importantes, como son el nivel de producción, el producto bruto interno.

—Bueno, de hecho, el Presidente dijo hace poco que, si hubiera gente con hambre, se verían muertos en la calle...

—Son tremendas (esas declaraciones), son de una crueldad inaudita, y además lo hace en el momento donde se había descubierto que el Ministerio de Capital Humano tenía cinco millones de kilos de alimentos sin distribuir, y ­nosotros, en la provincia de Buenos Aires, tuvimos eventos muy complicados, como fue, por ejemplo, el tornado en Bahía Blanca, y lo que dijo el Presidente en ese momento fue “arréglense lo suyo”. Lo cierto es que tenía comida que ni siquiera la había comprado, o sea, ni siquiera estaba distribuyendo lo que compró el gobierno anterior... Está claro que no lo hacen por ahorrar recursos, sino por una cuestión conceptual.

—¿Qué le transmiten las entidades del agro?

—La verdad que la mayor preocupación que me transmiten es esto de la caída de la demanda; hay una paradoja donde los precios se están manteniendo efectivamente altos, pero la cantidad demandada bajó muchísimo, y esa caída se está expresando en la caída de la producción, porque los productores, en este escenario, por ejemplo, no compran un rollo de pasto, entonces terminan produciendo menos, se da esta retroalimentación de ese efecto. Hay una caída del consumo de carne muy grande y están sumamente preocupados. La alternativa, siempre más importante después de cuando aumentó la carne vacuna, era el cerdo, que había tenido como un boom de este cuatrimestre enero-abril, sin embargo, cayó la faena prácticamente por primera vez en muchísimos años. El otro día, me lo decía un productor que tiene producción de cerdos y que hace toda la etapa, desde la faena hasta la industrialización, y decía que no le convenía producir cerdo porque, en este esquema, no le daban los costos por todos los gastos que implica, es decir que efectivamente hay una preocupación.

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Nosotros tenemos siempre, como complejidad que tenemos el sector agropecuario, que no es un solo campo, sino que hay diferentes, pero de manera generalizada a los productores de pequeña y de mediana escala; este es un esquema que claramente actúa en detrimento de esos productores.

—La Provincia apuesta, por ejemplo, como forma de fomentar el ­consumo, por los Mercados Bonaerenses, sin intermediarios entre productores y consumidores...

—Este programa lo venimos trabajando ya hace varios años y en este último tiempo creció muchísimo porque, efectivamente, lo que permite es conectar de manera más directa a productores con los consumidores, y cualquier productor de alimentos y el consumidor también encuentra un precio mejor, y eso tiene que ver con que se acortó la cadena, se han cortado los intermediarios y se logran mejores precios, y sobre eso, además, se suman los descuentos del Banco Provincia con la Cuenta DNI, entonces, logramos con herramientas de la Provincia conectar productores con consumidores; sumar al Banco Provincia en esta acción la verdad que está viendo muchísimo reconocimiento acerca de esta política para mitigar los efectos claramente negativos de la política del Gobierno nacional, tratar de garantizar y facilitar el acceso a la alimentación por parte de la población y, bueno, que puedan hacerlo a ­precios mejores... Encontramos que, efectivamente, está cayendo el consumo de manera generalizada, y desde la Provincia tratamos de sostenerlo.

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—Lo llevo a la política y le consulto por la figura de Axel Kicillof, que es una de las voces más críticas en torno a Javier Milei, pero que el propio Presidente elige como “archienemigo” para confrontar...

—Hay un interés del Presidente Milei de generar enemigos, no tiene para mostrar logros efectivos, entonces, lo que hace es buscar casi permanentemente rivales y hacer de la polémica el centro de la política, cuando, en realidad, lo que uno tiene que entender es que la política se lleva adelante para tratar de mejorar las condiciones de vida de la gente y que eso es lo que realmente hay que debatir, hay que discutir, ¿no? Entonces, por eso muchas veces yo digo que Milei trata de correr el eje y plantear cuestiones personales. Nosotros estamos claramente en contra de las políticas de Milei por su contenido, por lo que expresa, por lo que significa para la enorme mayoría de la gente. Entonces, yo creo que sí, que hay obviamente una intencionalidad política, pero que tiene también este otro contenido de no discutir las cuestiones realmente de fondo y las cuestiones de los resultados, cada una también tremendamente negativa, ¿no?

El Presidente participa de una discusión en la interna de España apoyando a un grupo que tiene consecuencias negativas, como que hayan retirado a la embajadora, y lo hizo con las expresiones respecto a China, lo hizo con Brasil, con Lula... Tiene que reconocer que hay un entramado de relaciones comerciales económicas, pero también culturales y sociales que hacen al país y que se necesitan. Hay una responsabilidad del rol institucional que tiene Milei que, por supuesto, siempre ha hecho campaña corriendo un poco los límites, pero creo que las consecuencias son francamente negativas, y nosotros lo tenemos que señalar porque ­también creo que es nuestra ­responsabilidad señalar lo que está ocurriendo y las consecuencias que tiene.

—¿Cree que va a haber reacción de la gente para frenar estas políticas o, por ejemplo, el día que se trate la ley Bases?

—Hay esperanza en el pronunciamiento de la gente, y lo vimos cuando fue el tema universitario. Fue una movilización categórica, masiva, que hizo que el Gobierno nacional tuviera que reconocer que hay un valor para la sociedad, que es la educación pública, y que tuviera que, por lo tanto, dar un paso atrás, primero, financiando a una de las universidades, pero después, en los últimos días, ya afirmando que ese mismo incremento se lo van a dar al conjunto de las universidades. Y esos resultados son producto no tanto de un debate entre dos o tres figuras, sino fundamentalmente de un posicionamiento masivo de la sociedad que entendió la importancia de defender esto.

Creo que es ahí donde está la verdadera esperanza, en la ­movilización del pueblo en defensa de sus intereses porque, en definitiva, es eso de lo que estamos hablando. Es cierto que uno puede pensar que se reciben tantos golpes por todas las cosas, pero hay momentos donde uno dice “este es el momento donde hay que salir”, y nosotros lo vemos también de esa manera, lo vemos hablando con la gente, lo vemos en la manera en que se está sufriendo el aumento de la luz. Ahora viene también un nuevo momento en los servicios con un salario que está cayendo y un Gobierno que está más pendiente de otros, de defender intereses ­absolutamente foráneos y que no tiene incidencia real en la economía o en las condiciones de vida de la gente. Creo que eso se ve y, por supuesto, por eso para ­nosotros es importante que desde los distintos lugares con responsabilidades ­dentro de la política, dentro del entramado social, estemos convocando a movilizar cuando sea el ­tratamiento.

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