Por Pablo Lapuente

De cara al tratamiento del Presupuesto 2025, y en medio de los temores del oficialismo a una modificación de la ley de DNU, el presidente Javier Milei almorzó este jueves con cinco gobernadores aliados, quienes le reclamaron por obras públicas y pidieron que el gobierno nacional salde las deudas de las cajas previsionales.

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Según pudo saber Letra P, el jefe de Estado repasó su habitual libreto económico, dio algunas precisiones de la implementación de la Ley Bases, en especial sobre el apartado del Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), y ponderó el tratamiento de la denominada ley de leyes, tal como lo adelantó el propio jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en la previa de la reunión.

"Fue una buena reunión, aunque todavía no llegamos a ninguna definición", comentó uno de los voceros provinciales al tanto del encuentro, y también remarcó que los gobernadores insistieron con la reactivación de las obras públicas, el pago de las deudas que la Nación mantiene con las provincias, sobre todo aquellas que hacen a las cajas previsionales.

En la cumbre que encabezó el jefe de Estado, en el Salón Eva Perón del primer piso de la Casa Rosada, estuvieron presentes los mandatarios Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Ignacio Torres (Chubut), Marcelo Orrego (San Juan), Claudio Poggi (San Luis) y Jorge Macri (Ciudad de Buenos Aires). En representación del Ejecutivo estuvieron también la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el vicejefe de Gabinete de Interior, Lisandro Catalán.

A diferencia de otras oportunidades, esta vez no estuvo el asesor Santiago Caputo. Aún así, con la fotografía que se difundió tras el almuerzo, el Presidente se volvió a meter nuevamente en el barro de la política, un lugar que suele detestar, quizá con la idea de acelerar las negociaciones de cara al último tramo de su primer año en el sillón de Rivadavia.

Javier Milei metido en la rosca que detesta

Desde hace tiempo, el Presidente decidió dejar de desentenderse por completo de las negociaciones con la oposición dialoguista y la conducción política de su propia tropa libertaria. De hecho, lo dejó en claro con una primera reunión que encabezó a fines de agosto con los jefes de los bloques dialoguistas. Ese encuentro se replicó, luego, con los gobernadores del PRO y del peronismo.

Con sus intervenciones, el jefe de Estado busca hacerse de un triunfo legislativo con la aprobación del Presupuesto 2025, pero sobre todo evitar nuevas derrotas, como las que sufrió de manera consecutiva en los últimos meses, como el rechazo de los fondos reservados de la SIDE que diseñó Santiago Caputo, la pérdida de la comisión bicameral de inteligencia que investiga estos gastos a manos del radical Martín Lousteau y las leyes de la reforma previsional y de financiamiento universitario, que el Ejecutivo, finalmente, vetó.

Javier Milei y los diputados que sostuvieron uno de sus vetos.

En paralelo, intenta ordenar a sus propios funcionarios, muchos de ellos enfrentados entre sí por disputas de poder y egos. Lo hizo al armar una mesa de gabinete blue, mucho más chica que las habituales reuniones de ministros y secretario de los martes, con la idea de precisar con mayor detalle algunas decisiones del Gobierno y, sobre todo, evitar filtraciones a la prensa como las peleas que protagonizó en su momento Sandra Pettovello.

Un tercio del Congreso para blindar al Presidente

En encuentro de este jueves, como los anteriores, son parte de una estrategia del oficialismo para garantizarse el tercio de votos en la Cámara de Diputados y el Senado del que hoy carece, dado que solo tiene 39 diputados y seis senadores. "Estamos trabajando en un acuerdo legislativo con todos aquellos que piensan como nosotros", confió a Letra P un hombre al tanto de los vínculos con la oposición.

La propuesta incluye persuadir los legisladores con posturas friendly para evitar, sobre todo, que el Partido Justicialista, Encuentro Federal y una porción del radicalismo avancen con una modificación de la ley que regula el tratamiento de los DNU, lo que recortaría el poder de Milei. "Es una herramienta que utilizaron absolutamente todos los presidentes", se defienden en el entorno presidencial.

Este objetivo explica también que el líder de La Libertad Avanza haya organizado dos cenas en la Quinta de Olivos con opositores aliados en menos de dos meses. Primero con los denominados "87 héroes" que respaldaron su veto a la ley que incrementaba los haberes jubilatorios y, después, con un tono mucho más modesto con los gobernadores Raúl Jalil (Catamarca), Osvaldo Jaldo (Tucumán), Gustavo Sáenz (Salta) y Hugo Passalaqua (Misiones), que dieron sobradas muestras políticas de alineamiento a la Casa Rosada.