El presidente excita a los mercados con un gobierno de minoría y bloqueo, pero el clima callejero se vuelve espeso y se activa la furia contra los políticos. Las universidades, el litio y la salvación china.
Por
Diego Genoud
Las imágenes de la Oficina del Presidente inciden cada día menos. Javier Milei se empieza a quemar con el fuego que él mismo incentiva desde que emergió a pura rabia como figura pública. Asociado a emblemas de la casta que venía a combatir, el presidente descarga el ajuste sobre parte del electorado que lo creyó un salvador y empieza a pagar un costo que trasciende las encuestas. En la misma semana en que difundió el dato de inflación más bajo de los últimos tres años y consiguió el tercio necesario para blindar el veto contra las universidades, Milei comprobó que la furia social que lo llevó a lo más alto ahora puede volverse en su contra y en contra de sus partidarios. La fiesta en los mercados es un mundo aparte, que no altera el efecto devastador de una recesión interminable.
El presidente es el principal responsable de la tensión callejera porque promueve un rumbo de gobierno que echa kilos de sal sobre las heridas de una sociedad que viene de años de maltrato, ajuste y pauperización. A la violenta transferencia de ingresos en favor de grupos privilegiados, el ex panelista le agrega la provocación permanente contra los perdedores del modelo, un universo en expansión que incluye a sus propios votantes.
Pero hay otro elemento que tiende a convertirse en un bumeran para Milei y es la política oficial de carancheo sobre la oposición. Las expresiones de repudio contra los Milei, Martin Menem y el influencer Fran Fijap están cargadas de un enojo que es contra todos. El artefacto de una oposición disfuncional provoca hartazgo en votantes anti-Milei que deciden ir en persona a expresar el malestar que los legisladores regulan o traducen a su antojo. La ruptura del contrato electoral que lleva a sectores del peronismo a convertirse en socios dilectos de la extrema derecha y el quiebre de la representación colaboran con un clima que tiene reminiscencias del 2001. Algo similar se empieza a ver en el desprecio de la comunidad educativa a los diputados que egresaron de la universidad pública y ahora levantan la mano para ajustar sobre el último bastión de la movilidad social ascendente: desde la toma de las facultades de la Universidad Nacional de Córdoba y la declaración de persona no grata de la Universidad Nacional de Cuyo a tres diputados libertarios hasta los flyers con la cara de los partícipes necesarios del ajuste más grande de la historia de la humanidad. El ajuste selectivo dejó de ser gratis y se volvió un coctel explosivo.
Milei ya no puede señalar a la casta porque decidió armar su gabinete con gran parte de su elenco estable. Desde Patricia Bullrich y Daniel Scioli, hasta Luis Caputo, Federico Sturzenegger y Mario Lugones. Cebado por el aval público del presidente, el ministro Caputo no dudó en designar al empresario Martín Maccarone como su secretario coordinador de Infraestructura. Maccarone es el dueño de la empresa que construyó el Paseo Gigena en terrenos públicos de la ciudad, una obra de 60 millones de dólares que nació del fideicomiso Dorrego y Libertador que organizó la consultora Anker, de Caputo y su socio Santiago Bausili, hoy presidente del Banco Central. La casta al poder.
En una entrevista con Perfil, el ideólogo de la extrema derecha Agustin Laje acaba de admitir que Milei necesita inventar otra cosa. “Lo que tuvo de innovador en su momento y sirvió para una campaña política ahora en otra fase, que es la de gobernar, quizás ha perdido su fuerza. Hay que inventar un nuevo lenguaje”, dijo.
Es que la fiesta que disfrutan los actores del poder contrasta con la realidad social de ingresos pulverizados, con aumento de pobreza y desigualdad. Mientras entre los docentes universitarios se acentúa el éxodo hacia un sector privado en el que pueden cobrar el doble o el triple sin que los acusen de sucios y parásitos que defienden sus curros, la situación de los estudiantes es límite porque la cuota de las universidades privadas parte de 700 mil pesos y duplica en promedio ese valor. Es lo que lleva a las nuevas generaciones a involucrarse en un proceso de organización que se extiende a lo largo de todo el país. Son muchos los que se están educando en política en contra del plan Milei.
Fundamentalistas del sacrificio ajeno, cuentapropistas de la política o representantes de una dirigencia que se vende a precio de remate, los 84 héroes que le negaron a las universidades un incremento que representaba apenas el 0,14 por ciento del PBI están arriesgando su propio futuro. Todos empiezan a pagar un costo.
Producto de su fracaso alevoso en el gobierno, Mauricio Macri está atrapado y Milei no le ofrece un piso de dignidad para su rendición. Con cada voto que le regala a Milei, el macrismo colabora con su propia extinción y fortalece al partido que se lo está devorando camino a 2025. A una extrema derecha que no tiene ministro de Interior le alcanza con muy poco para conseguir la ofrenda de gobernadores que juegan al salvese quien pueda. Con Guillermo Francos más replegado y con menos protagonismo, Santiago Caputo y el Karina-menemismo de Lule y Martin concentran cada vez más poder en un gobierno que pierde legitimidad.
En una votación que anticipa en parte lo que puede pasar con el presupuesto, la Casa Rosada volvió a contar con el apoyo decisivo de los gobernadores como Martin Llaryora, Claudio Vidal, Ignacio Torres hasta Rogelio Frigerio. Pero lo sintomático fue el apoyo que desde el peronismo le dieron el tucumano Osvaldo Jaldo, el catamarqueño Raul Jalil y el salteño Gustavo Saenz. A eso, se sumó el aporte decisivo del Frente de la Concordia que responde a Carlos Rovira, el histórico líder del PJ en la provincia. El pacto en lo institucional coincide con la luna de miel prolongada que vive la cupula de la CGT con Milei.
Ante lo que Miguel Angel Pichetto definió como una “sociedad anónima de destrucción masiva”, diputados, senadores y gobernadores eligen negociar por su cuenta y, sobre todo, callar. Son más los que especulan que los que prefieren hablar. El ex compañero de fórmula de Macri sostiene que Milei está a años luz de emular los estándares del menemismo y ensaya un plan remixado de lo que intentó Martinez de Hoz, sin dólares y con llegada masiva de productos importados. Musa inspiradora de Milei, Menem construyó una alianza de clases para ejecutar un plan de reformas estructurales que tuvo un contexto global favorable y tardó una década en volar por los aires. Milei, en cambio, promueve un noventismo out of context, rodeado de un gabinete que viene de protagonizar varios fracasos.
Con más promesas que beneficios, los dirigentes que votaron el ajuste contra las universidades empiezan a sufrir el escarnio en sus provincias. Tal vez tengan que reconsiderar el poco respeto que se tienen a sí mismos.
Constituido como un gobierno de minoría y bloqueo, La Libertad Avanza lleva adelante un proyecto que parece diseñado para incluir a 15 millones de personas y expulsar al resto a la pobreza. Por eso, el entorno presidencial festeja la alianza con el peronismo pro Milei. Entre los propios gobernadores sorprende el trato dilecto que el gobierno tiene con Jaldo, a quien la Nación le prometió pagar finalmente los 140 millones de pesos del Fondo de Incentivo Docente. A él lo sigue Jalil, que volvió a dormir al bloque de Unión por la Patria con su apoyo al veto. Los diputados de UP dicen que se enteraron a último momento que Fernanda Ávila, la catamarqueña más devota de la religión del ajuste, había decidido no salir de su despacho. Ávila fue la secretaria de minería del Frente de Todos bajo la gestión de Sergio Massa. El día de la votación, estuvo online con Jalil, que participaba en Jujuy del “Seminario Internacional Litio en Sudamérica” junto al gobernador Carlos Sadir, Sáenz y las multinacionales más importantes del sector. Montado al ciclo de negocios que se abre con la ultraderecha en el poder, el gobernador de Catamarca pasó de ser el principal promotor de la candidatura a presidente de Massa a ser socio de Milei.
Jalil, Saenz y Sadir, Alfredo Cornejo y Marcelo Orrego estuvieron hace 10 días en el encuentro de la Bolsa de Metales de Londres que reunió a fondos de inversión, mineras, operadoras y exploradoras. Como parte del “Argentina Day” organizado en conjunto por la Embajada Argentina en Londres y la Embajada Británica en Buenos Aires, Jalil se reunió con Jakob Stausholm, el CEO del gigante anglo-australiano Rio Tinto que acaba de cerrar una operación que lo convertirá en el principal productor de litio en Argentina. Con operaciones en 35 países, compró en 6700 millones de dólares los activos de Arcadium Lithium, la sociedad que nació en enero pasado de la fusión de la australiana Alkem y la estadounidense Livent. Considerada la segunda minera del mundo, Rio Tinto -que hoy exporta aluminio y cobre- aspira a convertirse en un gran jugador del mercado del litio gracias a sus proyectos en Catamarca, Jujuy y Salta. Son las actividades rentables con capacidad de generar dólares en un país donde la caída de la actividad que afecta a la industria, la construcción y el comercio va camino a cumplir un año.
La salvación china
En una semana en la que el triunfalismo lo envolvió como pocas veces, Milei se acaba de beneficiar con la reducción de los sobrecargos que le cobraba el Fondo Monetario Internacional a los países que caen en la trampa que el mismo organismo les tiende. Aunque el reclamo que inició Martin Guzmán bajo la gestión del FDT era para eliminar las sobretasas, la decisión alivia las cuentas de un gobierno que no tenía el tema en su agenda y está gobernado por un déficit que el efecto placebo del blanqueo no puede resolver. Mientras el organismo de crédito persiste en reclamar una devaluación para volver a prestarle a Caputo, Milei profundiza su viraje con respecto a China. La montaña de vencimientos de deuda para pagar en 2025 lo obliga a inventar algo urgente si quiere sostener la economía de dólar planchado, recesión y desaceleración inflacionaria. Pero además entre las razones que colaboran con el salto olimpico del ex panelista incide la presión de empresarios amigos que tienen un interés estratégico en esa relación comercial.
Aunque en el gobierno afirman que no está confirmada, la visita de Karina Milei a la Exposición Internacional de Importaciones de Shanghai puede ser una buena oportunidad para afianzar relaciones. “China es el único país del mundo que organiza una feria para que vos le vendas a ellos. Te invitan para comprarte”, dice, entusiasmado, un funcionario que promueve el acercamiento del presidente al gigante asiatico. Antes de eso, en la Cancillería están preparando el encuentro de Milei con Xi Jinping en el G20 en Río de Janeiro y se proponen incluso que pueda haber una conversación telefónica previa. China ya es el sostén principal de la ultraderecha argentina. Como marca el economista Horacio Rovelli, al 30 de septiembre pasado, las reservas brutas del Banco Central ascendían a 27.172 millones de dólares: de ese total, 18.000 millones de dólares pertenecen al intercambio de monedas con China.
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