Javier Milei en la Mediterránea: fase superior del cavallismo y una señal de ajuste al plan electoral 2025

Javier Milei en la Mediterránea: fase superior del cavallismo y una señal de ajuste al plan electoral 2025

En Córdoba, el Presidente elogió los '90, pero dijo que su gobierno es "el mejor de la historia". Teoría monetaria, barra propia y la definición de enemigo.

 

Por Yanina Passero

Cinco minutos de abrumador silencio y desconcierto separaron la presentación de bienvenida del ingreso de Javier Milei al escenario que la Fundación Mediterránea de Córdoba montó para su 47° aniversario. La espera, que pareció eterna, quedaría relativizada después de la extensa exposición de teoría monetaria, la referencia para la tribuna a Domingo Cavallo y algunas claves para 2025.

La presidenta del organismo cavallista, Pía Astori, se escabulló tras bambalinas. Segundos después, la veloz irrupción de Karina Milei en el salón cortó el aire y fue ella quien, sin decir palabra, arrebató la presentación oficial.

Milei subió por la izquierda y marcó territorio. Deliberadamente (o no) agitó las banderas de la localía. No cabía un alfiler en el auditorio del Centro de Convenciones General Brigadier Bustos, el prócer fetiche del cordobesismo. Ni Mauricio Macri en sus épocas doradas logró semejante convocatoria.

 

 

“En pocos lugares juego tan de local como acá”, fue la frase de apertura que resonó y lastima al arco político cordobés clásico, reunido al pie del escenario. Lo dijo entre risas, sin mostrarse “eufórico”.

Cátedra de economía y equilibrismo político en Córdoba

Sin embargo, Milei sabía que enfrentaba un terreno ambiguo, como el que le presenta el propio Cavallo cuando lo levanta, pero también lo critica. ¿Será por eso que llevó aplaudidores? La barra libertaria quedó geolocalizada en el lateral derecho del salón cuando el mandatario probó la interacción con el público para burlarse de Guillermo Moreno, el exsecretario de Comercio de los gobiernos kirchneristas.

Astori se deshizo en elogios, los mismos que le prodigó a Osvaldo Giordano, el funcionario al que Milei echó de la ANSES y que luego del resonante episodio volvió a la fundación cavallista para dirigir el centro de estudios económicos.

Martín Llaryora fue uno de los oradores del 47° aniversario de la Fundación Mediterránea de Córdoba.

El mismo equilibrio se buscó con el discurso de apertura de Martín Llaryora, no previsto en el programa. Con un discurso cordobesista clásico, anclado en la producción y la defensa de las instituciones, el gobernador reiteró sus buenos deseos y exigió el fin de las retenciones y la ley de biocombustibles.

El equilibrismo fue completo con el regalito que Astori le dio a Llaryora para que cuelgue en el Panal y con la participación del politólogo Andrés Malamud, crítico pero no tanto.

El examen ante la escudería de Domingo Cavallo

Consciente de ese contexto, Milei explicó por más de una hora su política monetaria. Reivindicó el plan de estabilización de Cavallo y Carlos Saúl Menem en los ’90 y logró un sostenido aplauso. Sin embargo, empezó a mostrarse como una fase superior de los mentores del plan de convertibilidad.

Repasó uno a uno los que consideró sus hitos de gestión, como la contención de la inflación. Ratificó su promesa de liberación del cepo, pero se detuvo en los factores que aún lo impiden. Usó el saneamiento del Banco Central para arrancar otros aplausos. No habló de producción, ni de federalismo, un concepto que atravesó los breves discursos de Astori y Llaryora.

Javier Milei participó del 47° aniversario de la Fundación Mediterránea en la que fue su tercera visita oficial a Córdoba.

Milei incurrió en un silogismo macrista cuando definió a su gobierno como “el mejor de la historia” y ratificó su confianza plena -por orden de aparición- a Toto Caputo, Patricia Bullrich, Sandra Petovello y Federico Sturzenegger.

Quiso mostrar en un discurso de más de una hora que tiene equipo, método y convicción.

Javier Milei ya piensa en 2025

Con el núcleo del gobierno libertario blindado por el propio presidente, llegó el momento de separar la paja del trigo. En la Córdoba libertaria omitió referirse a Mauricio Macri, pero corrió por izquierda y por derecha a Victoria Villarruel, quien alguna vez coqueteó con la división de bienes en el bastión mediterráneo.

La vicepresidente viene de homenajear a Isabel Perón, a quien Milei le adjudica un “gobierno espantoso, que implicó no sólo la Triple A, el decreto de aniquilamiento y algunas aberraciones adicionales, sino que en el medio sextuplicó la tasa de inflación y multiplicó por cinco la cantidad de pobres". A Karina le gustó eso.

Andrés Fassi se volvió el centro de atención en el Centro de Convenciones. El presidente de Talleres tiene buen vínculo con Javier Milei y sigue sonando para 2025.

Milei piensa en 2025. Lo dejó claro cuando prometió no cambiar la hoja de ruta, expuesta en formato de clase de economía, frente al inminente año electoral. El alto perfil del presidente del Club Atlético Talleres, Andrés Fassi, fue el dato de la jornada. No es habitué de las tertulias del Círculo Rojo.

No expuso a Macri, pero tampoco lo hizo con Llaryora. La línea de gobernadores dialoguista no puede descartarse dentro del mapa estratégico de La Libertad Avanza para el año que viene, al menos con pactos de no agresión como podría resultar en Córdoba. El cordobesismo tiene experiencia en esa convivencia con un electorado dual.

En el Panal celebran que la tercera visita oficial pasó sin sangre, en el marco del protocolo institucional en el que el cordobesismo se siente a gusto y pasa derecho en las encuestas.

Repudio la afirmación que acaba de realizar el presidente @JMilei sobre Raúl Alfonsín recién en Fundación Mediterránea. Más aún en una fecha tan cara a todos los argentinos. Absolutamente disparatado.

— Rodrigo de Loredo (@rodrigodeloredo) October 30, 2024

Sin embargo, no pasó desapercibido que Milei desprecia al radicalismo y no distingue entre aquella pata que lo detesta, la que ya se puso la peluca y la que busca hacer oficialismo del cambio. Arremetió contra Raúl Alfonsín en el 41° aniversario del retorno de la democracia. Lo definió como “un golpista” ante el silencio de radio de un auditorio de 4.000 personas.

El rebote fue tuitero, pero no tardará en ser político.

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