El presidente y el gobernador mostraron trabajo en equipo, pese a las diferencias. La sintonía institucional, el mandato del electorado. Los números que arden.
Por Yanina Passero
Dos meses después del inicio de los incendios que arrasaron 47.000 hectáreas en las sierras de Córdoba, Javier Milei decidió viajar a la provincia para sobrevolar las zonas afectadas junto al gobernador Martín Llaryora. La decisión libertaria parece responder más al rating político que a las urgencias sociales y ambientales. También, a las encuestas crepitantes.
Junto a Karina Milei, Guillermo Francos, Patricia Bullrich y Luis Petri, el Presidente anunció el avistaje cuando el tema copó la discusión política. Entre otras referencias del establishment nacional, Cristina Fernández de Kirchner se refirió en tono crítico a la ejecución de los fondos del Plan Nacional de Manejo del Fuego, pero terminó hablando de las llamaradas que tiene que apagar Toto Caputo en materia de deuda pública.
El patrón que observan en Córdoba
El cordobesismo ya identificó un patrón. “La expresidenta juega de manera explícita justo cuando Milei más lo necesita”. El ícono del aislamiento y la discriminación que representa la dirigente peronista para el cordobesismo y su electorado habló de la crisis ambiental en Córdoba horas antes del arribo libertario a la provincia. ¿Casualidad o causalidad?
Nadie ignora que el jefe de La Libertad Avanza viene derrapando en las encuestas nacionales. En Córdoba sigue en la onda verde, pero con una caída sostenida. Es una señal de alerta que esto suceda en la provincia donde siete de cada diez personas lo votaron en estampida en el ballotage.
Ataviado con un uniforme de fajina militar, Milei se mostró preocupado y ocupado en la situación. Sobrevoló con Llaryora la zona norte del Valle de Punilla, luego de una reunión informativa en la Escuela de Aviación de la capital, donde arribó a las 14.30 de este miércoles.
Milei jugó la carta de la institucionalidad que aprueba el votante mediterráneo promedio. El gobierno cordobesista resalta el mensaje: “podemos trabajar juntos”.
La experiencia pasada enseña que ese electorado no olvida un Estado ausente, como ocurrió en los saqueos de 2013, el segundo ladrillo de ese antikirchnerismo que se empezó a levantar con la crisis del campo y la 125 de Martín Lousteau.
A Llaryora le dio una mano porque quedó expuesto un trabajo coordinado que la oposición cordobesa reclamaba y que, supuestamente, el gobernador rechazaba. El jefe de Gabinete y el vocero Manuel Adorni elogiaron el trabajo de la provincia para contener los focos e inventariaron la ayuda enviada. Esto descomprimió el frente, aunque en el Panal saben que no es una batalla cerrada después de 25 años en el poder. La caja de resonancia volverá a ser la Legislatura con proyectos que movilizan la UCR y el Frente Cívico.
El empate técnico entre Javier Milei y Martín Llaryora
Milei y Llaryora encontraron con la ocasión un punto de equilibrio, más allá de las tensiones inevitables por los fondos o los modos políticos, que no es natural sino cuantitativo. Letra P accedió de manera a exclusiva a un informe de la consultora Aresco que muestra casi un empate en la consideración que la comunidad cordobesa tiene de los mandatarios.
Milei tocó su pico de popularidad en la provincia en febrero, con un 62,2% de imagen positiva y un 23,5% de negativa. La popularidad empezó a descender mes a mes, aunque los números siguen siendo buenos. Según el mismo informe, el Presidente terminó julio y comenzó agosto con un 55,2% en verde y un 27,8% en rojo.
Martín Llaryora le regaló a Javier Milei un poncho con la estampa del Santo Cura Brochero.
En el mismo informe de consumo interno, Llaryora arranca su gestión en diciembre con un 62,8% de imagen positiva y en abril se desplomó a un 50,2%. Pagó cara su irreverencia en el marco de la discusión de ley ómnibus en el Congreso y el ingreso a la lista negra de Milei.
Como se sabe, el gobernador ajustó la estrategia, se concentró en la gestión y salió a la cancha Juan Schiaretti. Llaryora comenzó a palpar la recuperación. La misma proyección lo ubica en agosto con un 53,1% de imagen positiva y un 23,3% de negativa.
Detrás de la nueva foto institucional que compusieron Milei y Llaryora hay un casi un empate técnico que dejará consecuencias políticas en el mediano plazo. La oposición de Juntos por el Cambio, con Luis Juez y Rodrigo de Loredo a la cabeza, vienen haciendo méritos con la Casa Rosada para intentar un empalme en 2025. Y, en el caso del senador, ser el candidato a la gobernación con el patrocinio libertario en 2027.
El detrás de escena del vuelo rasante de Javier Milei
El Presidente llegó a Córdoba pasadas las 14.30 con toda la comitiva. Escuchó atentamente el informe que expuso el ministro de Seguridad provincial, Juan Pablo Quinteros, quien resaltó que la situación estaba controlada.
La reunión duró 50 minutos y sólo se trataron aspectos técnicos. El entorno de Llaryora asegura que no hubo oportunidad para abordar otras urgencias, como la obra pública o los fondos de la Caja de Jubilaciones.
El ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros, informó el estado del operativo de control del fuego a la comitiva nacional.
Milei invitó a Llaryora al helicóptero para sobrevolar las zonas afectadas. La Nación y el gobierno local seguirán con el trabajo conjunto, aunque no quedó flotando ningún anuncio concreto.
Una de las perlas de la jornada fue el enojo de los bomberos en el vivac de Capilla del Monte, que se quedaron esperando el descenso presidencial. En el Panal lo exculpan: “No fue por mala onda, nosotros sabíamos que el helicópetero no podía aterrizar en el campamento por sus dimensiones. Debería haberse organizado el aeródromo, pero no hubo tiempo”.
La visita cerró con un buen balance en el cordobesismo, que ratifica que siempre tiene una “expectativa controlada” cuando de Milei se trata.
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