Javier Milei apuesta todo al blanqueo y al RIGI: la ventana de oportunidad de su plan económico

Javier Milei apuesta todo al blanqueo y al RIGI: la ventana de oportunidad de su plan económico

Achica la brecha cambiaria y las expectativas de devaluación, aunque lo paga caro. ¿Llega a la orilla de 2025? Implicancias del “éxito” de la ultraderecha.

 

Por Marcelo Falak

Desde el rojo profundo de las reservas del Banco Central hasta los dólares que se dilapidan para pisar los tipos de cambio paralelos, pasando por la expectativa de un incremento de las importaciones, un creciente atraso cambiario y expectativas de devaluación de las que se hizo eco hasta Domingo Cavallo, las principales inconsistencias de la mileinomía son material permanente este medio. Sin embargo, cabe comenzar a señalar los avances con los que Javier Milei y Toto Caputo esperan atravesar el desierto de divisas del momento y alcanzar la salvadora orilla de enfrente, justo a tiempo para que la campaña electoral del año próximo no se transforme en un peligro de corridas cambiarias.

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Con todo, debe reflexionarse sobre qué implica el "éxito" según lo entiende la ultraderecha gobernante o, en otras palabras, sobre el deterioro del nivel de vida de la población y sobre modelos y preferencias. La verdadera discusión.

Alternativas a un brete

La intervención oficial con los dólares de las exportaciones sobre los tipos de cambio paralelos negociados en bolsa, puesta en marcha a mediados de julio y que supone una renuncia aun mayor que la ya conocida a la acumulación de reservas prometida al FMI y reclamada también por los acreedores privados del país, está produciendo en el corto plazo el efecto deseado de reducir la brecha con el dólar oficial y las expectativas de devaluación.

 

 

Con todo, está saliendo cara y, según especialistas, en menos de dos meses ya acumula un venteo de entre 500 y 800 millones de dólares.

La malaria no es imaginación, dado que las reservas netas del Banco Central siguen en terreno francamente negativo, lo que suscita preguntas que uno duda si es prudente formular.

Sin embargo, al hablar de planes dolarizadores que, de hecho, avanzan aun con dificultades, este newsletter consignó en su momento cuáles podrían ser las condiciones para que el Gobierno zafara del brete de la falta de divisas: el blanqueo impositivo, proyectos enmarcados en el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) y eventuales préstamos de bancos u organismos multilaterales. Los dos primeros elementos comienzan a mostrar su potencial; el último se sigue buscando, pero para algo –¿garantías contra cash?– el Banco Central ha enviado al exterior parte de sus reservas de oro.

La confianza de Toto Caputo

El ministro de Economía posteó el miércoles un mensaje lleno de optimismo. Uno de sus últimos puntos reza: "Los dólares van a sobrar". Hablaba, se supone, de lo que promete el RIGI.

Esa forma de promover inversiones ha sido tildada repetidamente de "abusiva" por desPertar, el newsletter de Letra P, debido a que no establece mínimos efectivos de liquidación de exportaciones en el mercado local –al menos al momento en que los proyectos empiezan a madurar– y por haber diluido en su reglamentación la de por sí poco ambiciosa demanda del Congreso de que las empresas destinen el 20% de sus inversiones a la contratación de proveedores locales.

Sin embargo, y esto es relevante, el RIGI sí puede suponer un ingreso importante de divisas en el momento en que las compañías beneficiadas traen los dólares necesarios para poner en marcha sus proyectos: para compra de terrenos, realización de obras, compra de insumos, contratación de servicios, pago de salarios…

Tal como las privatizaciones de los 90 financiaron los años abundantes de la convertibilidad, el blanqueo y las inversiones del RIGI podrían allanar, por temporarios que sean, el camino hacia lo que sea en que se transforme la mileinomía.

Según se desprende del informe de gestión brindado el miércoles ante el Congreso por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ese proceso ya empezó.

Guillermo Francos, jefe de Gabinete.

Este detalló un largo listado de proyectos de inversión vinculados al RIGI que suman 47.100 millones de dólares, los que no llegarían de golpe, sino a lo largo de meses y hasta de años. Pero esa lista es necesariamente provisoria, tanto que, por ejemplo, no incluye los 1.000 millones de dólares que Vista, la petrolera de Miguel Galuccio, pondrá en lo que queda del año para mejorar su producción en Vaca Muerta, según consignó Reuters.

Francos le puso detalles a lo señalado genéricamente por Milei en su discurso del lunes por el Día de la Industria. "Si quieren ver un ejemplo claro de qué pasa cuando se reduce el costo argentino y se aumenta la libertad, miren el RIGI: ya esperamos inversiones por más de 50.000 millones de dólares", había anunciado.

Igual, claro, tiempo al tiempo y ver para creer. Los arrumacos libertarios no implican necesariamente amor inversor. Como destacó Jairo Straccia, "al 'comunista' (Luiz Inácio) Lula (da Silva, Mercado Libre) le anunció 4.000 millones de dólares de inversión y al 'comunista' (Andrés Manuel) López Obrador, 2.500 millones de dólares. Acá, Milei fue a darle el abrazo ideológico a (Marcos) Galperin por 75 millones". La trolera rugió y, en su apuro, se burló del periodista por no haber tenido en cuenta las diferencias de población y mercado. Seriedad: no hay diferencia poblacional que zanje la distancia entre 4.000 y 75…

Mientras tanto, bien de corto plazo, el generoso blanqueo de capitales empieza a hacerse notar en los datos de recaudación y de crecimiento –800 millones– de los depósitos en dólares. Pájaro en mano...

Cuestión de modelos

¿Llegarán a tiempo Milei y Caputo en su loca carrera contra el atraso cambiario y contra las expectativas de que en algún momento no logren sostener la intervención con dólares tan escasos? ¿O se producirá el estallido que algunos temen y otros desean? La campaña para las elecciones legislativas supone un mojón político crucial al respecto.

Tal vez los análisis deban dejar de dar por sentado el escenario más catastrófico; la historia en curso se escribe siempre con puntos suspensivos.

Poner aparte presagios que no pueden darse por hechos ayuda a dar la discusión que corresponde: la que interpela al modelo en vigor más por lo que generaría con su éxito que por lo que causaría con su fracaso. Fantasear con estallidos, juicios políticos imposibles y finales abruptos sólo invisibiliza lo que realmente importa: ¿a dónde nos llevan?

En su edición del miércoles, este medio propuso la discusión de una de las nuevas y más cuestionables decisiones de Toto Caputo: un congelamiento de salarios en el Estado y una limitación del 2% para las paritarias privadas desde el mes que viene.

Si se presta atención, mientras un mar de internas ruge abajo, Axel Kicillof se ha lanzado en los últimos días a una intensa confrontación de modelos que, al impactar directamente en el ajuste permanente de Milei, ayuda a instalarlo como el presidenciable que, formalmente, recién podría salir del clóset en 2026.

A veces lo hace a título personal y otras, a través de sus funcionarios más cercanos. Fue ayer el caso del director ARBA, Cristian Girard, quien puso el foco, justamente, en el virtual congelamiento salarial que forma parte de la nueva fase del Caputazo.

"Aun frente al desastre laboral, el Gobierno nacional dejó trascender que no aprobará paritarias que establezcan aumentos por encima del 2% mensual de acá en adelante, al tiempo que continúa bajando el salario mínimo vital y móvil (…). Dos políticas que atentan contra la recuperación del poder adquisitivo de los salarios y que acentúan la redistribución regresiva del ingreso, objetivo central del programa económico libertario", dijo.

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