Lo firmó en el anochecer de un lunes de miércoles en los mercados. No hay detalles en un texto que esquiva el Congreso. Donald Trump, el amigo de doble filo.
Por Marcelo Falak
Al anochecer de un día a puro nervio y pura pérdida en los mercados financieros globales, Javier Milei aprobó un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a través de un decreto de necesidad y uregencia (DNU) opaco e ilegal que condenará a las próximas generaciones con una nueva montaña de deuda.
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El DNU, que será publicado este martes en el Boletín Oficial, nada dice sobre su contenido ni sobre su monto y contraviene la obligación legal de que la creación de nuevos compromisos con el Fondo sea establecida por una ley del Congreso. El Poder Legislativo se limitará apenas a su revisión y lo dejará firme con la aprobación o el silencio de una de sus dos cámaras.
El DNU pega varias vueltas argumentales para señalar, dada la gravedad de una situación que es novedad para cualquiera que siga las declaraciones oficiales, que el Congreso no tiene por qué aprobar los detalles del pacto, del que apenas precisa que se trata de uno de Facilidades Extendidas a diez años de plazo.
Javier Milei ya tiene su pesada herencia
Milei, que dice reemplazar deuda del Tesoro con el Banco Central por otra con el FMI, lega nueva deuda externa a quien lo suceda en el poder, ya sea en 2027 o en 2031.
Es sugestivo que el decreto, que ya derivó en una denuncia penal del peronismo contra el Presidente, aparezca firmado por todos los ministros. La responsabilidad por la norma violatoria del marco legal será compartida. Fuenteovejuna lo hizo.
El timing no es el mejor, pero tal vez sirva para contener el vendaval del momento. "Lunes negro", indicó el lugar común de los sitios de información financiera, después de que los principales índices de Wall Street registraran la rueda más desastrosa del año: el índice S&P de las 500 principales acciones se derrumbó 2,7%, el Dow Jones de las empresas industriales 2% y el Nasdaq, de las compañías tecnológicas, 4%… Demasiado para mercados de tanto volumen.
Sobre lo último, todo un dato: Elon Musk tuvo un día fatal, en el que no sólo su red social Twitter se cayó durante un largo período, presuntamente, por un "enorme ciberataque", sino que una de sus empresas insignia, la fabricante de autos eléctricos Tesla, perdió el 15% de su capitalización bursátil.
En espejo, los mercados emergentes sufrieron en grande y mucho más el argentino, que contrae neumonía cada vez que alguien le estornuda cerca.
Las acciones nacionales que cotizan en Nueva York colapsaron hasta 11%, mientras que la bolsa de Buenos Aires perdió 6,4% medida en dólares. Los títulos públicos también retrocedieron y su reflejo inverso, el riesgo país, volvió a empinarse bien por encima de los 700 puntos básicos.
Un acuerdo con el FMI cocinado con las urnas al cuello
En ese contexto, mantener corta la brecha entre los tipos de cambio paralelos y el oficial le resulta cada vez más costoso y difícil al Banco Central, incrementando la urgencia de que el diálogo con el Fondo concluya y se transforme en anuncio formal. Sin eso, la inflación, que se mantendría por encima del 2% por lo menos por este mes, correría riesgo de empinarse y complicarle los planes electorales a la ultraderecha.
De esta manera, cada vez que se da un paso para adelante, se da otro para atrás. Si algo busca el acuerdo con el FMI es que el país recupere el acceso al mercado voluntario de crédito, objetivo que se hace mucho más difícil en semejante clima financiero.
Donald Trump, el aliado de doble filo
Javier Milei y Donald Trump.
La fenomenal destrucción de capital de la rueda de este lunes fue consecuencia de una serie de pronósticos adversos sobre el futuro inmediato de la principal economía del mundo, efecto de la guerra comercial desatada por el republicano con sus imposiciones de aranceles –para peor, de modo errático– a sus principales socios comerciales: China, Canadá, México y, se espera, la Unión Europea.
Entrevistado el fin de semana por sus amigos de Fox News, Trump admitió que es probable que sus políticas provoquen una recesión en el corto plazo.
"Odio predecir cosas así, (pero) hay un período de transición porque lo que estamos haciendo es muy grande. Le estamos devolviendo la riqueza a Estados Unidos. Eso es algo grande y siempre hay períodos de… Lleva un poco de tiempo, pero creo que debería ser genial para nosotros", declaró. Las revoluciones nunca son incruentas.
El peso de esas palabras coincidió con un pronóstico de la Reserva Federal en Atlanta, según el cual el PBI del primer trimestre podría caer a un ritmo anualizado del 2,4%, lo que supondría la primera contracción trimestral de la economía estadounidense desde 2022.
En la apertura del mercado se conoció otra previsión, en este caso del banco de inversión Goldman Sachs: el crecimiento proyectado para todo el año se desplomó del 2,4% a sólo un 1,7%.
Las causas pasan por los aranceles que Trump anuncia un día y suspende al siguiente, todo con el deadline del 2 de abril, cuando se supone que daría a conocer su ofensiva definitiva, "sin excepciones" y urbi et orbi.
En medio del descalabro, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, respondió "absolutamente no" cuando NBC le preguntó por un peligro de recesión. No le creyeron: Wall Street se precipita cuesta abajo.
El verdadero peligro para el plan de Javier Milei
Las expectativas se deterioran, pero en más de un sentido. Citados por CNN, "varios funcionarios de la Reserva Federal han notado incertidumbre económica y señales de un crecimiento más lento, pero ninguno mencionó preocupaciones sobre la recesión. Más bien, señalaron el riesgo de que la inflación vuelva a repuntar si la disputa arancelaria entre Estados Unidos y sus tres mayores socios comerciales se sale de control".
El mercado bursátil sobrerreacciona a la posibilidad de una recesión o de una ralentización de la actividad porque, en definitiva, esto es lo que marca el paso de los balances de las compañías. Sin embargo, es más tangible la posibilidad de que el proteccionismo trumpista incremente los precios internos porque, al revés de lo que dice el republicano, los aranceles no los pagan las empresas extranjeras que exportan a los Estados Unidos sino los consumidores locales.
Toto Caputo con Jonatan Viale.
Más allá del Fondo, allí anida el mayor peligro inmediato para la economía de Milei. Si la inflación se empinara en Estados Unidos, la Fed debería elevar la tasa básica de interés, lo cual, además de ser recesivo, supondría una aceleración de la migración de los capitales golondrinas a nidos más seguros que el argentino.
Como Caputo ha habilitado una vez más la autopista para la bicicleta financiera –el carry trade–, la salida de esos capitales se llevaría dólares que el Banco Central sólo tendría por la ayuda del FMI y podría habilitar roces como los de 2018 con el organismo. En ese caso, Kristalina Georgieva no tendría cómo defender ante los accionistas, los países que componen el Directorio, el otorgamiento de una nueva millonada para que el "Messi de las finanzas" volviera a las andadas con una nueva temporada de fuga de divisas.
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