Están a mitad de camino y evalúan cada una de las acciones del Gobierno con mayor agudeza. Se trata de 4 de cada diez mendocinos que no califican como buenas ni malas las tareas de Celso Jaque al frente de la provincia y se pronuncian como neutros.
Pero lo más llamativo es la oscilación que muestra su gestión que comenzó por diciembre del año pasado habiendo cosechado poco más de 35 por ciento de los votos y en un año se movió entre 25 y 45 por ciento de imagen positiva.
El vaivén fue diario durante el primer año de dministración justicialista. Es que la idea de que “nada es para toda la vida” caló hondo en la percepción que los mendocinos tienen de los políticos, porque los números se mueven sin parar y según los hechos que vaya generando una administración. Así,
Celso Jaque marcó su peor momento unos días antes de la renuncia del primer gabinete de Seguridad que rompió el pacto entre justicialistas y demócratas. Antonio Di Tomasso, del Instituto de Opinión Pública y Proyectos
Sociales, aseguró que, en aquel momento y días antes de la renuncia de Juan Carlos Aguinaga, la imagen del gobernador tocó fondo y, según el encuestador, el mayor repunte se vio cuando Jaque pidió perdón por no poder bajar el delito tal como había prometido durante la campaña electoral.
En el primer momento la medición cayó a 25 por ciento de aceptación. Pocos meses después, el 10 de junio, Jaque debió pedir perdón por no haber podido bajar el delito 30 por ciento en el primer semestre y, en ese momento,
repuntó abruptamente con 45 por ciento de imagen positiva. Ahora, días antes de cumplir su primer año de gestión, su imagen positiva mide 35 por ciento.
Los números que registra Di Tomasso son similares al hablar de la evaluación de la gestión local. El encuestador mostró que, cuando se le pidió a la gente un balance de lo bueno y lo malo del primer año de gestión, los números no difieren demasiado, porque 35,6 por ciento de los consultados refirió que aprueba lo hecho, 21,8 que lo desaprueba y 42,6 está a mitad de camino, porque ve con buenos ojos algunas cosas y a otras las califica mal.
En este mismo orden, el encuestador Santiago Alé, mostró los datos de un muestreo realizado los primeros días de este mes. En esta medición, la gestión positiva obtiene 35,5 por ciento de los votos. De ese porcentaje, 2,61
por ciento considera la imagen como muy buena y 32,94 como buena. Pero los datos que no se modifican son los que pintan el disconformismo de la población, porque 64,44 por ciento de los consultados califica la gestión de manera negativa. De estos, 58,63 por ciento la evaluó como regular y 5,81 como mala.
Los datos que maneja el Gobierno no distan demasiado de los revelados por estos dos encuestadores. Según Susana Bistué, a cargo del Sistema Público de Evaluación de la Calidad (Sipec), el gobernador muestra una imagen positiva
cercana a 35 por ciento. La encuestadora remarcó que hace poco más de 4 semanas, la medición de la imagen pegó un salto, porque venía sostenida en 30 puntos y en coincidencia con el nombramiento del nuevo ministro de
Gobierno, Mario Adaro, se vio un repunte de entre 4 y 5 puntos.
Jaque ha dicho una y otra vez que no se guía por encuestas, pero sus colaboradores tienen sobre sus despachos los números de cuanto encuestador ofrezca sus servicios. Lo cierto es que la preocupación está latente pero aún quedan tres años para intentar captar a estos neutros que
caminan por el medio.
Otra cuestión a destacar es la esperanza en una mejora general. Según registró la encuesta de Di Tomasso, 58 por ciento cree que el estado general de la provincia mejorará, 20,2 piensa que seguirá igual, 10,2 que empeorará y 11,6 aún no lo sabe.
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