El Honorable Concejo Deliberante de Bolívar trató el pedido de expropiación del ex Peladero López. Hubo cruces, no demasiados, y mucho argumento de los radicales y massistas opositores de la negativa. La manzana que perteneció a Don Julián López González y que hoy mantienen sus muchos herederos les seguirá perteneciendo.
El escribano José Gabriel Erreca pidió una moción de orden para tratar la expropiación del ex Peladero López antes que otros expedientes que lo antecedían en el orden del día porque los descendientes de Julián López llevaban rato esperando en el recinto para saber qué pasaría con el tema. El pediatra Siro Flores lo corrió con el reglamento, le aclaró que debía solicitar una “moción de preferencia”, no “moción de orden”, y puso a consideración del resto de los concejales, los cuales lo aprobaron por unanimidad.
Y comenzó el tratamiento con el despacho de los bloque en el recinto, comenzando por el Frente Renovador en la voz de Marcelo Salamanco: “Una expropiación es una institución de derecho público, constitucional y administrativo, que consiste en la transferencia coactiva de la propiedad privada desde su titular hacia el estado mediante una justa indemnización. La indemnización tiene que ser equivalente al valor económico que tiene el objeto expropiado, y los precios de los inmuebles en Bolívar ascienden a precios estratosféricos producto de la especulación; pero más allá de eso la Ley provincial sobre expropiación habla de cotizaciones bancarias y de tener en cuenta el valor de las propiedades linderas similares, y si tenemos en cuenta esto la familia López se vería perjudicada en lo económico”.
Salamanco, ya justificando su rechazo de entrada, dijo que “no vemos el proyecto urbanístico integrador del que habla el expediente, ni una maqueta, ni sabemos qué arquitecto lo hizo o qué estudio de impacto ambiental se realizó”. Y volviendo al tema precios, dijo: “Acá por el tema valores de propiedades el municipio corre el riesgo luego de expropiar de un juicio de expropiación inversa a través del cual la familia López podría reclamar el valor real del inmueble. Y el Artículo 17 de la Constitución Nacional dice que la propiedad es inviolable y ningún habitante de la Nación puede ser privado de ella, y en este caso de la expropiación se avanza contra la propiedad privada”.
José Gabriel Erreca fue la voz cantante del bloque UCR, quien antes de referirse al tema adelantó el voto negativo: “Coincidimos en todo los aspectos con lo que dijo el concejal Salamanco, y no estamos de acuerdo con las formas en las que se planteó este tema. Primero se lo planteó en forma mediática, sin que los propietarios tuvieran idea de qué se tratara, y menos nosotros los concejales”.
Del lado del oficialismo, palpando el voto negativo al proyecto (se requería de los dos tercios de los votos para aprobarlo), saltó Oscar Ibáñez: “Lamentamos que no se haya podido arribar a un buen diálogo en pos de un buen acuerdo para ambas partes, tanto para la familia como para la Municipalidad. Esto tampoco debe dejar cerradas las puertas a una nueva instancia de diálogo y el acercamiento de las partes en búsqueda de elementos que dejen satisfechos a ambos”.
Claudio Carretero no se quiso quedar fuera de la conversación y metió la cuchara: “Me sorprende notoriamente que el bloque FPV se lamente de que no se llegue a un acuerdo a través del diálogo cuando en realidad no hay ningún diálogo, nosotros pedimos que se llamara a los familiares para dialogar y eso no ocurrió”.
Y la cuchara de Carretero surtió efecto, porque del otro lado saltó Eberhard: “Estamos abiertos al diálogo siempre (“está mintiendo”, le dijo una integrante de la familia López desde el lugar del público)”. Soraya dio una clase de todos los lugares por donde iba a pasar el expediente si se aprobaba y todos los pasos que debía pasar hasta llegar a la expropiación, que en realidad la solicita el Ejecutivo pero no es el que lo dispone.
Enseguida Salamanco salió al cruce diciendo que “no puedo compartir con Eberhard cuando habla de predisposición al diálogo, cuando uno encuentra en su casa al tasador de un banco para expropiársela, el diálogo debió ser anterior a ese acto”.
Y el micrófono llegó al siempre explosivo Sergio Croce: “En los dos años y medio que llevo como concejal, jamás imaginé que íbamos a estar debatiendo por una expropiación por el Peladero López, donde según me contó mi abuelo trabajó medio Bolívar. Qué triste que en Bolívar estemos hablando de una expropiación, tengo el orgullo de que va a ser rechazada, me voy a ir contento a mi casa, porque esto es una vergüenza (aplausos de los familiares). La concejal Eberhard entiende mucho en la materia y nos habla de diálogo; pero que no nos mientan, si no nos permitieron que vinieran los familiares a la comisión, está en las actas, desde presidencia se nos decía que se los iba a citar y nunca los citaron, y hasta nos pusimos a disposición para citarlos nosotros, que no sé si se puede, porque en Bolívar nos conocemos todos, y quién no conoce a uno de los herederos de López”.
Croce se ha transformado en uno de esos concejales que saca a las sesiones de ese ambiente de sueño permanente que suelen generar, y siguió despertándonos: “Hoy no hubiera faltado por ningún motivo, porque es muy triste que esto pase en Bolívar y porque nos puede pasar a cualquiera de nosotros. Hay muchos lugares que tendrían que ser expropiados más que el Peladero López; pero lamentablemente le tocó a esa manzana. La tasación del Banco Provincia dio 5.500.000 pesos, dividido por 40 lotes da $ 137.500, muchos se estarían peleando por ir a comprar uno”.
Tras la alocución de Croce no hubo quien saliera al cruce y Siro Flores puso a consideración el expediente, que fue rechazado por mayoría del Frente Renovador y la Unión Cívica Radical por 9 a 7, motivo por el cual el Peladero López sigue siendo propiedad de los herederos de Julián López y no será expropiado ni considerado de utilidad pública.
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