“Jamás se me cruzó por la cabeza que no iba a poder asumir”

“Jamás se me cruzó por la cabeza que no iba a poder asumir”

Dice que su triunfo fue “abrumador”. Pero reconoce que en la provincia “hay pobreza y no la podemos negar”

Hijo de inmigrantes libaneses, Juan Manzur atribuye a su condición de maronita la serenidad con la que –asegura– se mantuvo durante este mes tan convulsionado en esta provincia. “Jamás se me cruzó por la cabeza que no iba a poder asumir”, dice a Clarín en su amplio despacho de la Legislatura, con vista a la plaza Urquiza: “Sí estaba con mucha preocupación, porque acá se montó una operación mentirosa. Ellos (por la oposición) hablaron de fraude sin presentar ninguna documentación y felizmente la Corte Suprema de Tucumán convalidó las elecciones”.

-¿Puede sostener que fueron transparentes?

-Tuvimos problemas y están detectados. Tanto dirigentes nuestros como de la oposición dañaron urnas, las quemaron. El mismo día de la elección salimos a decir que había detenidos y que íbamos a tener elecciones complementarias en esos lugares. Hubo una gran participación, de más del 80%, con muchísimos fiscales de todos los partidos. Y fue tan abrumador el triunfo... Más de 111 mil votos de diferencia.

-¿Qué dice del clientelismo?

-El gran desafío y lo que hay que cuidar es la participación de la mayor cantidad posible de ciudadanos para emitir su voto. La gente entra sola al cuarto oscuro y el voto es secreto.

-El clientelismo evidencia la pobreza. ¿La va a combatir?

-Hay pobreza en Tucumán, es verdad y no lo podemos negar. Se ha avanzado mucho, pero también falta. Ojalá podamos hacerlo más rápido y más a fondo que en estos 12 años.

-¿Cómo?

-Estuve con Scioli y habló de traer inversiones, radicar empresas, de los parques industriales, de hacer un millón de viviendas en cuatro años, de la ciencia y la tecnología...Todo eso es para erradicar la pobreza.

-¿Cuánto dañó este escándalo en Tucumán la candidatura de Scioli?

-En absoluto. No tengo ninguna duda de que va a ganar en primera vuelta. La gente no salta al vacío, no va a lo desconocido.

-¿Su legitimidad quedó debilitada?

-La legitimidad la da el voto. Siempre hay gente que no está de acuerdo y se manifiesta. Es bueno, lo normal en democracia. A favor o en contra. Lo importante es el voto y no hay ninguna fractura. El gran desafío es gobernar para todos. 

-¿Qué responsabilidad le adjudica a Alperovich en la debilidad con la que lo sucederá?

-Es un gran gobernador. Yo vengo formando parte de su proyecto desde 2003 y lo único que tengo son palabras de agradecimiento. 

-¿No tuvo responsabilidad en la represión que agravó la crisis?

-El dijo que nunca había dado la orden. Hay una investigación en marcha para que la Justicia nos diga qué fue lo que pasó.

-La Policía depende del Ejecutivo y Dante Bustamante -el jefe- sigue en su cargo. ¿El Ejecutivo no debe dar explicaciones?

-Por supuesto, pero hay que deslindar las responsabilidades y hay un proceso judicial en marcha.

-¿En qué será diferente su gobierno al de Alperovich? ¿Es cierto que cambiará todo el gabinete?

-Yo no soy Alperovich. Lo quiero, lo respeto y él sabe de mi lealtad. Y mi lealtad hoy es hacia el pueblo. Le voy a dar mi impronta al Gobierno, como haría cualquiera. Y el gabinete lo arma el gobernador, pero faltan 40 días. Estamos saliendo de un mes en el que hubo muchas dificultades, exabruptos, agresiones. Hay gestos de intolerancia que hay que desterrar definitivamente. 

-Hubo una presión al Poder Judicial, con afiches y agresiones a la casa de una camarista, que el oficialismo no condenó.

-Yo no estoy de acuerdo y siempre hemos repudiado todo lo que tiene que ver con las agresiones. Sí hay que decir que con el fallo de estos dos jueces el peronismo entró en un proceso de alerta y movilización, porque entendía que se estaba vulnerando el voto de muchísimos tucumanos. 

-En la plaza había carteles de “Muerte a los traidores”.

-Bueno, esos son exabruptos que no conducen a nada. Yo creo en la movilización pacífica, en la expresión de desazón por un fallo inédito, que decía que la gente pobre no está capacitada para votar.

-¿La intervención federal fue una posibilidad real o también una presión a la Justicia?

-Seguimos por los carriles normales y la Corte dio vuelta el fallo. Pero en una situación de estas características y cuando los tiempos normales para un nuevo proceso electoral son inviables obviamente se barajan diferentes opciones. Siempre por la vía democrática.

-¿Modificará el sistema electoral?

-Yo no tengo ningún inconveniente, al contrario. Todos los sistemas electorales son perfectibles. No hay nada en democracia y en política que esté escrito en piedra.

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