Tras trece años de disputas diplomáticas, el conflicto por el programa nuclear iraní llegó ayer a su fin con un acuerdo alcanzado en Viena entre Teherán y el grupo 5 + 1 conformado por los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia) y Alemania.
El acuerdo prevé una clara reducción de las capacidades nucleares de Irán para impedirle fabricar una bomba atómica. A cambio, las sanciones económicas impuestas al país persa se irán levantando de manera gradual.
“Se dio vuelta una página y comenzó un nuevo capítulo”, afirmó el presidente iraní, Hasan Rohani, en un discurso televisado, en el que argumentó que las sanciones impuestas a la república islámica nunca fueron exitosas.
Rohani destacó asimismo que el pacto es ventajoso para todas las partes. “Estas negociaciones nunca podrían haber terminado con una solución de ganadores y perdedores. Queríamos que todas las partes fueran vencedoras”, sostuvo el mandatario.
Para Rohani, la polémica nuclear fue exagerada hasta generar una fobia contra Irán. “Se nos atribuyó que fabricábamos armas de destrucción masiva. Ambas cosas las refutamos con la negociación”.
Por su parte, el presidente estadounidense, Barack Obama, que debe convencer a los congresistas republicanos para que aprueben el acuerdo, señaló que “el acuerdo no se basa en la confianza, sino en la verificación”.
El mandatario elogió el pacto y lo consideró una garantía de un Oriente Próximo más seguro. “Se cortó todo camino hacia el arma nuclear”, señaló. Además, destacó que el plan contempla fuertes incentivos para Irán si cumple con lo acordado, así como con consecuencias si no lo hace.
El Congreso de Estados Unidos, de mayoría republicana, tiene ahora 60 días para aprobar el texto. Obama amenazó con vetar la resolución si éste vota en contra del proyecto para tumbarlo. “Vetaré cualquier legislación que intente impedir este acuerdo”, afirmó desde la Casa Blanca.
Con la excepción de Israel y algunas monarquías árabes como Arabia Saudí, la comunidad internacional acogió con alegría y alivio un acuerdo que costó dos años de negociaciones tras más de una década de abierto conflicto.
Mientras el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, consideró que se trata de un “error histórico”, la responsable de política exterior de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, aseguró que “con valor, voluntad política, respeto mutuo y liderazgo, hemos entregado lo que el mundo estaba esperando, con el compromiso compartido para la paz y uniendo manos para hacer nuestro mundo más seguro”.
El mandatario ruso, Vladimir Putin, fue uno de los primeros en mostrar su satisfacción ante un acuerdo que va a permitir al mundo “respirar con gran alivio” porque ayudará a “fortalecer la seguridad internacional y regional”.
También Alemania y Reino Unido manifestaron su satisfacción por un pacto que elimina la amenaza de que Irán se haga con armamento nuclear, además de promover una mejor relación en la comunidad internacional.
Asimismo, el presidente sirio, Bachar al Asad, celebró el pacto, que será “un gran punto de inflexión” en la historia de la República Islámica, la región y el mundo.
Las características del pacto
El acuerdo nuclear alcanzado por Irán con las seis potencias internacionales tiene más de 100 páginas y cinco anexos que incluyen asuntos técnicos.
Entre los principales aspectos del acuerdo se destaca que la cantidad de centrifugadoras de Irán utilizadas para enriquecer uranio serán reducidas de 19.000 a 6.000 en diez años. Irán sólo podrá usar modelos más antiguos, en lugar de las centrifugadoras de última generación, más productivas. Estas máquinas sólo podrán enriquecer el uranio al 4%, suficiente para servir como combustible. Para fabricar cabezas nucleares se necesita que alcance el 90 por ciento.
Además, Irán reducirá drásticamente su posesión de uranio enriquecido a bajo nivel –de 12 toneladas a 300 kilogramos–, al exportar este material a Rusia.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) tendrá acceso a todas las instalaciones nucleares de Irán para controlar que se cumplan todos los requisitos del pacto.
Las sanciones económicas contra las exportaciones petroleras iraníes y las cuentas bancarias, entre otros, serán levantadas gradualmente. El embargo de la ONU a las importaciones y exportaciones de armas convencionales, en tanto, seguirá vigente por otros cinco años.
Netanyahu, crítico con el pacto
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, señaló que el anuncio en Viena de un acuerdo con Irán sobre su programa nuclear es “un error histórico” que reforzará a su archienemigo y a los grupos extremistas islámicos.
Netanyahu no ve cambio alguno en las intenciones nucleares de Irán, cuya doctrina estatal contra Israel “sigue intacta”. Hace unos días, el primer ministro ya había dicho que el acuerdo “enviará miles de millones de dólares a una máquina de terrorismo y conquista”.
Según el premier, las potencias del grupo 5+1 hicieron concesiones que van demasiado lejos. Ante este panorama, advirtió que su país no está obligado a cumplir con el acuerdo y hará todo lo que crea necesario para defenderse, ya que Irán sigue ansiando su destrucción.
Por su parte, el presidente Barack Obama, le garantizó el apoyo “incondicional” de su país a Netanyahu.
El acuerdo nuclear “no reducirá” las preocupaciones de EE.UU. sobre el apoyo de Irán a terroristas en Medio Oriente y sobre las amenazas contra Israel”, agregó Obama.
Los próximos pasos y las consecuencias del pacto
El tratado, negociado entre Irán, por un lado, y Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania, por el otro, entrará en vigor dentro de 90 días una vez adoptada una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que se espera antes de fin de mes. Al mismo tiempo, el Congreso de Estados Unidos dispone ahora de 60 días para analizar lo pactado con Irán. A pesar de que los opositores republicanos tienen una mayoría en el Congreso y en el Senado, les será muy difícil derrumbar el acuerdo, ya que para ello necesitarían una mayoría de dos tercios.
Aparte de las inspecciones constantes de parte del OIEA, habrá un comité conjunto, compuesto por Irán y las seis potencias, coordinadas por la UE, que supervisará y analizará posibles violaciones del acuerdo. Cada dos años, como mínimo, los ministros de Exteriores de las partes se reunirán. Si Irán no cumple con lo pactado, el acuerdo prevé un mecanismo para reactivar las sanciones.
El plan anunciado constituye un antes y después para la región de Oriente Medio, donde Irán es una creciente potencia regional. Sus principales rivales, Israel y Arabia Saudí, rechazan de pleno el pacto porque creen que potenciará las ansias de poder y expansión de la República Islámica.
En cuanto al petróleo, los expertos no prevén, por ahora, una gran impacto en el mercado, ya que se anticipaba un posible acuerdo. Además, el levantamiento gradual de las sanciones permitirá que el mercado se vaya adaptando a una mayor producción iraní.
A su vez, el pacto permitirá que se mejore la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico, contra el que hacen causa común Washington y Teherán.
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