Hoy en horas de la tarde el intendente municipal José Inza brindó una conferencia de prensa donde informó que se normalizó el escurrimiento del agua en el Arroyo Azul y que afortunadamente cesó el alerta por posibles desbordes. En la oportunidad Inza resaltó el impacto positivo de las obras realizadas y llevó tranquilidad a los vecinos de la comunidad al informar la disminución del nivel del agua.
Acompañaron a José Inza el secretario de Infraestructura, Obras y Servicios Públicos Héctor Bolpe, el secretario de Gobierno Mauro Grandicelli, la secretaria de Desarrollo Social Olga Pomphile y el director de Hidráulica y Vialidad Urbana Héctor Comparato.
En primer lugar, el mandatario azuleño destacó el trabajo realizado por las distintas áreas de su gobierno, que desde anoche montaron un operativo de seguridad y asistencia a los vecinos.
Posteriormente detalló que durante las últimas horas “se hizo el trabajo que habitualmente hacemos como consecuencia de este tipo de fenómenos”. Asimismo aclaró que “desgraciadamente hemos adquirido cierta práctica por los antecedentes cercanos que tenemos del año 2012 y afortunadamente podemos informarle a la comunidad que la crecida, a pesar de que llegó a un nivel importante de 4,55 metros a la altura del Seminario, no alcanzó para que se desborde el arroyo”.
“A partir de ahora podemos decir que ha pasado el peligro”, resaltó y explicó que “ya ha pasado el pico por el Seminario y ha pasado el pico por la ciudad, ahora está disminuyendo el nivel del agua en el casco urbano”.
El impacto positivo de las obras hídricas
Con respecto a las primeras obras hídricas que se realizaron desde que asumió como gestión, el Intendente Municipal dijo estar “muy conforme por las evaluaciones que ha estado haciendo el área de Obras Públicas y de Hidráulicas” y agregó que durante este fenómeno “ha sido muy bueno el resultado” de esas obras.
En ese sentido, agregó un dato preciso con respecto a la importancia de intervenir el Arroyo Azul y contó que con respecto a la capacidad de transporte de agua, “en el año 80 el arroyo tenía la capacidad de transportar 80 metros por segundo de agua por su cauce, hoy con todos los trabajos que se han hecho a lo largo de estos 34 años tiene la capacidad de transportar 160 metros por segundo”.
En tanto, reflejó que “con las obras que están previstas realizar que son los canales aliviadores en el puente San Benito y San Martin esa capacidad se va a incrementar más cada día”.
José Inza, enfatizó que si hubiera ocurrido esta crecida en otra circunstancias, previo a la realización de las obras hídricas por parte de su gobierno, “el arroyo seguramente se hubiera desbordado y probablemente hubiera tenido consecuencias para las casas de los vecinos”. “Como decimos siempre esto no es la solución de fondo porque son obras menores, pero sí vemos que ante determinado tipo de crecida realmente sirven, porque están impidiendo que los vecinos vean dañados sus patrimonios y se genere una situación desagradable para la ciudad”.
“Hay dos obras que están pendientes de comenzar -aclaró- pero estamos en los tiempos que se estipulan para su concreción y hay cuatro que ya están concluidas o terminándose, como por ejemplo la limpieza del arroyo, obras en el sector del barrio El Sol, la rectificación de los meandros que permitieron desagotar el arroyo a gran velocidad y la ampliación del puente del Ejército”.
“El evento ha pasado, la gente se puede ir a dormir tranquila porque no va a haber ningún desborde, porque los picos de crecida han pasado tanto en el Seminario como en Azul y ya el nivel de agua está decreciendo en todos los lugares”, puntualizó José Inza al finalizar la conferencia de prensa.
“El desborde no ocurrió fundamentalmente por las obras que se vienen realizando”
El director de Hidráulica y Vialidad Urbana Héctor Comparato se refirió al comportamiento que ha mostrado el arroyo. En primer lugar, comentó que “la respuesta de esta cuenca siempre es de 48 horas, son dos días desde el comienzo del evento, salvo en los casos en que se duplican los eventos, ahí sí estamos en las 36 horas”.
Asimismo, anunció que “en este evento tuvimos unas importantes precipitaciones en la cabecera en la zona de Chillar, con precipitaciones de 110 a 120 milímetros, que es la parte más alta y de mayor pendiente”. “Luego, en el resto de la cuenca llovió menos, pero así y todo una cuenca antecedente totalmente saturada, con napas freáticas muy altas, teníamos un aporte de 3 a 5 metros cúbicos por segundo sin lluvia, cuando en realidad tendríamos que estar en 0,80 o 1 metro, o sea que ese nivel era algo que teníamos en contra. Y por lo que estamos viendo, todo lo que es el aporte de napas freáticas es muy lento en la bajante,y lo hemos observado en esta última crecida, el arroyo cada vez tarda más en bajar. Antes hacía un pico y enseguida bajaba, pero ante circunstancia que estoy explicando va a tardar mucho más en bajar”, especificó.
Consultado sobre el motivo por el cual un registro de alrededor de 100 milímetros en la zona de Chillar puede provocar un desborde en el casco urbano de Azul, el profesional fue más allá y explicó la modalidad técnica de trabajo. “Nosotros cargamos modelos físico matemáticos que nos da la salida el caudal que va a pasar por el Seminario”, indicó y lo comparó con un el pronóstico que hace el Servicio Meteorológico Nacional. “Ellos tienen modelos automatizados y sale si va a llover o no, cuánto va a llover, etcétera, y en el caso nuestro son modelos que la cuenca antecedente, la cantidad de lluvia caída, la distribución de lluvia, la cantidad en los distintos puntos, los niveles de los arroyos previo a esa lluvia, los ponemos en un modelo computarizado y nos sale la cantidad de agua que va a pasar por el Seminario pero en forma teórica”, continuó.
“En esta crecida nos estaba dando cerca del desborde, o sea que el modelo funcionó bien por la cuenca antecedente y por el arroyo que teníamos. Hoy comprobamos y oportunamente vamos a profundizar en el tema el impacto que han tenido las nuevas obras, hemos encontrado el arroyo muy abajo con las medidas que teníamos en el Seminario”, agregó y recordó “con medidas de arriba de 4 metros la Avenida Costanera ya estaba en los sumideros el agua saliendo del arroyo”.
Comparato manifestó además que “por otro lado cuando salimos a caminar la cuenca y ver que los niveles del arroyo eran muy altos, como tuvimos, ahí planteamos la posibilidad segura de que íbamos a tener una probabilidad de desborde, que no ocurrió fundamentalmente a priori -lo vamos a analizar más profundamente- por las obras que se vienen realizando, que nos baja el nivel del agua en el paso por la ciudad”.
En relación al comportamiento del curso de agua en el sector de Las Blancas hacia el norte, aseguró que “es una obra que ha tenido un impacto muy bueno y muy positivo, hemos visto también los niveles bajos que hemos tenido en ese sector, ante niveles similares en el Seminario”.
“Antiguamente el puente Benavídez era ‘meandroso’ y lleno de vegetación, ahora tenemos otro arroyo y en eso es el impacto positivo que hemos tenido”, añadió.
Respecto de cómo hubiera resultado la situación en caso de que hubiese estado la represa La Isidora, afirmó que la misma “hubiera retenido”. “Estuve en el momento del pico de la Estación La Chiquita, que está a 2.000 metros de donde va a ir la represa, y se ve una gran acumulación de agua. En ese sector antiguamente 20 años atrás no había la cantidad de agua que ante un mismo evento estamos viendo ahora”, dijo y señaló que en esa zona además del Arroyo Azul se visualiza “un canal natural que se ha abierto cada vez más, que está ubicado mirando hacia Chillar a la izquierda, que también hace un aporte muy importante de agua”. “Yo vi el escenario que vi el 17 de mayo de 2012 en cantidad de agua”, expresó.
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