Representantes de los productores debieron ceder en sus pretensiones pero salieron conformes con el precio obtenido. Argumentan que ir a un laudo hubiera sido el peor de los escenarios posibles para toda la cadena. El kilo de hoja verde puesto en secadero pasó de 3 a 3,60 pesos y el de canchada, de 11 a 13,30 pesos. El instituto definió un valor de referencia de 26,60 pesos por el kilo de yerba molida.
Según coincidieron dirigentes de los distintos eslabones de la cadena productiva, el acuerdo logrado ayer fue posible gracias a la buena voluntad de las organizaciones representadas en el INYM, ya que todos debieron ceder en sus posturas.
Consideraron además que se trató de una muestra de fortaleza del instituto, ya que se pudo concertar un aumento en medio de fuertes presiones ejercidas desde la secretaría de Comercio de la Nación, organismo que busca contener incrementos de precios en todos los órdenes .
El presidente del instituto, Luis Prietto, consideró que se trató de una de las negociaciones más complicadas, pero destacó que pese a ello se logró cerrar un acuerdo.
Por su parte el representante del gobierno de Misiones, Ricardo Maciel, opinó que aunque el sector primario debió ceder en sus pretensiones, se logró un buen precio, acorde a la situación actual del sector.
Destacó la importancia de actualizar los valores oficiales, aunque se ubiquen en cifras que están por debajo a las que efectivamente está pagando el mercado en la actualidad.
En tanto que Jerónimo Lagier, representante de la producción, afirmó que el sector pretendía un valor superior al concertado ayer, pero admitió que la industria y los secaderos también cedieron. Advirtió que si no cerraban en 3,60 por kilo de hoja, hubiera sido necesario recurrir a un laudo de Agricultura de Nación, lo que para el dirigente era el peor escenario posible.
“Teníamos la certeza, porque así nos lo hicieron saber en nuestra última incursión a Buenos Aires, que si la decisión iba al laudo, no íbamos a obtener nada, los precios no se iban a mover, por eso priorizamos llegar a un acuerdo, aunque tuviéramos que ceder. Las últimas experiencias con laudos fueron nefastas, se demoraron o directamente nunca salieron, lo que nos generó atrasos muy grandes en los precios oficiales”, argumentó.
Recordó que está pendiente de homologación un incremento salarial de 30 por ciento para los tareferos y anticipó que dependiendo de cómo se lo aplique, podrían pedir una reapertura de la mesa de concertación.
El camino
La sesión especial de precios comenzó a mediados de febrero en un escenario marcado por la incertidumbre, especialmente por la indefinición en la paritaria de los trabajadores rurales.
Recién en la reunión del 25 de febrero se plantearon posturas bien definidas: la producción pidió 3,98 pesos, conforme a lo decidido en una asamblea de la que participaron las principales entidades del sector, y la industria puso el techo en 3,40.
En reuniones posteriores la producción bajó a 3,80 y la industria se comprometió a mejorar su propuesta. Cuando el acuerdo parecía cerca, una convocatoria de la secretaría de Comercio de la Nación embarró la cancha.
Los funcionarios convocaron a los yerbateros a inicios de marzo y los conminaron a no autorizar aumento alguno, mensaje que se repitió en una segunda reunión realizada la semana pasada.
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