Son cinco efectivos de la Unidad Regional II acusados por una mujer en una carta y un video dirigidos a la Secretaría de Control de las Fuerzas de Seguridad de la provincia.
La Dirección de Asuntos Internos investiga una denuncia contra cinco policías de la Unidad Regional II a quienes se acusa de administrar quioscos de venta de drogas. Las actuaciones se iniciaron a partir de un correo electrónico remitido a la Secretaría de Control de las Fuerzas de Seguridad de la provincia en el que además se adjunta un video que muestra a uno de esos policías manipulando unas bolsas de nailon en una mesa en la que aparentemente hay estupefacientes.
Asimismo en la denuncia se indica que algunos de los uniformados, que aún siguen en funciones, son propietarios de autos y motos de alta gama que no pueden ser adquiridos con sus respectivos salarios de policías por más alto rango que tenga.
Video. Según fuentes de la Secretaría de Control de las Fuerzas de Seguridad de la provincia, la investigación se inició el pasado lunes 26 de enero a partir de la recepción de un correo electrónico enviado cinco días antes a dicha repartición.
En el texto, una mujer que se presenta como miembro de la policía santafesina —luego se estableció que no lo es— apunta contra cinco efectivos de la Unidad Regional II a quienes acusa de manejar quioscos de venta de drogas y enriquecerse con eso.
Además del mail, Asuntos Internos recepcionó un disco compacto que contiene un video deSon 5 efectivos de la Unidad Regional II acusados por una mujer en una carta y un video dirigidos a la Secretaría de Control de la Fuerza baja resolución, al parecer tomado con un teléfono, en el que se observa a un hombre vestido con una musculosa blanca que está recortando “una especie de nailon sentado frente a una mesa con elementos que se presume sería material estupefaciente”.
La denunciante, que según las fuentes consultadas no pudo volver a ser contactada por los investigadores luego de la recepción de la primera información que remitió, identifica a esa persona como el suboficial L.G.
Al respecto, los investigadores dieron crédito a esa afirmación luego de cotejar sus archivos fotográficos con el rostro de quien aparece en el video.
En ese contexto, Asuntos Internos comenzó la investigación sobre la conducta y proceder del suboficial L.G. así como también del comisario superior A.B., el subcomisario F.F., el subinspector E.R. y el suboficial C.A.
Asimismo, las actuaciones fueron elevadas al Juzgado Federal Nº 4 y parte de la denuncia fue cursada a la División de Investigaciones Patrimoniales de la provincia.
Narcos. La denuncia enviada por mail al titular de Control de las Fuerzas de Seguridad, Ignacio Del Vecchio, sostiene que L.G. administra quioscos de droga en la zona sur de Rosario, “en su mayoría en jurisdicción de la comisaría 11ª”. Señala que el policía tiene un Chevrolet Cruize LTZ modelo 2013 y que tiene “fluidos contactos” con gente vinculada al narcotráfico.
También se afirma que este sargento fue secretario del comisario A.B. y luego de F.F. —ambos están sindicados como “investigados por enriquecimiento ilícito”— hasta que fue asignado a la subcomisaría 19ª del barrio Las Flores donde “entabló relación con miembros de la banda de Los Monos”.
La denuncia ubica a los cinco policías mencionados como miembros de una banda narco liderada por A.B. en la que se reparten algunos roles como el transporte de la droga y la administración de los quioscos.
Asimismo, asegura que otro de los denunciados es nexo de una comisaría con una barra brava. Y remarca que sus miembros se manejan en vehículos que no podrían pagar con sus sueldos policiales.
Vergüenza. “Lamentablemente la fuerza está podrida y eso los mandos inferiores lo ven. ¿Cómo hace un comisario principal con un sueldo de 15.000 pesos mensuales para conducir una Volkswagen Amarok de casi medio millon de pesos? ¿O un sargento con un sueldo de 9.000 pesos para ir a trabajar en un Chevrolet Cruize de 300.000?”, señala el texto que dio origen a la investigación.
“Esta gente tiene que estar como mínimo exonerada de la fuerza, son una vergüenza al uniforme y sin embargo permanentemente son premiados por las distintas conducciones con destinos mas seductores para la concreción de su actividad”, sostiene el mail aparentemente escrito por una mujer a quien los investigadores no pudieron volver a contactar y que finaliza la misiva con la frase: “Saludos de una policía honesta”.
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