Juan Carlos Moscardini, domiciliado en Lanús, provincia de Buenos Aires, es hasta el momento el único imputado respecto a tres hechos relacionados con presunta estafa en perjuicio de la cooperativa eléctrica de Trelew y el banco del Chubut, delito enmarcado en el artículo 172 del Código Penal.
La jueza Patricia Asaro escuchó junto a las partes expresiones de Moscardini, quien dijo ser profesional arquitecto y maestro mayor de obras con una experiencia de 38 años y hace 18 titular de una empresa, Obraco S.A., que en algún tramo de su declaración, y ante preguntas de la fiscalía, aclaró acerca de su directorio integrado por su madre y su padre como director suplente, dando respuesta a exigencias societarias, aunque figuraban solamente.
En la extensa reunión involucró a dos personas que se habrían contactado con él, una de ellas compartiendo actividades en una institución benéfica, quien la condujo a otra que se habría presentado como representante de la cooperativa de Trelew. Tratando de deslindar su responsabilidad, contó la forma en que según aseveró, habrían llevado a cabo la maniobra, justificada en compra de maquinarias y trabajos de obra, los que facturó una vez depositado el dinero, aunque nunca entregó ni efectuó lo acordado.
La acusación
De acuerdo a la imputación fiscal, son tres los hechos que lo involucran, uno de ellos entre el 21 de diciembre de 2012 y 2 de enero de 2013, el segundo el 7 de enero del mismo año y el último el 15 de ese mes, cuando se realizaron transferencias por modo electrónico de pago hacia la cuenta de Obraco S.A. del banco Superville de Quilmes, acreditándose el cobro por parte de Moscardini por un valor de 1.052.533, presentando posteriormente dos órdenes de compra.
Según detalló, el solo habría participado en el cobro de esos montos, rechazando cobrar un último pago de unos 400.000 pesos, al recibir la advertencia gerencial sobre la presunta irregularidad detectada. Entre otros aspectos, destacó que fue guardando el dinero en la caja fuerte de su empresa, habiéndose presentado quien urdió el plan, con dos acompañantes para que devolviera lo recaudado, cosa que hizo, aunque justificando haberse quedado con mas de 50.000 pesos en carácter de rescisión.
Sin embargo, no pudo precisar acerca de los originales de la documentación, habiendo utilizado siempre fotocopias, no recordando si había hecho entrega de la misma a su anterior abogado o a quienes fueron por el dinero. Justificó no entregar maquinaria ni realizar trabajos acordados, indicando que habían pactado tales tareas una vez finalizada la operación con pagos incluidos, lo que figuraba como trabajos a realizar o maquinaria a entregar.
De la misma manera, arrimó en su descargo una simple fotocopia de un recibo, a través del cuál pretendió sostener que el dinero retirado en el banco superville de Quilmes, lo entregó finalmente a quienes sindica como involucrados, señalándolos como los autores de la estafa investigada.
Moscardini manifestó no haber recibido amenazas, pero sí que le habían sugerido acerca de ciertos riesgos: “por eso callé y me mordí la lengua, pero ahora todo lo que sé lo vine a decir”, para expresar a cada momento: “no se como voy a remontar esto”.
La causa sigue en etapa de investigación y el Ministerio Público Fiscal se encuentra colectando elementos que permitan el esclarecimiento de lo sucedido.
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