Mostró una mejora del 10%, según Orlando Ferreres y Asociados, pero sigue en el pozo. En septiembre los indicadores de consumo muestran continuidad en la timidez de la recuperación, pero el PBI parece haber consolidado tres meses en recuperación parcial
Por Mariano Cuparo Ortiz
La inversión productiva dio señales de haber dejado de caer en el tercer trimestre y subió un 9,9% trimestral desestacionalizado. Sin embargo, la mejora no terminó de sacar del pozo a esa variable fundamental para la recuperación económica. De hecho, todavía está un 16% por debajo de los niveles del tercer trimestre del año pasado. Con un consumo todavía tímido pero repuntando con lentitud, una inversión mejorando pero en el fondo del pozo y una suba del 4% mensual en las exportaciones, el PBI dio señales de mejora en septiembre.
Según Orlando Ferreres y Asociados, la inversión anotó una mejora del 14,5% mensual y de esa forma revirtió la caída del 9,9% que había mostrado en agosto, también en la comparación mensual. De esa forma, el tercer trimestre fue mucho mejor que el segundo: mejoró también 9,9% desestacionalizado. Pero fue también mucho peor que el escenario del año pasado (también en septiembre la inversión estuvo un 8,3% por debajo del mismo mes del 2023 y en lo que va del año acumuló una contracción total del 20,4%. Una fuerte caída en una variable clave para las chances de crecimiento económico a futuro.
Desde la consultora detallaron: “La mejora en el humor de los mercados parece trasladarse también a las decisiones de inversión de los agentes. La compra de equipos durables nacionales sigue creciendo por tercer mes consecutivo, y la inversión en importados quedó prácticamente sin variación respecto al año pasado, luego de una caída de más de 40% en agosto”.
Y acerca de lo que se viene, agregaron: “Para los próximos meses esperamos que continúe la mejora en los niveles de inversión, apuntalado en los fondos del blanqueo, y más en el mediano plazo, en el éxito que pueda tener el RIGI. De todas maneras, hay que tener en consideración que la continuidad del cepo actúa como un limitante para la entrada de capitales, por lo que debemos moderar las expectativas”.
La inversión es la variable clave, dentro de los factores de la demanda agregada, de cara al crecimiento futuro por su propiedad de agrandar la capacidad productiva instalada. Pero a corto y mediano plazo el que tracciona es el consumo, que es incluso el que tiene la chance de incentivar las decisiones inversoras, ya que sin clientes no hay razones para comprar maquinarias.
El consumo viene dando señales de continuidad en la tibieza: por caso, las ventas minoristas medidas por CAME volvieron a caer un 0,5% mensual y un 5,2% respecto al mismo mes del año pasado. Al mismo tiempo, el consumo de carne bovina bajó un 11% y se ubicó en el peor nivel de la serie histórica, según reseñó PxQ, y hubo un marca reemplazo por carne aviar. El IVA DGI, indicador clave del consumo, cayó un 7,1% mensual, según la desestacionalización de la consultora, aunque los patentamientos de autos treparon un 9,6%.
Con todo, para Ferreres la actividad económica creció un 1,4% mensual desestacionalizado en septiembre y quedó un 2,7% en la comparación contra el mismo mes del año pasado, aunque acumuló ya una baja total del 5,1% versus los primeros nueve meses del 2023.
Desde Ferreres adelantaron para lo que viene: “Hacia adelante, esperamos que el contexto sea similar al del noveno mes, con mejoras mensuales pero con dificultad para volver a valores positivos en la medición anual. La velocidad de la recuperación dependerá asimismo de la recomposición de los ingresos de las familias, de la mejora en el crédito y en la recuperación de la confianza, promoviendo en el todo una mejora en la demanda de bienes y servicios”.
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