La ministra de Capital Humano no solo acusa al saliente Pablo de la Torre de haber contratado a empleados de su secretaría de forma irregular. También sospecha que detrás del exfuncionario se tejía una conspiración para eyectarla de su cartera. Pese a contar con el apoyo incondicional de Milei, los constantes conflictos internos no dejan de ponerla en jaque.
Pedro Lacour
Las desventuras de Sandra Pettovello al frente del Ministerio de Capital Humano parecen estar llegando a su punto más álgido. Tras casi seis meses de gestión libertaria y más de 30 funcionarios desplazados solo en su cartera, la reciente decisión de echar a Pablo de la Torre de su cargo al frente de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, en medio de acusaciones por supuesto “mal desempeño” que derivaron en una denuncia ante la Oficina Anticorrupción, agitó todavía más las aguas al interior del ministerio más voluminoso y conflictivo del gabinete de Javier Milei.
Rodeada de un hermetismo particular, Pettovello no concede entrevistas hace tres meses y quienes la frecuentan aseguran que está “concentrada en su labor cotidiana”. Se sabe una de las funcionarias con más poder del Gobierno y confía en que su lugar nunca estará puesto en cuestión por Milei, que la considera una de sus amigas y “la mejor ministra en el área social sin lugar a dudas desde el regreso de la democracia”, según la definió este viernes en su cuenta de X. Un respaldo presidencial que se hace sentir mucho más sobre todo después de que se disipara un factor que no dejaba de ponerla en jaque: el constante acecho del exjefe de gabinete Nicolás Posse, hasta esta semana, su principal adversario puertas adentro del oficialismo.
Un afiche contra la ministra Pettovello en uno de los ingresos al depósito del Gobierno en Villa Martelli donde están acopiados más de 5 millones de kilos de comida, muchos a punto de vencer. elDiarioAR
Sin embargo, son numerosas las voces internas que resaltan la “falta de tacto” de Pettovello y su notoria “improvisación” en muchos de los temas con los que debe lidiar cotidianamente. Esos cuestionamientos, que circulan de forma fluida por los pasillos del poder, llegaron hasta los oídos de la ministra, que ató cabos y desembocó en una conclusión inquietante: todo era parte de una conspiración con el fin de eyectarla de su silla al frente de Capital Humano. Y que quien estaba detrás de ese plan era ni más ni menos que el hermano de su por entonces secretario: el exintendente de San Miguel, Joaquín de la Torre. Sus sospechas recayeron principalmente sobre una funcionaria: Ana Belén Marmora. La ahora exsubsecretaria de Políticas Familiares era apuntada por Pettovello como una de las responsables de filtrar información a la prensa en contra suyo.
“Laburaba para que Joaquín ocupara el lugar de Sandra”, deslizó a elDiarioAR una fuente al tanto de los entretelones de la cartera dedicada a la política social, confirmando las presunciones de la propia ministra. La incorporación del dirigente bonaerense, con pasado en el PRO y en el massismo, a las filas de La Libertad Avanza se formalizó hace relativamente poco tiempo. Sin embargo, el affaire en el que se ve envuelto su hermano habría puesto en cuestión esa afiliación y su ruptura con el espacio oficialista estaría al caer. Apenas diez días atrás, De la Torre visitó a Milei en su despacho de la Casa Rosada acompañado por Carlos Curestis y Florencia Arietto, con quienes todavía conforma un bloque libertario en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires. De ese encuentro también formó parte el referente provincial Sebastián Pareja.
Joaquín de la Torre forma parte de uno de los bloques libertarios de la Legislatura bonaerense, junto a Carlos Curestis y Florencia Arietto. X
En un principio, la opinión pública pensó que el desplazamiento de Pablo De la Torre se debía únicamente a la polémica alrededor de la falta de entrega de alimentos. Pero con el correr de las horas trascendió el verdadero motivo. Según pudo saber elDiarioAR, De la Torre fue el responsable de refrendar un convenio entre la cartera que conduce Pettovello y la Organización de Estados Iberoamericana (OEI) para, a través de esa institución y no del Estado, contratar a funcionarios de manera temporal. La revalidación de ese mecanismo estuvo a cargo del ahora exsecretario, quien a fines de abril selló con la OEI un desembolso de $645 millones, que se sumaron a los $395 millones que ya habían sido girados en enero, según la información publicada por Federico González del Solar en el diario La Nación.
La cantidad de puestos que son ocupados en Capital Humano por funcionarios que carecen de una designación formal en el Boletín Oficial es otro de los problemas que, desde el minuto cero, complica el día a día de Pettovello. Según argumenta el Gobierno, algunos de los nombres de “caídos” que trascendieron a la prensa en los últimos meses en realidad nunca habían sido confirmados en sus cargos. De hecho, a eso se aferran en el entorno de De la Torre para contrarrestar las acusaciones sobre supuesto desmanejo de contratos y sobresueldos: reconocen que recurrían a la OEI, en una maniobra válida y legal, debido a la falta de celeridad para normalizar la situación laboral de varios de los integrantes de los equipos de trabajo.
Es que, más allá de que el Estado no incurra en un delito al contratar a un tercero a través de un “convenio marco de colaboración”, como es el caso del firmado con la OEI, la sospecha que recae sobre De la Torre es otra: que a través de esa herramienta haya beneficiado con contratos a personas que incluso no forman parte del Ministerio de Capital Humano y que se desempeñarían, por ejemplo, como asesores de La Libertad Avanza en la Cámara de Diputados. Un espíritu muy alejado del original, que planteaba emplear a profesionales externos para proyectos puntuales en áreas como trabajo, educación o cultura.
Fueron esas dudas acerca de la existencia de “ñoquis” amparados bajo la estructura de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, las que se sumaron a la inoperancia de De la Torre a la hora de notificar las fechas de vencimiento de los productos almacenados, muchos próximos a la fecha límite. Un complejo combo que motivó a Pettovello a presentarse ante la OA para solicitar que se investigue el accionar del que, hasta esta semana, fuera uno de los principales funcionarios de su cartera. Nada le garantiza, sin embargo, un porvenir tranquilo: la firma de la ministra favorita de Milei aparece estampada en cada uno de los convenios realizados con la OEI. Esta historia recién comienza.
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