La intimidad de Mauricio Macri tras el anuncio: reunió a su mesa chica en Acassuso y define su rol a futuro en la oposición

La intimidad de Mauricio Macri tras el anuncio: reunió a su mesa chica en Acassuso y define su rol a futuro en la oposición

El expresidente apuesta a mantener un papel protagónico en el escenario político para no perder la conexión con sus votantes; el nuevo enigma pasa por si usará o no la carta de “gran elector”

 

Matías Moreno

Mauricio Macri activó su teléfono celular desde temprano en lo que sería una mañana de domingo agitada. Faltaban minutos para que comunicara a través de sus redes sociales su decisión de no competir en las elecciones presidenciales cuando le escribió a un grupo de exfuncionarios y colaboradores cercanos para anticiparles el contenido del anuncio. Muy pocos estaban al tanto de su secreto, pero la decisión ya estaba tomada desde que se subió al avión en Madrid que lo trajo de regreso a Buenos Aires, hace nueve días, y no quería demorarla más. Su última ronda de consultas con referentes opositores y del mundo empresario lo convenció de que no había margen para nuevas postergaciones. Y la inestabilidad económica y financiera lo terminó de empujar a hacer saber públicamente sus planes: “Quiero ratificar la decisión de que no seré candidato en las próximas elecciones”, expresó, mirando a cámara, en el video que grabó en dos tramos entre el jueves y viernes.

El anuncio de Macri sacudió el panorama electoral y puso en estado de deliberación a sus socios en Juntos por el Cambio. Muchos daban por descontado que no entraría en la disputa por la Presidencia, pero no esperaban que pusiera fin al misterio en la jornada de hoy. Incluso varios referentes de Pro, como Horacio Rodríguez Larreta o Cristian Ritondo, charlaron y bailaron con él hasta la madrugada en la fiesta de casamiento de María Eugenia Vidal con Enrique Sacco en una estancia de San Antonio de Areco. Y no percibieron que Macri ya tenía listo su mensaje. En cambio, Patricia Bullrich intuía que podría haber novedades. ¿O ya sabía?

Mientras en el larretismo y el bullrichismo celebraban con alivio la definición de Macri, el expresidente se mantuvo en línea con sus colaboradores más cercanos para debatir sobre el impacto de su decisión y su rol a futuro en la oposición. Y convocó a su casa de Acassuso a sus allegados: Fernando de Andreis, Darío Nieto, Mora Jozami, Julieta Herrero, Fátima Micheo, Gustavo Gómez Repetto, Julián Gallo y Hernán Iglesias Illa, entre otros. A lo largo del almuerzo, el expresidente monitoreó las reacciones a su anuncio y remarcó la necesidad de exhibir nitidez y “autenticidad” en el proceso electoral.

“En los tuits de Patricia y Horacio lo ponen como si fuera San Martín. ¿Por qué pedían que se bajara si era tan bueno? Ahora la lupa estará sobre ellos. Hay que ver si pueden conducir el frente opositor”, chicaneó un exministro de Macri. Además, el expresidente sabe que sus herederos requerirán de sus contactos en el mundo empresario y diplomático.

En los contactos con sus leales, el fundador de Pro dejó en claro que mantendrá un papel activo en el universo de Juntos por el Cambio. De hecho, esta noche lo esperan para una cena con los expresidentes Felipe Calderón (México), Sebastián Piñera (Chile), el exjuez de Brasil Sergio Moro, la diputada española Cayetana Álvarez de Toledo y los referentes de la Fundación Libertad Gerardo Bongiovanni y Alejandro Bongiovanni. Mañana expondrá en el encuentro anual de esa institución. Su raid seguirá el martes, cuando recibirá a la mesa de conducción de Pro en Buenos Aires. “Va a seguir teniendo la misma incidencia”, desliza uno de los jefes de Pro en la provincia.

El video en el que Macri anunció que no será candidato

Macri apuesta a dejar en claro ante su electorado que su renunciamiento no implica un corrimiento de la primera línea de batalla: “Está en el barco más que nunca”, señala uno de sus leales. Por eso, remarcará en sus intervenciones públicas un pasaje de su video de seis minutos: “Estuve, estoy y estaré”. Confía en mantener la “conexión emocional”, dicen los suyos, con sus seguidores. Él se siente el accionista mayoritario del ecosistema antikirchnerista.

Consciente de que ahora cuenta con la carta de convertirse en el “gran elector” tras recuperar el protagonismo en el esquema de Pro, Macri intentará colocarse como el “garante del cambio”. Pretende mantener su poder de influencia para colaborar con un triunfo de la principal coalición opositora en las urnas y garantizar que el próximo presidente impulsará un “programa de cambio”.

En su círculo de confianza avisan que seguirá marcando sus posiciones y fijando el rumbo que considera correcto durante la pulseada entre Bullrich, Larreta y Vidal por su sucesión. “Va a ser ecuánime, no imparcial”, aventura uno de sus confidentes. Cerca de la titular de Pro enumeraban los fieles de Macri que ya integran los equipos de Bullrich, como Hernán Lombardi, Federico Angelini, Federico Pinedo, Paula Bertol o Laura Alonso, entre otros. A Larreta lo apoyan otros exministros, como Hernán Lacunza, Guillermo Dietrich, Pablo Avelluto y Jorge Faurie, pero hay un tema que tensiona el vínculo entre ambos: la sucesión en la Ciudad.

Impacto y planes

“Macri no es un político tradicional”, repetían en el entorno del expresidente después de que publicara su anuncio. En sus últimas conversaciones con integrantes del círculo rojo y referentes de JxC, el expresidente auscultó el clima político: a aquellos que le decían que tenía que postularse los desafía a salir públicamente a activar un operativo clamor. Macri estaba convencido de que podía sortear el test electoral por el nivel de la crisis económica y el desgaste del Frente de Todos -imponerse en las PASO de JxC y superar al postulante del kirchnerismo- pero dudaba de que hubiera consenso en el establishment y la clase dirigente sobre las reformas profundas para sacar al país del estancamiento.

También evaluó el costo familiar de ponerse al frente de la cruzada. Satisfecho con las libertades que le otorga su rol actual de expresidente, maduró la decisión de que no deseaba regresar a la “jaula de oro”. Entendió, dicen quienes lo frecuentan, que era momento de despejar el camino a sus herederos en la oposición. Por eso, machacará con que el apuesta a otra “cultura del poder” y a la renovación, no a liderazgos “paternalistas” o “mesiánicos”. Esa fue una reflexión sobre el fenómeno antisistema de Javier Milei, cuyo crecimiento en los sondeos lo preocupa. Eso sí: cuida el vínculo con el economista y evita cuestionarlo en público. De hecho, intentó retomar los contactos con él. Y suele charlar con el intelectual que más respeta Milei: Alberto Benegas Lynch (h).

Después de sus últimos sondeos con economistas del espacio –sobre todo, su charla con Ricardo López Murphy– quedó perplejo por la gravedad del cuadro financiero. Más aún cuando Sergio Massa anunció el canje forzoso: “Rifaron todo”, repetía. Consideró, comentan quienes lo tratan a menudo, que a la inestabilidad económica no se podían sumar más incertezas políticas. “La decisión ya estaba tomada y no quería esperar más. Lo hace tres meses antes del cierre de listas: está dando claridad y certeza para que no digan que especula con la candidatura de Cristina”, comenta uno de sus dirigentes de confianza.

Durante los últimos días, varios allegados a Macri intentaron convencerlo de que jugara. Miguel Ángel Pichetto lo alentó en la reunión del martes en la que el exmandatario se reencontró con Ernesto Sanz. Incluso, Jorge Triaca llevó ese día al estudio jurídico de Pichetto unas encuestas que había encargado que arrojaban números favorables en eventual escenario de enfrentamiento con Cristina Kirchner. Pero el fundador de Pro consideró que era momento para que otro dirigente de JxC dispute el cetro en los próximos comicios. “Sabe que esto tendrá un impacto en las expectativas de la sociedad y en el mundo empresario. Ahora Horacio y Patricia deben construir confianza de que pueden ser garantes”, sintetiza uno de los exfuncionarios que lo acompañan desde que volvió al llano.

Si bien Macri coqueteará desde ahora con el rol de gran elector, los jerarcas de Pro aventuran que intentará ser un guardián de la unidad. Y que su figura servirá para evitar una competencia “a cara de perro” entre las facciones de Bullrich y Larreta que fragmente a JxC. “Mauricio va a tener un rol muy importante en el día después de las PASO. Habrá que unir para que seamos una alternativa”, aventuró Jorge Macri, el elegido del expresidente para la pelea por la sucesión de Larreta.

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