La intimidad de la caída de Alberto Fernández: "Es una canallada"

La intimidad de la caída de Alberto Fernández:

El exmandatario insiste en negar todos los cargos y ser el autor de los golpes que denuncia Fabiola Yañez, al igual que tres años atrás negó la foto de la fiesta de Olivos. Qué dicen los funcionarios que compartieron la intimidad presidencial durante su gestión y la estrategia judicial. "Es muy injusto todo", repitió el expresidente a los allegados que lo visitaron y con quienes habló por teléfono. Este viernes la Justicia le secuestró ese celular.

Por: Rosario Ayerdi.

“Es una canallada”, reitera Alberto Fernández una y otra vez. Lo hizo el domingo cuando sólo se había conocido que había material para abrir una causa por violencia de género; insistió el martes cuando Fabiola Yañez pidió que se desarchive la causa para poder declarar; y el jueves por la noche minutos después de que se conocieran las fotos de su exmujer golpeada. La escena se repite una y otra vez y, más allá de la estrategia judicial, se lo dice aún hasta a las personas de máxima confianza que lo visitaron en el departamento de Puerto Madero.

Quienes lo escuchan parecen retroceder el tiempo tres años atrás cuando el escándalo por la fiesta de Olivos en plena pandemia asomaba. En aquel momento, cuando la imagen no había copado los medios, el expresidente negaba que esa cena hubiera existido. Cuando apareció la foto aseguró que se trataba de un photoshop. No sólo se lo decía a la prensa, también a sus principales socios: Cristina Kirchner y Sergio Massa. Y con el retrato confirmado lanzó la frase que ahora lo persigue: “mi querida Fabiola” en una defensa propia que pareció apuntar a su exmujer.

El exjefe de Estado definió la estrategia judicial este viernes. “A mí me negó todo y dice que esto lo va a poder demostrar en la Justicia, no sé qué decirte. Ahora que actúe en la Justicia”, dice a PERFIL un dirigente que fue parte de su gobierno. Alberto Fernández estuvo las últimas horas acompañado por su equipo de abogados encabezado por Silvina Irene Carreira para preparar la defensa. Interrumpieron por unas horas la organización de la estrategia para que Fernández diera un único reportaje al diario El País de España en el que, según se pudo saber, también rechazará la acusación.

Alberto Fernández. Foto: TÉLAM / FANTON OSVALDO

Nadie en su entorno admite hasta ahora conocer lo que pasaba en el chalet presidencial. Los más cercanos aseguran que era poco habitual ingresar a la casa que compartía con su mujer en ese entonces. Quienes trabajaban en el gobierno y asistían a la quinta de Olivos habitualmente ocupaban las distintas oficinas de la Jefatura de Gabinete ubicada en el ingreso. De allí al chalet hay cerca de 200 metros. “Sólo ibas cuando te invitaba a almorzar o a alguna cena en la que invitaba a algún gobernador o dirigente y en ningún momento veíamos a Fabiola”, detallan. Hay incluso dirigentes de su círculo íntimo que lo acompañaron durante los cuatro años que en las últimas horas contabilizaron los ingresos y sólo fueron entre tres y cuatro.

“Es muy injusto todo”, es otra de las frases que repitió Fernández desde el domingo que se conoció a través de Clarín la investigación que lo tiene como acusado. “Es una pesadilla todo esto”, insistía al negar que fuese el autor de los golpes. Aseguró que llevará pruebas a la Justicia y que puede demostrarlo. También apuntó contra su exmujer a todo el que le escribió, llamó y fue a visitar.

Funcionarios que compartieron la intimidad presidencial como Julio Vitobello a cargo de la Secretaría General de la Presidencia durante los cuatro años lo vieron el sábado cuando ya se sabía que la causa se haría pública. Los días pasaron y no volvió. “No sé nada”, decían otros que acompañaron a Fernández en la gestión al tiempo que reconocían que “está muy solo”.

El viernes, el departamento de Puerto Madero en donde vive Alberto Fernández fue allanado. Al mismo momento que la Justicia decretaba el secreto de sumario, el exjefe de Estado debía entregar su celular. En las horas previas le aseguró a su abogada que no encontrarían pruebas de los golpes, que los mensajes con Fabiola Yañez que están en la causa no están en su celular y que no habría allí información relevante. La abogada confió y alcanzó a revisar algunos los chats. La política, en cambio, sabe que con Alberto Fernández hasta lo inimaginable puede pasar.

 

Fabiola pasa sus días en Madrid entre la soledad y el miedo 

La exprimera dama Fabiola Yañez, continúa recluida en Madrid luego de haber denunciado a su expareja, Alberto Fernández por violencia física y psicológica junto a su hijo de dos años, Francisco Fernández.   

A fines del año pasado el exmandatario y su todavía pareja, se instalaron en la capital española. El plan original de Fernández era el de dar clases de derecho en la Universidad Camilo José Cela. Su salida de la Casa Rosada fue traumática por las feroces internas que atravesó el Frente de Todos y por los magros resultados económicos.

Pero tres meses atrás, Fernández regresó de manera definitiva al país y se quedó, ya con la noticia de que su relación con Fabiola se había roto.

“Está sola, perseguida y tiene miedo”, detalló la periodista argentina Ana Gerschenson, corresponsal de Alpha Media en Madrid, quien dio a conocer detalles de cómo es la vida de la exprimera dama en España, en una entrevista a Radio Rivadavia.

Fabiola Yañez.

“La última aparición pública fue en El Rastro, que es un mercado callejero, y estaba sola, preguntando por libros antiguos y cuadros. Pudo salir porque estaba la madre con ella, ese es su entorno. Pero amigos no”, explicó la periodista argentina.  

El juez Julián Ercolini solicitó (por pedido de Yañez) que se le refuerce la custodia a la que tiene derecho como exprimera dama. Es por ello que Patricia Bullrich dispuso el envío de efectivos de la Policía Federal a Madrid. Y es que Fabiola tiene temor y está sola en compañía de su madre.   

“Ellos se instalaron en diciembre, vino primero Fabiola Yañez, en el barrio de Salamanca, es como una especie de Recoleta, donde hay todas marcas de lujo. Se los vio abriendo una cuenta en el Banco Santander. Cuando eran pareja también comiendo y celebrando la noche vieja en el Four Seasons, que está mil euros el cubierto”, detalló Gerschenson.

Además, contó los planes originales de Fernández: “Cuando vino iba a ser asesor de Pedro Sánchez, no lo consiguió. Iba a dar clases en la Universidad Camilo José Cela y tampoco lo consiguió. De hecho iba y venía de Madrid por el tema de la jubilación de privilegio”, detalló la corresponsal.

Ahora Fernández tiene prohibido salir del país por las restricciones que le impuso el juez Ercolini, y mantiene contacto con su hijo a través de videollamadas.

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